Migración

Crisis de Calais endurece tono británico sobre inmigración y la UE

2015-08-03

Cameron, criticado por sus rivales políticos por referirse a los inmigrantes como

Por Andrew Osborn

LONDRES (Reuters) - Las dramáticas imágenes de inmigrantes irrumpiendo en el túnel del Canal de la Mancha desde Francia llevaron al Gobierno del primer ministro británico David Cameron a elevar la retórica antiinmigratoria y a los euroescépticos a aumentar los llamados para que Gran Bretaña abandone la Unión Europea.

El alarmante tono del Gobierno enfureció a las organizaciones benéficas, al clero y a políticos de izquierda, mientras que los activistas anti UE aprovecharon la crisis para mostrarla como prueba de que Gran Bretaña no puede proteger sus propias fronteras mientras permanezca en el bloque.

Cameron, criticado por sus rivales políticos por referirse a los inmigrantes como "en enjambre", obtuvo una victoria imprevista en las elecciones de mayo para seguir en su cargo.

Pero los eventos de Calais, por donde cientos de inmigrantes del norte de África y Oriente Medio intentan ingresar por la noche escalando cercas, significa un problema político al dejar de manifiesto su fracaso en mantener sus promesas sobre controlar la inmigración.

Cameron prometió reformar los lazos de Gran Bretaña con la UE antes de realizar un referéndum sobre la membresía al bloque para fines del 2017. También dijo que recortaría la inmigración anual al país.

Calais ha sido por mucho tiempo un imán para los inmigrantes que intentan ingresar ilegalmente a Gran Bretaña, un país que no tiene documentos de identidad y en el que para los trabajadores es más fácil que en el continente fundirse en la creciente economía informal.

Lo que es diferente esta vez es que el número de inmigrantes es de miles y no cientos, y las interrupciones en el tráfico de carga y pasajeros se ha prolongado durante el verano boreal.

CRISIS FATAL

La crisis ha probado ser fatal para algunos inmigrantes, nueve de los cuales murieron intentando cruzar. Tras ello, algunos políticos franceses comenzaron a hablar de terminar los tratados que le permiten a Gran Bretaña realizar controles fronterizos en el lado galo del túnel.

El Gobierno británico respondió manteniendo una serie de reuniones de su comité de respuesta de emergencia y prometiendo más cercas de seguridad y perros de rastreo.

También prometió aprobar leyes para endurecer las reglas de inmigración y presentó la idea de quitar los beneficios sociales a las familias de personas que no lograron obtener asilo.

Pero la postura del Gobierno enfureció a varios.

El obispo de la Iglesia de Inglaterra Trevor Willmott advirtió al Gobierno sobre no olvidar su humanidad y otras voces dijeron que quitar los beneficios tendría un efecto discriminatorio más amplio.



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