Internacional - Finanzas

Uno de los arquitectos del real aboga por su convertibilidad

2012-01-13

Una moneda plenamente convertible permitiría a las empresas de Brasil e incluso a los...

Por ROGERIO JELMAYER y TOM MURPHY, WSJ

SAO PAULO (Dow Jones)—Dieciocho años después de su lanzamiento, el real brasileño aún está lejos de ser una moneda convertible mundialmente que iguale las ambiciones económicas del país, según uno de sus arquitectos.

El Plan de Estabilización del Real fue cultivado durante los ocho años del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso, el cual finalizó en 2001. "Durante ese tiempo, impulsamos al real por la senda de una moneda convertible", dijo el economista Edmar Bacha, quien ocupó puestos clave. "Pero no lo llevamos hasta su punto culminante ".

Una moneda plenamente convertible permitiría a las empresas de Brasil e incluso a los individuos, a invertir libremente, comerciar bienes y comprar y vender propiedades en cualquier parte del mundo usando el real brasileño.

Los esfuerzos se interrumpieron en 2003, durante la presidencia del sucesor de Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, o PT, uno de los gestores del plan de estabilización de 1994 que creó al real.

Los gobiernos del PT, bajo la presidencia de Lula y de la actual presidenta Dilma Rousseff, han favorecido un control estatal más fuerte sobre funciones económicas clave, incluido el crédito, la energía y el tipo de cambio.

Pero Bacha, de 68 años, añadió, "una moneda plenamente convertible es inevitable. Los inversionistas brasileños lo exigirán, especialmente a medida que las empresas de Brasil se vuelven multinacionales estableciendo operaciones en el extranjero".

Una moneda convertible podría ayudar a resolver otro problema en el mercado de divisas de Brasil, como las estratosféricas tasas de interés, dijo Bacha. El alto precio que paga Brasil para endeudarse atrae inversiones de corto plazo, las cuales —el año pasado— elevaron a la divisa a niveles históricamente altos frente al dólar.

Hay ciertas peculiaridades en el mercado de divisas local que necesitan ser resueltas, dijo Bacha, director del Instituto de Investigación Económica Casa das Garcas.

El mayor problema es el acceso limitado al mercado de contado, lo que significa que los volúmenes del mercado de futuros pueden ser 10 veces superiores a los del mercado de contado, mientras que en Estados Unidos es cerca de tres veces superior.

"Hay muchos exportadores, empresas y bancos que necesitan operar en el mercado de divisas, pero está impedidos para operar de contado", dijo Bacha. "Esto los lleva hacia el mercado de futuros".

El banco central sólo autoriza a 14 bancos locales a operar como intemediarios de divisas, un hecho que desde hace tiempo ha generado enojo entre los operadores, empresas de corretaje y bancos más pequeños. Muchos acusan a los operadores -todos ellos grandes nombres domésticos o instituciones internacionales- de un tire y afloje en las cuotas diarias de divisas para su propio beneficio.

"No hay duda que esta situación provoca distorsiones", dijo Bacha. "Una solución sería abrir las operaciones para más agentes económicos, pero las reformas en esta área ahora están a paso de caracol".

Como la mayoría de bancos centrales, el de Brasil es naturalmente cauteloso, añadió Bacha. La crisis de la deuda externa de las décadas de los 80 y los 90, combinada con la hiperinflación y las elevadas tasas de interés, dejaron un legado duradero. La cautela fue reforzada durante la crisis del crédito del 2008 y 2009, cuando una cantidad de empresas brasileñas presentó enormes pérdidas en operaciones con futuros de divisas.

Dos grandes empresas, el productor de papel y pulpa Aracruz y el frigorífico Sadia quedaron cerca de la bancarrota y fueron forzados a fusionarse con sus rivales o desaparecer.

No obstante, dichos problemas no están siendo abordados directamente, según Bacha.

"Al regular celosamente el mercado de contado, el gobierno ha descuidado las regulaciones de las operaciones a futuro", dijo. "Hay poca transparencia en las transacciones con futuros. Incluso el banco central no puede saber qué posiciones están siendo asumidas y por qué empresas. Eso deja un margen para las sorpresas desagradables".

Portavoces del ministerio de Finanzas, el banco central y el PT prefirieron no emitir comentarios para este artículo.

Bacha dijo que el gobierno debería permitir a los brasileños invertir en el exterior, creando una nueva fuente para la demanda de dólares. Las restricciones actuales solo permiten hacerlo a los muy ricos.

El único gran cambio de política de los últimos meses fue un nuevo impuesto sobre las operaciones financieras de futuros. La intención fue reducir los ingresos de flujos no deseados de capitales extranjeros de corto plazo.

"Otro impuesto no era el modo correcto de abordar el tema", dijo Bacha. "La fuerza principal que está detrás de la apreciación no deseada del real frente al dólar siguen siendo las altas tasas de interés. La reforma más bienvenida de todas sería una reducción de las tasas de interés".



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