Internacional - Política

Presidente afgano culpa a grupo pakistaní por ataques

2011-12-07

Por Mirwais Harooni, Reuters

KABUL - El presidente afgano, Hamid Karzai, culpó el miércoles a un grupo con sede en Pakistán por ataques bomba en tres ciudades afganas que acabaron con la vida de al menos 59 personas el martes, una acusación que podría provocar nuevas tensiones con Islamabad.

Las explosiones fueron los peores ataques sectarios en Afganistán desde la caída del Gobierno talibán. La mayor de ellas tuvo lugar en un santuario en el corazón de Kabul y dejó un saldo de 55 personas fallecidas.

Una persona que se identificó como vocero del grupo Lashkar-e-Jhangvi al-Alami, con sede en Pakistán, se atribuyó la responsabilidad del ataque suicida del martes en Kabul en una llamada telefónica a un periodista de Reuters horas después de la explosión.

La persona, que se identificó como Abu Bakar Mansoor, dijo que el blanco era la comunidad chií.

"Lashkar-e-Jhangvi (...) se ha atribuido la responsabilidad por este ataque (...) Investigaremos el tema muy cuidadosamente y lo discutiremos con el Gobierno pakistaní", dijo Karzai tras cancelar reuniones en Londres para volver a Afganistán y reunirse con las víctimas.

"Esta es la primera vez que han actuado en Afganistán en un día religioso muy importante. Sin duda, es hostil a Afganistán, a la gente de Afganistán y al Islam", declaró el presidente afgano en un hospital que trataba a las víctimas del ataque bomba en Kabul.

Los afganos previamente no habían sufrido ataques sectarios a gran escala, como ocurren a menudo en Irak y el vecino Pakistán, pero ahora están ante la sombría perspectiva de un nuevo tipo de violencia que se suma a los peligros de la vida cotidiana.

El supuesto vocero no era conocido por el periodista de Reuters, ex militantes que alguna vez tuvieron vínculos con el grupo dijeron que no reconocían su nombre y la atribución no pudo ser verificada en forma independiente.

Lashkar-e-Jhangvi es uno de los grupos anti-chiíes más violentos de Pakistán y parte de un conjunto de militantes vinculados con al Qaeda. También ha forjado fuertes vínculos con grupos militantes que operan en área tribales en la frontera afgana.

En otro incidente el miércoles, una mina al costado de la ruta causó la muerte de 19 civiles e hirió a otros cinco cuando explotó en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, dijo el gobierno provincial, lo que aumentó la cifra de fallecidos a 78 en sólo dos días.

TEMORES POR LA SEGURIDAD

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por su sigla en inglés) de la OTAN, responsable por la seguridad en gran parte de país, dice que está ganando la guerra contra los talibanes.

Pero si los ataques del martes sientan un precedente para la violencia entre la mayoría suní y la minoría chií, eso comprometería seriamente los recursos de la policía y del Ejército.

En un funeral para víctimas del ataque, cientos de musulmanes chiíes llevaron en andas los cuerpos de los muertos y dijeron que como habían muerto en una ceremonia musulmana, habían fallecido en nombre del profeta Mahoma.

"Fuimos sacrificados por ustedes", gritaron.

El Ministerio del Interior ha culpado a "los talibanes y terroristas", sin dar más detalles, a pesar de que los talibanes condenaron en duros términos los ataques.

"Queremos que el Gobierno afgano, la comunidad internacional y aquellos que están involucrados en los asuntos de Afganistán revelen quiénes estuvieron detrás del ataque", dijo Yazdan Parast, otro musulmán chií que asistió a la ceremonia.

Entre los muertos en los ataques del martes figura un estadounidense, dijo la embajada de Estados Unidos en Kabul en un comunicado, sin entregar mayores detalles.

En la conferencia alemana, los aliados occidentales del Gobierno afgano, que destinaron miles de millones de dólares al país desde la caída de los talibanes en el 2001, prometieron seguir apoyando al Afganistán luego del 2014, el plazo estipulado para el retiro de las tropas de combate extranjeras.

Afganistán cree que no podrá financiar el Ejército y la policía que necesita después de esa fecha sin ayuda internacional.

El ataque del martes puso de relieve los temores sobre la capacidad de sus fuerzas para lidiar con la violencia una vez que la ISAF les transfiera el control de la seguridad.



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