Internacional - Política

China optimista y prudente ante la llegada de Barack Obama

2009-11-14

Los analistas recuerdan que además de las desavenencias en esos asuntos existen otras...

Marta Miera

Pekín, (EFE).- La reunión, la próxima semana, entre el presidente chino, Hu Jintao, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, es vista por los analistas políticos del gigante asiático con optimismo, pero también con gran prudencia debido a las grandes diferencias que enfrentan a las dos potencias.

En la agenda de la primera visita de Obama a China y en la que será su tercera reunión bilateral con Hu, se espera que ambos líderes estrechen sus relaciones bilaterales y aborden temas como la crisis económica, el cambio climático, los intercambios militares o el proteccionismo comercial.

Pero, los analistas recuerdan que además de las desavenencias en esos asuntos existen otras fricciones que complican las relaciones de los países que "determinarán el siglo XXI".

¿Por qué si EU quiere mantener buenas relaciones con China continúa vendiendo armas a Taiwán? ¿Por qué su Departamento de Estrategia de Nacional de Inteligencia calificó a China como una de las principales amenazas militares, de espionaje y cibernéticas?, se preguntan los expertos.

"En estos momentos China y EU se necesitan el uno al otro, pero arrastran problemas que, a pesar de no ser condición necesaria para el desarrollo de las relaciones, impiden una evolución hacia adelante", explicó a Efe Wang Yusheng, antiguo alto cargo chino del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC).

Según Wang, "el diálogo entre ambas potencias se ha fortalecido. Nos encontramos ante una nueva etapa, pero si EU quiere lograr un mayor desarrollo en las relaciones debe abandonar el pensamiento de la Guerra Fría, ya que muchas cosas han cambiado. China ya no es la que fue y Washington necesita nuevos socios, y sabe que no puede funcionar de forma unilateral".

Además, EU quiere mejorar la cooperación militar con China y pide a ésta garantías de que no es una amenaza pero "debe dejar de reprocharnos la falta de transparencia. El objetivo del Ejército chino está claro: seguridad, soberanía y estrategia, pero y ¿el suyo? ¿tienen ellos transparencia en la región asiática?", subrayó.

Según el analista, a pesar de que el sentimiento es de optimismo, todavía no hay una confianza mutua y esto debe ser superado. Ambas partes tienen que buscar un punto común, dejar a un lado las divergencias y respetarse para lograr intercambios amistosos.

Por otra parte, Zang Guoqing, investigador del Instituto de Estudios Americanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo a Efe que "el conflicto es inevitable, pero no terrible. Sólo hay que saber sortearlo".

Para Zang, la política de Obama es flexible y esto preocupa a Pekín por eventuales medidas sorpresivas como la imposición de aranceles a los tubos de acero o a los neumáticos.

Pero -continúa- la flexibilidad puede dar beneficios porque hace posible un espacio de negociación, por ejemplo, en el reconocimiento de China como economía de mercado o la venta de alta tecnología.

"A pesar de que una buena evolución de las relaciones bilaterales favorecería a la estabilidad económica mundial, Obama debe tener cuidado en no dejar que asuntos pequeños perjudiquen la situación global. Esto sería un error", apuntó.

Respecto a la revaluación del yuan, un asunto que Washington quiere tratar en la visita, China dice que seguirá un proceso controlable y gradual para mejorar el mecanismo del tipo de cambio con intención de flexibilizar la moneda, pero exige a EU alejarse del proteccionismo y aceptar a Pekín como economía de mercado.

En cuanto al cambio climático, un asunto prioritario sobre la mesa, la postura de China para la próxima cumbre de Copenhague es inamovible: los primeros que tienen que recortar emisiones son los países más ricos, con mayor responsabilidad en el problema, y deben ayudar financiera y tecnológicamente a los menos desarrollados.

El interés de EU por la cuestión del Tíbet, su apoyo a la líder uigur Rebiya Kaader, el eventual encuentro de Obama con el Dalai Lama, la negativa de repatriar uigures a Pekín encarcelados en Guantánamo o el informe sobre Libertad Religiosa que acusa a China de cometer "severas violaciones" son otros de los asuntos espinosos.

Washington ha declarado que Obama no dejará de lado el tema de los derechos humanos, sin embargo, los activistas se preguntan si realmente se involucrará, los ignorará o los tocará de refilón.

Tras la visita en febrero de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuando aseguró que estos contenciosos "no pueden interferir con la crisis económica global, el cambio climático y la crisis de seguridad", las esperanzas de un ataque frontal por el Premio Nobel de la Paz son pocas.



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