Agropecuaria
Bruselas quiere reducir la flota pesquera para preservar peces
Por Yann Ollivier, AFP
BRUSELAS - La Comisión Europea propondrá el miércoles una reforma radical de la pesca en Europa destinada fundamentalmente a reducir la flota y a disminuir a corto plazo las capturas, con peligro de que se produzca un enfrentamiento con los grandes países involucrados, como España y Francia.
La comisaria europea para la pesca, María Damanaki, señaló el fracaso de una reforma de 2002 e insistió en la necesidad de actuar, cuando 75% de los recursos de la Unión Europea (UE) --la tercera potencia mundial después de China y Perú-- son explotados en forma excesiva.
La reforma que presenta Damanaki está basada fundamentalmente en la instauración de un mercado de los derechos individuales de pesca, de "concesiones" que los pescadores podrán vender al mejor postor si desean abandonar la profesión. Se trata de una forma de economía de mercado en un sistema que actualmente está muy reglamentado por los poderes públicos.
Este mecanismo permitió reducir la flota en 30% en Dinamarca, donde ya es aplicado, y no impide que Australia, Nueva Zelanda y Noruega tengan un sector próspero, subrayó Damanaki. Actualmente, la flota europea sólo disminuye 2% por año.
Sin embargo, esta idea es criticada por las organizaciones no gubernamentales como Greenpeace, y por algunos Estados como Francia. "El sistema favorece a los más grandes, que no son los más respetuosos del medio ambiente", analiza Saskia Richartz, de Greenpeace.
"Es una desviación capitalista", denuncia Pierre-Georges Dachicourt, presidente del Comité Nacional de Pesca Francés.
Sin embargo, Damanaki ha previsto algunas limitaciones. Sólo los buques de más de 12 metros de eslora o los que se dedican a la pesca de arrastre estarán obligatoriamente involucrados. Los otros países podrán excluir a la flota artesanal del sistema o prohibir las compras por barcos de bandera extranjera.
"Esta reforma es una ocasión única de salvar a nuestros mares", afirmó Greenpeace.
Esta plantea el principio de un enfoque plurianual para poner fin a las negociaciones anuales sobre las cuotas, con el objetivo de llegar hacia 2015 a retener únicamente las cantidades de pescado que no pongan en peligro a la reproducción ("rendimiento máximo duradero").
Los Estados que firmaron la declaración de Johannesburgo en 2002, incluyendo a la UE, se habían comprometido a regañadientes "cuando sea posible". Aunque varios ministros europeos son partidarios actualmente de mostrar flexibilidad, María Damanaki responde que "el objetivo sigue siendo posible".
Bruselas también tiene intenciones de prohibir en forma progresiva hacia 2016 los pescados descartados, por ejemplo obligando a los pescadores a desembarcar en el puerto a todos los pescados capturados, incluyendo a los más pequeños, que hasta ahora se tiraban al mar.
España y Francia, respectivamente número uno y número dos del sector, se muestran escépticos. En el futuro, "nuestros pescadores ya no podrán partir 12 días seguidos al Mar de Irlanda si están obligados a llenar sus bodegas con pescados invendibles", denunció Dachicourt.
Madrid y París también firmaron con otras cuatro capitales un texto que se opone a la supresión programada de las primas al desguace, a pesar de que tanto Bruselas como los defensores del medio ambiente consideran que no son eficaces.
Por otra parte, aunque la UE importa actualmente los dos tercios del pescado que consume, esta propuesta garantiza la necesidad de aplicar las mismas reglas a todo el pescado vendido en la UE. Un diplomático europeo lamentó que no sea más precisa.
Damanaki reconoció la magnitud de la tarea. "Comprendo las preocupaciones de los pescadores que quisieran sobrevivir en plena crisis. Pero no podemos seguir pescando como antes, porque de otra manera no quedarán peces", dijo en una entrevista a la AFP.
EEM