Internacional - Política

OTAN avanza con "paciencia" en su ofensiva antitalibán en el sur afgano

2010-02-17

Más resistencia han encontrado en el cercano núcleo urbano de Marjah, donde sin...

Kabul, (EFE).- La fuerza ISAF de la OTAN continúa con su gran ofensiva antitalibán en la provincia sureña afgana de Helmand, donde está actuando con "paciencia" pues se enfrenta a unos insurgentes "expertos en la táctica, resistentes y astutos", dijeron hoy fuentes de esa organización.

Durante los primeros días de la operación "Mostharak" (juntos, en dari), los talibanes se retiraron de Nad Alí, donde la fuerza conjunta "sigue dominando los núcleos poblados" y efectuando "operaciones de limpieza" en cruces y carreteras de la zona, según el parte diario de la ISAF, que resume la situación en el frente a día de ayer.

Más resistencia han encontrado en el cercano núcleo urbano de Marjah, donde sin embargo la ISAF dio cuenta de "una actividad insurgente menos frecuente", con "ataques limitados de pequeña escala".

La OTAN, que informó de la muerte ayer de un soldado internacional por disparos de los talibanes en el marco de la ofensiva, constató que ésta "sigue en marcha" pero matizó que muchas zonas están minadas, por lo que el avance se está efectuando con cautela para "minimizar víctimas afganas y de la fuerza conjunta".

Pese a que el mando de la ISAF ha insistido desde el principio del asalto militar, el pasado sábado, en que su prioridad es evitar víctimas entre la población, hoy admitió que el ataque de cohetes que mató a 12 civiles el domingo en Nad Alí no erró en su objetivo, como aseveró en su momento.

"La revisión todavía continúa pero se ha determinado que el sistema HIMARS (sistema de alta movilidad de cohetes de artillería) funcionó adecuadamente", dijo en un comunicado.

Añadió que el uso de esa tecnología militar, que quedó suspendido tras el ataque del domingo, "ha sido restituido" tras verificar que no hubo fallos en el lanzamiento de los proyectiles, con lo que asumió que los civiles fueron víctimas colaterales del enfrentamiento.

El pasado domingo, la ISAF achacó las bajas civiles -que cifró en 12- al hecho de que los dos cohetes lanzados se desviaron 300 metros de su objetivo, un refugio insurgente desde el cual los talibanes estaban abriendo un fuego "preciso y directo".

El ministro afgano de Interior, Mohamed Hanif Atmar, dijo después que, según la investigación inicial, nueve civiles y tres talibanes perdieron la vida en este ataque, dando así pábulo a la idea de que los insurgentes se mezclan con la población.

El Ejército afgano, que participa en la ofensiva junto a la ISAF, también aseguró que evitaría el uso de artillería pesada y consultaría con los ancianos notables de la zona la "táctica militar" a seguir, además de informar por radio a la población de cómo protegerse.

Hasta ahora, según dijo hoy en rueda de prensa el gobernador de Helmand, Gulab Mangal, han muerto en el marco de la ofensiva 40 talibanes, tres soldados internacionales, uno afgano y 15 civiles.

El presidente afgano, Hamid Karzai, instó desde el inicio de la ofensiva a las tropas a que evitaran bajas civiles y la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) secundó este llamamiento y pidió respeto al personal humanitario desplegado en la zona para asistir a los desplazados por el conflicto.

El departamento encargado de los desplazados internos ha registrado por el momento, según la ISAF, a 940 familias, de las que sólo cinco han solicitado refugio, mientras continúa la distribución de alimentos y ayuda en Lashkar Gah, la capital helmandí.

En una operación distinta, al menos 12 supuestos insurgentes murieron ayer durante un ataque aéreo de las tropas de la OTAN en el este afgano, cerca de la frontera con Pakistán, donde los talibanes disponen de importantes bastiones.

La ISAF aseguró que el ataque no causó víctimas civiles, pero el jefe policial de la provincia de Kunar, Khalilulá Ziayi, expresó a la agencia AIP sus temores de que se hayan registrado bajas civiles, ya que el bombardeo tuvo lugar cerca de un área residencial.

La mayoría de los combates que se registran en el país tienen lugar en su arco sudoriental, donde predomina la etnia patán y el movimiento talibán tiene sus principales bastiones.

Coincidiendo con la ofensiva, el "número dos" de la insurgencia, el mulá Abdul Gani Barádar, fue arrestado en Pakistán, según confirmó hoy el portavoz del Ejército paquistaní, Athar Abbas, tras filtrarse ayer la noticia a la prensa estadounidense.

El gobernador de Helmand se mostró hoy seguro de que la detención afectará a la insurgencia afgana, ya que Barádar era la mano derecha del líder supremo talibán, el mulá Omar.



EEM