Editorial

¿De veras quiere el gobierno acabar con la delincuencia?

2011-09-01

Las mafias son, por lo que se ve, muchas veces más inteligentes que las autoridades para...

"En el enunciado del problema está la solución,
sólo es cuestión de entenderlo para resolverlo.
Pero con inteligencia"

 

Puntos concretos

Llama la atención la ineficiencia, indolencia e incapacidad del gobierno en su conjunto, para responder oportuna y eficientemente a los problemas nacionales, sobre todo tratándose la seguridad de la población, razón principal por la que el Estado se debe y justifica su existencia: para proteger a la población en su patrimonio e integridad física, por encima de otros deberes y obligaciones.

No es concebible que un puñado de mafias criminales hayan rebasado al gobierno y que el sistema de seguridad y justicia de la Nación sea tan indolente; que habiendo otras formas más inteligentes para combatir la delincuencia en todas sus ramificaciones, queramos acabarla combatiéndola en las calles, a fuego cruzado, con armamento pesado,  haciendo que la población sea rehén y víctima en medio de la guerra sangrienta entre las fuerzas de seguridad y la delincuencia.

Tampoco es grato que vivamos en la sospecha de ambos bandos, asumir molestias y el acoso de las policías con retenes, allanamientos y estados de sitio por unos cuantos delincuentes, que vivamos auto secuestrados en nuestros casas, contagiados de todo tipo de temores por lo que vemos y oímos diariamente, dejando incluso sin escuela a los niños y jóvenes que viven presos del miedo y el temor por sus vidas ante ataques terroristas.
 
Por un lado, miedo a la confusión de los policías y, por otro, el temor a los delincuentes que tal parece son invisibles, difíciles de atrapar y exterminar.

Disparates y desfiguros

También resultan disparatadas y desfiguradas las declaraciones, comentarios y discursos que vemos y escuchamos sobre los hechos que ocupan la atención de la población, los del lamentable atentado diabólico al Casino Royale de Monterrey, queriéndonos distraer, y volteando las cámaras y reflectores hacia escenarios que nada tienen que ver con el origen y causa de estos sucesos criminales y atroces.

Ahora se sabe que los incendiarios de ese lugar lo hicieron por un "ajuste de cuentas" entre los propietarios y la banda que los "renteaba", que llevaron a cabo el ataque para cumplir la amenaza de incendiar el casino por no pagar "la renta" o simplemente por rechazar hacer el pago de la renta.

Por esta hipótesis de la "vox populi" murieron 52 personas de la manera más cruel, vil y cobarde. ¿Acaso la tragedia se hubiera evitado si todos los permisos hubieran estado en regla? ¿O, que sucedió porque estaban trabajando irregularmente? ¿O si las maquinas tragamonedas contrabandeadas fueron la causa de esta tragedia? Qué disparates y desfiguros los de las autoridades que quieren curarse en salud y deslindar de esta manera su responsabilidad real.

De la misma manera, como el Casino Royale de Monterrey,  muchos otros negocios y establecimientos públicos operan y están expuestos o viven bajo estas amenazas y modus operandi  de los bandoleros, no sólo en Monterrey sino en cualquier otra plaza de la república.

La denuncia ciudadana a las autoridades es una arma de doble filo que implica un riesgo más peligroso, por la "cancerización" de las policías y sus altos mandos, además de las represalias y venganza de los extorsionadores. Por eso aparecen cuerpos sin cabeza y mutilados arrojados en las calles o carreteras, por si no lo sabían. O negocios incendiados como lo vemos, por evasión de rentas impuestas por la delincuencia organizada en este sector y a estas empresas o negocios; o por haberlos denunciado.

La responsabilidad que sí es imputable al casino es la falta de seguridad dentro y fuera del establecimiento, y que hayan descuidado la seguridad de sus clientes, sobre todo tratándose de un negocio donde circula el dinero como en cualquier institución bancaria. Más todavía si ya había amenazas de incendiarlo. Esta sí es una grave responsabilidad civil, penal y moral que tendrá que verse con objetividad. Tal vez el negocio no debiera haber estado clausurado por las autoridades, sino más bien cerrado por los propietarios por las amenazas que había sobre el lugar y el público asistente.

Si tenía permiso o no para operar, no es materia para fincar en ello la causa de la tragedia ni fue tampoco el origen. Tampoco es materia de salubridad, turismo, de Hacienda o aduanas, es materia de seguridad y justicia. Son fallas y responsabilidad del aparato del gobierno en el área de seguridad que no está funcionando, sean municipales, estatales o federales.  También de la empresa como parte de una intuición o línea de investigación.

Incapacidad e incompetencia, indolencia

También fue notable la ausencia de vigilancia y medidas de seguridad por parte de las autoridades, donde no había policías ni patrullas alrededor de esta zona que debió estar sumamente vigilada, no sólo por policías municipales, sino además con el apoyo de soldados y policías federales que se sabe patrullan continuamente esta ciudad.

