Internacional - Seguridad y Justicia
Abogado de madre acusada en Florida salta a la fama
AP ORLANDO, Florida, EE.UU. (AP) Hace tres años, el nombre de José Baez era casi desconocido en la comunidad judicial.
Este abogado nacido en Puerto Rico incursionó en la profesión tras desertar de sus estudios secundarios, obtener un diploma de graduación escolar después de rendir un examen especial y enrolarse en la armada. Poco después fracasó en varios negocios, inclusive dos empresas de bikinis, hasta que decidió matricularse en la Universidad Estatal de Florida y posteriormente en la Facultad de Derecho de la Universidad St Thomas. Le tomó otros ocho años obtener la licencia para ejercer la abogacía.
Ahora podría decirse que Baez, de 42 años, es uno de los abogados más prestigiosos del país después de la absolución de Casey Anthony de la muerte de su hija Caylee, de 2 años, un caso que cautivó la atención nacional y generó un intenso escrutinio de cada estrategia legal utilizada.
Durante los últimos tres años, Baez fue sometido a cuestionamientos por parte de sus colegas y comentaristas de televisión sobre su falta de experiencia como abogado penalista y sus tácticas legales. Ahora es una celebridad en el mundo del derecho y seguramente le lloverán entrevistas, ofertas para libros y posiblemente contratos para hacer películas que podrían significarle pingües ganancias.
"Me parece que estamos ante un caso que obviamente cambiará la vida de José Baez", comentó Terry Lenamon, ex miembro del equipo de defensa legal de Anthony, que dejó el caso en el 2008 después de desacuerdos sobre la estrategia a seguir.
"No es tan grande como el veredicto de OJ (Simpson), pero casi se le acerca... Estoy seguro que (Baez) sacará provecho de esto. El asunto es: ¿fue ese siempre el plan?"
Baez se hizo cargo de la defensa de Anthony sin cobrar en el 2008, después de una recomendación de un ex cliente que compartía el teléfono celular con la acusada luego de que ella fue arrestada por primera vez. Continuó con la defensa desde entonces, operando con los fondos del estado disponibles para Anthony por considerársele indigente, y de los 200.000 dólares que la mujer recibió por conceder la licencia de las fotos y videos a ABC News.
The Associated Press trató de contactar a Baez para este despacho, pero el pedido para entrevistarlo no fue respondido de inmediato.
En una entrevista con Geraldo Rivera de la cadena de televisión Fox News la noche en que se emitió el veredicto, Baez se encogió de hombros cuando se le preguntó si su éxito en este caso iba a silenciar a sus detractores.
"Me parece que su argumento de (falta de) competencia ha quedado descartado", respondió. "Lo que deseen decir sobre mí, bueno, pueden decir lo que gusten".
Baez, quien se crió en Nueva York y la Florida, tuvo que hacer muchos esfuerzos para convertirse en un abogado penalista, inclusive después que se graduó de la facultad de derecho. Aprobó el examen escrito para la Barra de Abogados de la Florida, pero se le negó la admisión debido a una serie de quejas contra su honorabilidad y su conducta financiera.
La Corte Suprema de ese estado ratificó la decisión en el 2000 porque no había pagado manutención de una hija que tuvo con su primera esposa y por lo que calificó de "graves dudas sobre su respeto por los derechos de otras personas y por la ley", como por ejemplo girar cheques sin fondos.
Finalmente pudo probarle a los examinadores que se había rehabilitado y fue aceptado para ejercer la abogacía en el 2005. Desde entonces no ha sido sometido a ninguna acción disciplinaria.
Alfredo García, ex decano de St. Thomas, no conocía a Baez cuando era estudiante de su alma mater ni antes de su graduación en 1997. Pero dijo que pudo conocerlo brevemente después de que asumió el caso de Anthony.
García dijo que la universidad le dio a Baez, quien también dirigía un par de organizaciones sin fines de lucro antes de ser abogado, un premio como ex alumno en el 2008 por proveer prótesis para niños discapacitados en otros países.
Relató que en el banquete que siguió a la ceremonia de premios, Baez le mostró una copia amarillenta de la carta de aceptación a la facultad de derecho. La carta había sido firmada por García, quien irónicamente estudió leyes con Jeff Ashton, el fiscal del caso Anthony, en la Universidad de la Florida.
Durante sus argumentos finales, Ashton comparó las teorías presentadas por Baez y el equipo de defensa sobre la manera en que murió Caylee Anthony en parte como un "viaje a través del escondite de un conejo hacia un mundo estrambótico".
Ashton y Baez discutieron constantemente durante los tres años que se prolongó el caso. Cada uno acusaba al otro de maniobras legales cuestionables, y en una ocasión durante una audiencia preliminar al juicio, Ashton le pidió al juez Belvin Perry que declarara a Baez en desacato judicial por lo que Ashton calificó como una violación flagrante de un plazo ordenado por la corte.
Después ocurrió el incidente durante la última argumentación de Baez, cuando éste se refirió indignado a Ashton como "este muchacho risueño" cuando lo observó riéndose mientras se cubría parcialmente con una mano en plena vista del jurado.
Pero en sus primeras declaraciones después de la absolución de Anthony, Baez parecía haber dejado atrás toda la antipatía.
Se refirió al equipo de la fiscalía en conjunto como "un magnífico grupo", calificó a Ashton como un "contrincante muy intenso" y a la fiscal principal Linda Drane Burdick como "una increíble adversaria" y "una de las mejores abogadas que he visto".
Muchas objecciones planteadas por Baez fueron invalidadas y sus mociones denegadas, por lo que su capacidad como abogado fue a menudo puesta en duda en algunos programas de televisión por cable, que en ocasiones lo mostraron como una especie de Barney Fife, un asistente de alguacil de la serie televisiva "The Andy Griffith Show" de la década de 1960 a quien sólo se le permitía llevar una sola bala en su arma.
Lenamon comentó que cualquiera de esos sentimientos de animosidad que el jurado percibió en la corte tanto en el juez o en la fiscalía por pequeños que hayan sido podrían haber tenido algo que ver con el resultado.
"Ven detalles como el fiscal riendo entre dientes durante la conclusión del alegato de la defensa", comentó Lenamon.
"Y detalles como esos pueden cambiar todo. Lo que tienen delante es un abogado que no necesariamente se ve muy experimentado, pero que se esfuerza por defender a su cliente. Eso contribuye al resultado de la ecuación. No es tan simple o fácil como todos quieren hacerlo parecer", destacó.
Lenamon afirmó que prevé que Baez continuará ascendiendo en su profesión.
"Lo importante es que pudo lograr su objetivo de manera favorable", agregó. "Tengo que quitarme el sombrero ante él y felicitarlo. Creo realmente que la gente lo subestimó".
AGVR
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