Internacional - Finanzas

FMI ve necesario un yuan más fuerte y dólar más débil para equilibrio global

2010-10-06

Strauss-Khan destacó que el utilizar los tipos cambiarios para restar competitividad a otras...

Washington, (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo hoy que para que la economía global sea más equilibrada es necesario que muchas monedas de países emergentes, como el yuan chino, se aprecien y que las de países desarrollados como el dólar se deprecien.

El FMI señaló hoy durante la presentación de su informe semestral "Perspectivas económicas mundiales" que la recuperación económica en marcha es "desequilibrada" ya que el crecimiento es lento en el mundo avanzado y mucho más robusto en el emergente.

Para que esa descompensación se arregle el FMI dijo hoy considerar necesario un "reequilibrio externo", es decir que los países con déficit elevados como EU impulsen su sector exportador y los que tienen superávit como China estimulen la demanda doméstica.

Ese proceso requiere, según el economista jefe del FMI, Oliver Blanchard, "la apreciación de muchas divisas de países emergentes frente a las de muchos países desarrollados".

Añadió que en la primera categoría está "claramente" el yuan chino y en la segunda el dólar estadounidense.

"O sea que está claro que cuando hablamos de un ajuste cambiario eso requiere un ajuste del yuan frente al dólar", indicó el experto, quien indicó que si eso sucede formalmente mediante la depreciación del billete verde y las divisas de otros países desarrollados o mediante la apreciación de las de los emergentes es al final "lo mismo".

Se espera que el valor de las monedas sea uno de los principales temas de discusión durante la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial (BM) esta semana en Washington y que centre también el encuentro de ministros de Finanzas del G-20 del viernes.

El dólar se encuentra ahora próximo a los niveles más bajos de los últimos 15 años frente al yen.

Esta tendencia hizo que Japón interviniera el mes pasado en el mercado para debilitar su moneda y que otros mercados emergentes lo siguieran o amenazaran con hacerlo lo que ha desatado el temor a una guerra de divisas.

En ese sentido, el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, afirmó a finales del mes pasado, a raíz de la intervención de Tokio, que cree que el mundo está inmerso en una guerra comercial y de tipos de cambio y añadió que los países buscan obtener ventajas mediante la manipulación de sus monedas.

Brasil dio luz verde la semana pasada a una medida para aumentar al cuatro por ciento el impuesto que aplica a los inversores extranjeros que compran bonos locales con el fin de intentar frenar el empuje de su moneda.

China es el país que atrae mayores críticas ya que pese a anunciar en junio que permitiría que su moneda fluctuara de acuerdo con las fuerzas del mercado, el valor del yuan se ha mantenido sin grandes cambios.

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan, dijo hoy en declaraciones al diario Financial Times que "la idea de que las divisas se pueden usar como un arma" para el diseño de políticas está claramente comenzando a circular.

Strauss-Khan destacó que el utilizar los tipos cambiarios para restar competitividad a otras economías y tratar de impulsar las exportaciones plantearía un "riesgo muy serio para la recuperación global" y tendría un impacto muy perjudicial a largo plazo.

El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, se refirió también hoy a los tipos cambiarios durante un discurso en Washington en el que insistió que los países con grandes superávit comerciales deben dejar que sus monedas se aprecien.

"Cuando grandes economías con tipos de cambio infravalorados actúan para impedir que sus divisas se aprecien, eso alienta el que otros países hagan lo mismo", afirmó Geithner.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, pidió hoy a la Unión Europea (UE) que deje de presionar a Pekín para que aprecie el yuan, al aducir que un cambio rápido en el tipo cambiario podría desencadenar una desastrosa inestabilidad social en China.

Pese a los desacuerdos, Blanchard expresó hoy su "optimismo" y dijo creer que el G-20 encontrará una solución al problema.



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