Sobresale el hecho de que las cámaras de video vigilancia son más eficaces que las autoridades y policías. Gracias a ellas se pudo atrapar a los presuntos autores materiales. La única desventaja es que no sirven para prevenir y evitar estos atentados, para lo que sí deberían servir los cuerpos policíacos.
 
Es un sueño y una fantasía pensar que con presencia policial o militar, con más policías y soldados, que con aviones, rifles o cañones van a acabar con la delincuencia, y menos cuando dentro de las instituciones encargadas hay filtraciones y corrupción añejas.

Todavía más cuando los delincuentes se mezclan y viven alternando dentro de la sociedad en edificios, condominios y zonas residenciales en donde se confunden con todos los demás. Peor aún, cuando están dentro del mismo gobierno, infiltrados y despachando en puestos claves de alta seguridad o de la política. Es difícil combatirlos de mil maneras.

Hay que buscar formas más inteligentes y menos riesgosas para la población. Una sola que acabe con la delincuencia, de una vez por todas, y no esperar que los delincuentes acaben con todos uno por uno, o en grupo, en masa como acaba de suceder.

En toda competencia o torneo deportivo, como en cualquier otra área, siempre la inteligencia es primero, antes que el movimiento de la musculatura, que depende de las órdenes que le manda el cerebro. Si no hay inteligencia, la guerra está perdida. Y de eso debemos hablar ahora, de medidas de combate inteligentes, que sean superiores para combatir a la resistencia y la ofensiva del crimen organizado y la delincuencia hormiga.

Soluciones hay, voluntad e interés, no

La solución ya está sobre la mesa, y fue propuesta por la Federación de Economistas Mexicanos, A.C., desde hace año y medio; directamente turnada al Presidente de la República y a los secretarios de Seguridad Publica Federal, de Economía, de Gobernación y a la Procuraduría General de la República.

Se intenta, simple y llanamente, de acabar con la circulación y el tráfico de dinero en efectivo y que todo tipo de transacción comercial, financiera y de cualquier índole, se realice directamente de una a otra cuenta bancaria. Que así como la mayor parte de la población  tiene una credencial de elector, ahora, de la misma manera, todos los que manejamos dinero sin importar cantidades, contemos con una cuenta única para hacer nuestras transferencias, como ya tiene la mayor parte de la población una cuenta en algún banco. A través de ésta tendríamos que acostumbrarnos a recibir dinero y hacer nuestros pagos, como también ya lo hacemos la mayoría.

Los sistemas y la tecnología existen, están en uso por una gran mayoría de personas que ya se habituaron a estas operaciones electrónicas y de tal manera su dinero está protegido contra robo y asaltos, pero no contra otro tipo de riesgos como son la extorsión o el secuestro, que persisten porque sigue habiendo y circulando dinero en efectivo.
 
Si esta iniciativa se llevara a cabo, si desapareciera el dinero físicamente, en efectivo, desde ese mismo momento el dinero dejaría de ser anónimo y estaría debidamente legitimado. En ese entonces se acabaría automáticamente, y de una vez por todas, con la delincuencia ya que no tendrían los delincuentes forma ni manera de pasar desapercibidos a la hora de cometer un delito.

Pero lo más importante y trascendente: acabaríamos con la corrupción y, por consiguiente, con los corruptos. Se acabaría también el contrabando, el tráfico de drogas y de armas, los secuestros, la evasión fiscal, las extorsiones de todo tipo, con toda actividad delictiva, cualquiera que imaginemos, puesto que el dinero, aparte de volverse nominativo, también estaría bien identificado así como su camino, la ruta que sigue; su orígen y destino.

Es una medida drástica pero finalmente es la única medicina si verdaderamente queremos acabar de una vez por todas con la delincuencia. Es con inteligencia, no con armas ni cárceles, como debemos terminar con los delincuentes. Solamente hace falta cerrarles el paso y el camino.

Las medidas paliativas que se han tomado en el sistema financiero con la finalidad de combatir el lavado de dinero, estableciendo mínimos y máximos de depósitos, compra de moneda extranjera, etcétera, son pildoritas que no surten efecto y, en tal caso, son proteccionistas, para privilegiar a los barones y magnates del dinero en nuestro país.

Las mafias son, por lo que se ve, muchas veces más inteligentes que las autoridades para mover y disfrazar su dinero. Rebasan las medidas y prohibiciones mediante su mejor arma que es la corrupción.

Por eso también con esta propuesta se acabaría ipso facto la corrupción. ¿Quién se atrevería a quedarse atrapado o enganchado por esta vía, transfiriendo o recibiendo fondos ilícitos, de origen fraudulento o criminal? ¿Quién podría escapar de semejante dispositivo electrónico a la hora de hacer sus pagos o recibirlos?

Hasta el gobierno saldría beneficiado, por la recaudación fiscal y el incremento de los causantes, porque en el momento de una transferencia cobraría los impuestos que causara el cargo-abono, y nos dejaríamos de trámites y regulaciones fiscales engorrosas y fastidiosas.

Es aquí en donde interviene la ingeniería tecnológica del gobierno para que el sistema sea eficiente, y hacer eficaz el mecanismo operativo que genera la información para otras áreas de seguridad y justicia. Hacerlo inviolable e invulnerable para que el dinero este seguro, que no exista como causa de delincuencia.

