Internacional - Economía

Irlanda vota los presupuestos para 2011, los más duros de su historia

2010-12-07

De su aprobación depende en gran medida que el Ejecutivo de Dublín pueda acceder al...

Dublín, (EFE).- El Parlamento irlandés vota hoy los presupuestos generales para 2011, los más duros en la historia del país, con los que el Gobierno prevé ahorrar unos 6,000 millones de euros mediante recortes en los servicios sociales y subidas de los impuestos.

De su aprobación depende en gran medida que el Ejecutivo de Dublín pueda acceder al plan de rescate financiero de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), valorado en 67,500 millones de euros.

Las cuentas públicas para el próximo año son, además, la primera fase del plan de austeridad cuatrienal irlandés, cuyo objetivo es reducir su déficit público hasta el 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014 con ajustes por un valor de 15,000 millones de euros.

El Ejecutivo confía en reducir su gasto público durante el próximo año en 4,500 millones de euros e ingresar a través de una profunda reforma fiscal unos 1,500 millones de euros.

Con una mayoría de sólo dos escaños, el debilitado Gobierno de coalición del primer ministro, Brian Cowen, necesita los seis votos de sus socios del Partido Verde, así como los de algunos diputados independientes para aprobar sin apuros los presupuestos.

En las últimas horas, el independiente Michael Lawry anunció que apoyará las cuentas, mientras que el también independiente Jackie Healy-Rae se espera que lo haga también hoy tras cerrar sus negociaciones con el Ejecutivo y obtener quizá la promesa de revisar los sueldos de los ministros y diputados.

Así, los medios especulan con la posibilidad de que el "Toiseach" (primer ministro) rebaje en 14,000 euros su paga anual, que los ministros radicados en Dublín compartan coches oficiales y que se elimine unos de los dos aviones privados que están a disposición del Gobierno, entre otras medidas.

También se podrían imponer límites salariales para los altos funcionarios públicos y para los ejecutivos de empresas semiestatales.

Respecto a los impuestos sobre la renta, el Gobierno tiene previsto ampliar la base fiscal, ya que, hasta la fecha, el 45 por ciento de la fuerza laboral no paga impuestos porque su salario anual no sobrepasa los 18,300 euros.

La mayoría de los subsidios por desempleo y otras ayudas sociales se reducirán en un 5 por ciento y, aunque las pensiones públicas no serán modificadas, se eliminarán algunas de sus exenciones fiscales, según los medios.

Además, se espera que aumenten considerablemente los precios de la gasolina y el gasóleo, así como los del tabaco y el alcohol.



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