Espectáculos

El cine descubre un Marruecos sin tabúes a través de sus miradas más jóvenes

2010-12-07

Historias universales de amor, viajes o venganza toman en estas cintas un color local, a...

Laura Casielles

Marraquech (Marruecos), (EFE).- Las miradas más jóvenes del cine marroquí han encontrado en la décima edición del Festival de Cine de Marraquech un foro en el que mostrar sus trabajos, que cuentan su país sin tabúes y con intención crítica.

Por primera vez en sus diez años de existencia, el certamen ha convocado en esta edición, en paralelo a la competición oficial, un concurso de cortometrajes destinado en exclusiva a alumnos de los institutos y escuelas de cine de todo el país.

Ante un jurado presidido por el director alemán Volker Schlöndorff y compuesto por cineastas como la iraní Marjane Satrapi, la palestina Hiam Abbass o el francés Xavier Beauvois, este lunes se proyectaron las catorce cintas seleccionadas, todas firmadas por directores que no alcanzan los treinta años.

Fue la película "Apneé" (Apnea) la preferida por unanimidad por este consejo de sabios, y su directora, Mahassine El Hachadi, quien recogió, emocionada, el galardón de manos de la actriz estadounidense de origen cubano Eva Mendes, que celebró al entregárselo que el premio haya recaído en una mujer.

Con esa decisión, los 300,000 dirhams (26.878 euros) para la realización de un nuevo cortometraje que otorga como premio el festival, han recompensado a una película que presenta el asfixiante día a día de una mujer atrapada en su rol de cuidadora de los demás.

Muchos de los cortos presentados eran proyectos de estudiantes de fin de carrera, otros participantes ni siquiera la han terminado todavía, pero todos han tenido ya la ocasión de pasearse con la tarjeta de "cineasta" por un festival que estos días acoge a nombres como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o John Malkovich.

En un país en que la libertad de expresión no siempre está a la orden del día, estos jóvenes directores rompen filas al dar voz a temas tan poco debatidos por los marroquíes como la violencia machista, la pluralidad de culturas dentro de Marruecos, el conflicto del Sáhara Occidental o la puesta en cuestión de la tríada "Dios, patria y rey".

En sus películas, en las que abunda la crítica social, son recurrentes preocupaciones como "la religión, la familia y el patriarcado", según señaló Schlöndorff.

Es el caso de "Anaruz", un corto en lengua amazigh (bereber) que aúna estos tres temas a través del retrato de una familia de una aldea rural cuya hija menor va descubriendo que el papel que la sociedad le reserva es muy diferente del de su hermano.

"Quería hacer esa película sobre todo porque es un tema que me toca mucho, y presentarla al máximo de festivales posibles para que la gente sepa lo que pasa en esos pequeños pueblos, porque la mayoría, desde su pequeña burbuja de ciudad, de civilización, no lo sabe", explicó a EFE su directora, Samia Bulkaid.

Historias universales de amor, viajes o venganza toman en estas cintas un color local, a través de pintorescas localizaciones o de la reproducción de tradiciones y rituales.

Tampoco faltan el humor, la experimentación estética ni la indagación tecnológica, para tramas que van desde la última noche de unos emigrantes antes de subirse a una patera, hasta la surrealista historia de un hombre que pasó toda su vida mirando la televisión.

"La confianza en el futuro es la principal línea editorial de este festival", indicó su director artístico, Bruno Barde, para quien uno de los objetivos del certamen es "acoger a los talentos del mañana".

Mientras ese mañana llega, estos catorce jóvenes marroquíes muestran a través de sus cámaras una panorámica del "hoy" de un país que han heredado, pero que ya no ven bajo los mismos velos que sus predecesores.



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