Sindicatos alemanes rechazan el plan de viabilidad presentado por Opel

Fráncfort, (EFE).- Los sindicatos alemanes rechazaron el plan de viabilidad para Opel presentado hoy por su consejero delegado, Nick Relly, y pidieron al Gobierno alemán que no lo apoye.

"Queremos que Opel reciba apoyo cuando presente un concepto adecuado, pero el plan que nosotros conocemos no es el adecuado, menos cuando se hace a costa de los trabajadores", declaró Armin Schild, jefe de la sección de Fráncfort del sindicato IG Metal, mayoritario en el sector del automóvil.

Afirmó que los trabajadores rechazan los planes de la dirección de Opel y recomendó a la clase política alemana a "no conceder las ayudas públicas demandadas por Opel".

Opel solicitó oficialmente hoy al gobierno alemán ayudas por valor de 1,500 millones de euros, del total de 3,300 millones en garantías públicas que el fabricante quiere reunir de los gobiernos europeos con planta Opel para aplicar su plan de saneamiento.

El presidente del comité de empresa de Opel y presidente al mismo tiempo del foro sindical europeo, Klaus Franz, centró sus críticas en la cuota de ayudas públicas que General Motors pretende lograr de Berlín, pues a su juicio son exageradas.

Franz consideró que la contribución de GM al saneamiento de su filial debe ser más elevada y cubrir con sus propios fondos al menos la mitad de los 1,500 millones solicitados en garantías a Alemania.

El líder sindical cuestionó también, aunque en un tono más moderado que el empleado en otras ocasiones, los 11,000 millones de euros que Reilly anunció hoy como inversiones en los próximos cinco años pues "no está claro de donde saldrán esos fondos".

Franz reiteró que su rechazo al cierre de la planta de Amberes, medida que Reilly confirmó hoy, y exigió la contratación de al menos 1,000 personas como compensación de los trabajadores del centro de desarrollo de Russelsheim que abandonarán la empresa en virtud de acuerdos de prejubilación negociados en 2006.

El presidente del comité de empresa no se refirió al principal escollo de las negociaciones con Reilly, referente a la aportación que deberán realizar los trabajadores al saneamiento de la empresa, un sacrificio salarial de 265 millones de euros anuales.

El consejero delegado de Opel si lo hizo durante la rueda de prensa en la que presentó el plan, pero se refirió a esa cuestión de forma muy tangencial pues "para llegar a un acuerdo sobre ese punto necesitaremos más tiempo".

Reilly decidió dejar ese fleco colgando ya que Opel, dijo, no puede esperar más.

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