El contenido de la propuesta y sus generalidades se encuentran en este sitio, si desea el lector consultarla:

https://elperiodicodemexico.com/nota.php?sec=Exclusivas-Editorial&id=375230

La misma también está en manos del Presidente de la República y de los secretarios de Estado mencionados. Es lamentable que no le presten atención y le den prioridad para llevarla a cabo, porque tarde o temprano se tendrá que hacer; pero en este caso, cada día que pasa se suman más víctimas inocentes que pudieron haberse salvado si el dinero en efectivo no hubiera existido.

¿De qué manera podría pagarse una extorsión o el rescate de un secuestro, sino circula el dinero en efectivo? Ni modo que este tipo de delincuentes sean tan ingenuos para aceptar una transferencia a alguna de sus cuentas, o de sus secuaces, y de tal manera quedar automáticamente identificados. Nadie se atrevería a semejante peligro y amenaza de quedar automáticamente detectado para ser atrapado.

La guerra contra el crimen organizado se gana con inteligencia

La delincuencia es una actividad sofisticada, capaz de infiltrar, neutralizar y corromper al poder público, que cuenta con una nueva mezcla delictiva y una organización paramilitar trasnacional. No hay que menospreciarla en su capacidad y sólo queda combatirla con inteligencia, con más de la que ellos tienen para delinquir.
 
El presidente lo ha dicho, pero no se ha hecho. Del dicho al hecho hay un buen trecho.

Estas son sus palabras pronunciadas por el presidente Calderón Hinojosa precisamente en Monterrey Nuevo León, hace más de un año durante una reunión de alto nivel a la que llamaron "Para Vivir Mejor en Nuevo León":

• Somos conscientes de que en el siglo XXI las Guerras y, particularmente, la Guerra contra el crimen organizado se gana con tecnología informática, con información, con inteligencia, con policías mucho mejor preparadas […] Es la clave, una clave medular para poder vencer".

• "Yo creo que una de las cosas, uno de los objetivos que me he puesto es que al terminar la administración podamos tener una base tecnológica, informática, superior a la de cualquier delincuencia".

• "La Plataforma México nos permite, ahora, ubicar una base de datos enorme que nos está permitiendo, precisamente, armar, por ejemplo, no sólo el perfil criminal, sino el modus operandi de muchos criminales".

• Necesitamos colectar información de la sociedad, porque si nosotros armamos una base de datos confiable, podemos saber en dónde operan, cómo operan y quiénes operan; y podemos actuar con mucha mayor fuerza que ellos.

¿En dónde está pues la aplicación de esa base informática de la tecnología telemática para atrapar a los delincuentes y evitar que sigan cometiendo crímenes? Tienen la teoría, pero no la saben usar, mucho menos aplicar, y enfocarla hacia la solución de los problemas como el de la inseguridad y la violencia que tiene asolada a la población, problema nacional número uno.

Los sistemas instalados y en operación son suficientes para prevenir la delincuencia y prever circunstancias delictivas. Lo más simple sería cerrar y poner candados en todas las puertas abiertas que tienen a su alcance, cuya llave es el dinero "en efectivo". Por eso se insiste tanto en esta propuesta de acabar con la circulación y tráfico del dinero, y así con la corrupción que propicia y solapa a la delincuencia.

¿Por qué no?

Ya basta de críticas, excusas y pretextos, de reclamos, manifestaciones, marchas y acciones obsoletas y fallidas, hay que actuar con las armas y herramientas que nos brinda la tecnología y que están a nuestro alcance. Queremos que el gobierno acabe con la delincuencia ya, ahora, no en el próximo sexenio o nunca. Que la combata efectivamente y que la acabe para siempre. Basta de perder el tiempo, de discursos y disculpas que no sirven para nada. Queremos que el gobierno, las fuerzas de seguridad, el sistema bancario, hacendario y fiscal, actúen con inteligencia y eficacia, y que sea pronto.

Basta ya de decir ya basta. Hay que ir de la protesta a la propuesta y que el gobierno cumpla fiel su cometido, gobernarnos con inteligencia.

La Federación de Economistas Mexicanos, A.C., reitera que seguirá insistiendo hasta que su propuesta se lleve a cabo. En eso debería estar trabajando el gobierno, estudiándola por lo menos, no en la preparación de comunicados, boletines de prensa, o discursos para darnos las peores noticias de la mejor manera, suavemente.

Por gobierno nos referimos a los tres poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, los tres enfocados en estudiar esta propuesta y llevarla a cabo, pero no para hacerlo en el siguiente sexenio, sino ahora.

Es una proclama popular para el gobierno: que acabe de una vez por todas con la delincuencia, que la combata eficazmente y no de manera indolente habiendo una mejor propuesta.

Solamente para finalizar, queda estas dos preguntas al aire para los destinatarios de la iniciativa de esta reforma monetaria: ¿Por qué no? ¿De veras quiere el gobierno acabar con la delincuencia?



JMRS
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