Internacional - Política

Sócrates y su socialismo pragmático ante el reto de un Gobierno en minoría

2009-10-12

El ahora primer ministro en funciones de Portugal, recibió del presidente de la...

Lisboa, (EFE).- José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa, conocido como uno de los líderes más pragmáticos del socialismo luso, a sus 52 años se enfrenta al reto de formar un nuevo Gobierno portugués en minoría y con toda la oposición en pie de guerra.

El ahora primer ministro en funciones de Portugal, recibió hoy del presidente de la República, el conservador Aníbal Cavaco Silva, el encargo de formar el próximo Ejecutivo luso, tras haber ganado, aunque sin mayoría absoluta, las elecciones legislativas del pasado 27 de septiembre.

Sócrates, que pasa por ser un socialista poco ortodoxo, cumple su aspiración de mantenerse en el poder tras apelar, en las tres elecciones que ha celebrado el país en sólo cuatro meses, al respaldo del Portugal abierto, moderno y europeo que más le gusta ensalzar en sus discursos.

Nacido en Vilar de Macada, en el norte del país, el 6 de septiembre de 1957, el dirigente socialista pondrá a prueba su reconocida capacidad de adaptación política, que le da seguidores desde el marxismo a la derecha empresarial, con los más correosos y veteranos políticos lusos, para quienes fue una victoria haberle despojado de la mayoría absoluta.

Sócrates logró en 2005 uno de los grandes triunfos históricos del Partido Socialista (PS) y tras el desgaste de una legislatura marcada por la crisis económica y las protestas de diversos colectivos, ahora se enfrenta al reto de gobernar sin el paracaídas de la hegemonía parlamentaria.

El primer ministro encarna la imagen de una segunda generación de liderazgo socialista en Portugal, más pragmática y menos ideológica que la representada por el histórico Mario Soares, que dominó la política lusa, como primer ministro o jefe del Estado, desde la caída de la dictadura salazarista, en 1974.

Sócrates, licenciado en Ingeniería Civil, ingresó en las juventudes del Partido Socialista poco después de la Revolución del 25 de abril, con sólo 16 años.

Tras ser presidente de la federación de distrito de Castelo Branco, donde residió desde la infancia con su padre, entre 1987 y 1995 se proyectó en la política nacional como diputado y luego como secretario de Estado y ministro de Ambiente entre 1997 y 2002.

El joven Sócrates era uno de los delfines de Antonio Guterres mientras éste ejerció de primer ministro y, finalmente, en 2004 consiguió hacerse con el poder en el seno del partido pese a la oposición que tuvo en otras familias del PS.

Cuando llegó al Gobierno en 2005, su cohabitación, según muchos comentaristas de la prensa, fue más difícil con el socialista Jorge Sampaio como jefe del Estado que con el conservador Aníbal Cavaco Silva, que ejerce el cargo desde 2006.

El entendimiento con el conservador Cavaco, otra gran figura histórica de la democracia lusa que acumula ya trece años de poder, fue otra de las características de la era Sócrates, aunque la aparente buena relación entre ambos se ha visto muy afectada por varios episodios polémicos en la reciente campaña electoral.

El primer ministro se empeñó en su gestión, con evidente satisfacción del presidente de la República y desencanto de algunos de sus correligionarios, en reducir el déficit fiscal, adelgazar la gruesa burocracia portuguesa y atraer empresas y negocios.

En una suerte de "tercera vía" a la portuguesa, Sócrates logró también poner a su país en los exigentes parámetros económicos de la zona euro, pero se granjeo una férrea oposición de los sindicatos y la izquierda que le llenaron las calles con algunas de las manifestaciones más multitudinarias desde la dictadura.

En el plano social, Sócrates se esforzó por introducir, con la ayuda de su mayoría absoluta, leyes progresistas en asuntos polémicos en los que Portugal aún tenía algunas de las normativas más veteranas de Europa, como el aborto, despenalizado en 2007, o el divorcio, aunque no quiso respaldar el matrimonio homosexual, una de sus promesas de cara al próximo mandato.

Padre de dos niños, divorciado e hijo de una pareja separada, Sócrates llega también a su segunda legislatura con acusaciones, divulgadas en la prensa pero nunca probadas, de haber estado relacionado con un caso de corrupción urbanística y de presionar a periodistas.



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