Internacional - Finanzas

La decepcionante iniciativa de empleos de Goldman y Buffett

2012-01-03

Excepto que nada de eso ocurrió. Más de dos años después de iniciado...

DYLAN MACHAN, WSJ

Goldman Sachs anunció en 2009 que invertiría US$500 millones y se asociaría con Warren Buffett para ayudar a pequeñas empresas a crecer y generar empleos. La respuesta fue entusiasta: ciertamente con el calibre de los involucrados, su conocimiento del mundo de los negocios y el capital aportado, los motores de la iniciativa comenzarían a generar puestos de trabajo a diestra y siniestra.

Excepto que nada de eso ocurrió. Más de dos años después de iniciado este programa a cinco años, el cual planeaba llegar y nutrir a 10,000 pequeñas empresas, se ha cumplido apenas 5% de esa meta, y Goldman está reevaluando la cantidad de tiempo que necesitará para cumplir esa meta. ¿Y qué hay de Buffett, quien ha mantenido un papel activo (si bien no financiero) en el plan? El copatrocinador, con frecuencia locuaz, se negó a hacer comentarios.

El programa, llamado 10,000 Pequeñas Empresas, está basado en la más reciente investigación sobre creación de empleos de Michael Porter, de la Facultad de Negocios de Harvard, cuya organización Initiative for a Competitive Inner City ha aducido éxito en este terreno. Las empresas candidatas serían examinadas en busca de potencial de crecimiento y recibirían hasta 100 horas de educación diseñada por expertos en emprendimiento de Babson College; por separado, algunos recibirían capital de Goldman en forma de un préstamo. Ello incluiría ayuda en materia de conexiones y mentores y la fortaleza de instituciones financieras de desarrollo comunitario locales, que tienen experiencia haciendo préstamos a poblaciones que tienen dificultades para obtenerlos.

Suena como una fórmula ganadora. Pero hay pocas pruebas de que los préstamos comunitarios creen muchos empleos, según Paul Kedrosky, académico del centro de estudios de emprendedores Fundación Kauffman, quien califica la mayoría de estos programas de "desastres". Los estudios indican que las mejores empresas para crear empleos son aquellas que son inherentemente más productivas (piense en una compañía tecnológica revolucionaria en vez de una empresa de jardinería local) y habitualmente no tienen problemas para conseguir que les presten dinero. Para otros negocios, sin importar cuánta capacitación o dinero reciban, hay un límite para su crecimiento.

Ahora que el programa de Goldman y Buffett se acerca a la mitad de su camino, parece que los escépticos podrían tener razón. El programa ha sido introducido en seis ciudades: Nueva York, Houston, Nueva Orleans, Chicago, Los Ángeles y Long Beach, California. Pero hasta ahora, solamente han sido prestados US$20 millones, y tan sólo 500 propietarios de pequeñas empresas han tomado parte en el programa. En cuanto a la creación de empleos, Goldman se niega a informar los totales, pero las cifras recolectadas en cálculos informales se ven modestas en el mejor de los casos. La rama de Nueva York del programa, por ejemplo, dice que sus 82 graduados han creado unos 200 puestos de trabajo.

Dina Habib Powell, quien supervisa el programa para Goldman, dice que parte del problema es la competencia de otras gestiones gubernamentales y privadas de creación de empleos. "Es un mercado de soluciones atiborrado". Aun así, Powell dice que Goldman está complacido con los resultados hasta el momento y señala éxitos como Jessica Johnson, quien planea contratar otros 15 trabajadores para su firma de seguridad en el distrito neoyorquino de Bronx, Johnson Security Bureau. "Queremos tomarnos el tiempo de ayudar a que las empresas crezcan", explica Powell. Porter describe esta fase como un periodo de gestación, por cuanto el programa está verificando rigurosamente a los postulantes para concentrarse solamente en aquellos encaminados a un crecimiento rápido. "No estamos hablando de pequeños negocios familiares", dice.

Para ver qué clase de progreso ocurría, fui a Nueva Orleans para hablar con algunos de los receptores del programa. Si bien vi negocios prometedores, pocos parecían ajustarse al ideal de usar los recursos del programa para generar empleos rápidamente. Por ejemplo, Betty Nguyen-Archote y Donovan Archote recibieron un préstamo de US$50,000 de Goldman Sachs para ayudarlos a renovar su Pizzería Huey P's. Pero dijeron que estaban demasiado ocupados como para asistir a las clases de negocios. En cuanto a crecer, les gustaría agregar un barra de sushi al restaurante asiático que poseen, pero no con el dinero de Goldman. "Somos un pequeño negocio familiar", dice Betty (algo que a Porter no le gustaría oír). "Como muchos estadounidenses, queremos pagar nuestra deudas".

Esa es una temática común para todos: las pequeñas empresas y sus dueños han estado tratando de reducir deudas, para decepción de quienes tratan de alentar el anémico crecimiento de Estados Unidos. Además, no está claro si los Archotes necesitaban el dinero. Ellos fueron unos entre varios otros emprendedores que ya habían calificado para préstamos comunitarios antes de iniciara el programa de Goldman.

Goldman dice que no ha fijado parámetros para evaluar cuánto debería crecer una compañía. Pero cuando lanzó su programa, recalcó que su misión era invertir en empresas encaminadas a crear empleos. Desde entonces, quizá haya tenido que enfrentar cuán difícil es eso en la práctica. Lo que Goldman no quiere hacer es lo que Kedrosky dice que han hecho muchos de sus predecesores: "Decir 'que sea lo que sea', y [dar] su dinero y educación a una mezcolanza de empresas".



gilberto

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