Internacional - Economía

Asfixia económica, recortes sociales e inmovilismo político en el 2009 cubano

2009-12-07

Antonio Martínez

La Habana, (EFE).- El gobierno del general Raúl Castro redujo en 2009 la entrega de alimentos a los cubanos, recortó el consumo de energía y frenó los pagos de deudas, mientras en el campo político y de derechos siguió el inmovilismo, pese a la depuración de algunos mandos medios.

"Los gastos en la esfera social deben estar en consonancia con las posibilidades reales y ello impone suprimir aquellos de que es posible prescindir", explicó el general en agosto, al agravarse la recesión que padece Cuba desde que dejó de recibir hace dos décadas los subsidios del extinto bloque soviético.

"Da la sensación de que nos estamos comiendo el socialismo antes de construirlo y aspiramos a gastar como si estuviéramos en el comunismo", agregó el Castro que reemplazó en la Presidencia en 2008 a su hermano mayor y antecesor, Fidel.

Según datos oficiales, cayó un 36% el comercio exterior de bienes en los primeros nueve meses del año, se desplomaron los precios de los principales productos de exportación, como el níquel, y se redujeron 12% los ingresos por turismo, a pesar de aumentar 4% el número de visitantes.

El año nació mal por las secuelas de tres huracanes que arrasaron la isla en 2008 y causaron daños por 10,000 millones de dólares, amén del bloqueo económico que mantiene Washington desde hace medio siglo y que el nuevo mandatario estadounidense, Barack Obama, no parece por ahora interesado en terminar.

Y a ese rosario de catástrofes la mayoría de los analistas y diplomáticos consultados por Efe agregan la escasa productividad y eficiencia del único país de América gobernado por un partido que se dice comunista.

La falta de liquidez llevó al general a restringir el consumo eléctrico desde mayo, incluso cerrando empresas estatales que no cumplieron la orden de ahorrar, y a recortar el suministro de víveres de la cartilla de racionamiento, que apenas cubría un tercio de las necesidades de la población.

El presidente y los medios de comunicación de la isla, oficiales sin excepción, pidieron a los cubanos que se ajusten aún más el cinturón, que trabajen más, que vuelvan al campo y que -a falta de gasolina y tractores- aren con yuntas de bueyes las tierras que el Estado socialista abandonó por décadas.

Castro declaró asunto de "seguridad nacional" la producción de alimentos en la isla, que llegó a importar más del 80 por ciento de los que consumen sus 11,2 millones de habitantes, al tiempo que mantenía ociosas la mitad de las tierras cultivables.

Se vendió como "ecológica" la apelación al empleo de animales de tiro para el campo y el transporte: la agencia AIN proclamó que los bueyes y los mulos evitan la compactación de los suelos que ocasiona la maquinaria, no contaminan la tierra con derrames de combustible y, "por el contrario, la abonan con sus excretas y orinas".

La reducción de los alimentos que se reparten subsidiados a la población se argumentó como el fin del "paternalismo" y el "igualitarismo", obviando que esos supuestos errores que ahora intenta corregir Raúl Castro son obra de 49 años y 55 días de mandato de su hermano mayor.

"Ningún Estado puede dar lo que no tiene", tituló recientemente en el diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, del que aún es primer secretario Fidel Castro a pesar de que lleva tres años y medio sin aparecer en público.

La frase es del ex mandatario, de un discurso en 1986, pero Granma la destacó para defender la política del hermano menor, que quiere reducir lo que llama "exceso de gratuidades y subsidios".

"Gratuidades", subsidios, igualitarismo y paternalismo que antes eran orgullo del sistema creado por Fidel -cuando los cubanos eran todos becarios del bloque soviético- y que fueron loados por la misma prensa que ahora arremete contra ellos.

"Nos acostumbramos a que el Estado nos lo diera todo", tituló Granma la carta de un lector apellidado Cuesta Tapia.

"Creo que el planteamiento del paternalismo del Estado Cubano es totalmente positivo, hasta los enemigos han hablado de él como algo imposible de mantener, y es imposible de mantener, pero la pregunta es cómo y cuándo, pues fue el Estado el que creó los mecanismos para convertirse en paternalista y es él el que tiene la responsabilidad de desmontarlos", añadía la carta.

Al tiempo, sin una declaración pública de suspensión de pagos, el gobierno dejó de cumplir buena parte de sus obligaciones con otros países y con proveedores.

Según fuentes españolas, en octubre pasaba de 600 millones de euros la deuda atrasada con proveedores comerciales de ese país, sin contar retenciones o "corralitos" de divisas en cuentas bancarias cubanas de inversionistas y otros sectores.

El economista disidente Oscar Espinosa, preso político excarcelado por razones de salud, prevé "un empeoramiento de la problemática económico-social, con serias implicaciones negativas adicionales para el ya deteriorado nivel de vida de la población".

En política, entretanto, hubo relevos de personajes secundarios como el ex vicepresidente Carlos Lage, pero nada substancial cambió, dicen la mayoría de los analistas consultados, y lo mismo ocurre con la falta de libertades civiles y democráticas.



EEM

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