Tras Bambalinas

¿Quién coló el párrafo sobre privatización del servicio de agua?

2011-03-08

México no está al margen de la situación, así que Ebrard se...

Miguel Ángel Velázquez, La Jornada

¿Quién fue el ocurrente que, seguramente en forma subrepticia, coló un párrafo que llevaría a privatizar el servicio de distribución y cobro del agua potable en el Distrito Federal?

Parece que la pregunta la lanzó una y otra vez el jefe de Gobierno, Marelo Ebrard Casaubon, sin que ninguno de los funcionarios involucrados se atreva a decir siquiera un "se me zafó". Nadie quiere ser el responsable del párrafo que desdibujó la intención del gobierno citadino para crear un organismo descentralizado, con vida autónoma, que se encargara de los problemas de burocracia que vive hoy la dependencia dedicada a este servicio.

La historia del funesto documento, larga y sinuosa, empieza luego del retorno del jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, a la ciudad, al término de su visita a Cophenague, donde tomó la experiencia de otros países que ya han empezado a realizar previsiones para los siguientes años en los que el cambio climático determinará las sequías y las inundaciones en el mundo.

Ebrard miró, durante la Cumbre Mundial de Alcaldes para el Cambio Climático que se realizó el domingo 12 de diciembre de 2009, que la amenaza para las ciudades es cada vez más grave. Hay estudios, por ejemplo en Londres, que indican qué lugares se inundarán y también qué es lo que se debe hacer frente a la catástrofe.

México no está al margen de la situación, así que Ebrard se reunió con los enterados de asunto y les pidió un proyecto hacia el futuro, inmediato y mediato, que permitiera enfrentar la amenaza. Hubo, nos cuentan, reuniones constantes durante por lo menos ocho meses, y cuando menos una treintena de borradores que una y otra vez eran rechazados.

En varias ocasiones se trataron de conciliar con las leyes de la ciudad, las experiencias de algunos estados de la República y de otros países, y por fin, en los últimos días del año pasado, o principios de éste, se tenía un proyecto de ley que, según dicen, logró consenso. Lo malo fue que nadie reparó en el artículo sexto, cuarto párrafo, que indica cómo se privatizaría el servicio.

La Jornada informó el jueves 24 de febrero la iniciativa de ley que firma el secretario de Gobierno del Distrito Federal, José Ángel Ávila, y que llegó a la Asamblea Legislativa. No era la intención, aseguran en las oficinas de Gobierno, y hasta el mismo Ebrard, pero el párrafo huérfano con el que se pergeñó la iniciativa está en la iniciativa.

Ramón Aguirre, hasta hoy responsable del organismo que atiende los problemas del suministro de líquido, principalmente, respondió de inmediato que si la discrepancia provenía del citado párrafo, simplemente se le anulaba y ya. Así de fácil, pues, dice, la finalidad de la ley no es la privatización, pero entonces, ¿quién lo coló?

Sí esa no era la instrucción del jefe de Gobierno, hay en el gabinete alguien que lo traiciona y busca destruir las intenciones políticas de Ebrard, y debe saberse con puntualidad de quién se trata. No es posible que a estas alturas del gobierno de la ciudad se busque perjudicar a la población y al funcionario que se eligió, con absoluta impunidad; pero eso sucede seguramente cuando la orientación, la tendencia del gobierno es caminar de la mano con la iniciativa privada, que al contrario de lo que se supone de los gobiernos, busca ganancias, y poco le importa servir a la gente. Ni hablar.

De pasadita

Hay quienes aseguran que el recientemente creado Instituto de Verificación Administrativa está a punto de caer en manos de las tribus perredistas. Las voces de alerta aseguran que René Bejarano ha exigido a las autoridades del organismo una cuota de personas que se integren a las tareas del INVEA. Sea o no cierto, lo más importante es blindarlo e impedir, de cualquier forma que se infecte del mal de las tribus. De otra manera el instituto, que es una magnifica idea, morirá como muere todo lo que toca el tribalismo. ¡Aguas!

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