Salud
Cuando el cuerpo dice lo que la mente no quiere expresar
Sin embargo, en los días posteriores a nuestro regreso de San Agustín, mi cuerpo se retraía cada vez que me tocaba. Él se dio cuenta y, con preocupación, me preguntó por qué. Le dije que era una incrédula, en especial tratándose del matrimonio, y asintió porque eso ya lo sabía.