Internacional - Finanzas

Los mercados emergentes muestran signos de cansancio

2012-03-08

Las malas noticas provenientes de Brasil el miércoles ponen de relieve una nueva...

Por JOHN LYONS y BOB DAVIS, WSJ

Las malas noticas provenientes de Brasil el miércoles ponen de relieve una nueva preocupación para la economía mundial: los principales mercados emergentes están perdiendo bríos.

Esa es una preocupación mayúscula en medio de la crisis europea y la floja recuperación de la economía estadounidense. Brasil, China, Rusia, India y Sudáfrica son algunos de los países que contribuyeron a levantar la economía global tras la crisis financiera de 2008.

En esta ocasión, sin embargo, estos países no parecen estar en condiciones de hacer lo mismo. En muchos casos, batallan contra problemas como la sobrevaloración de sus monedas y brotes inflacionarios.

Brasil anunció esta semana que su economía creció alrededor de 2,7% en 2011, menos de la mitad de lo que el gobierno había proyectado hace un año. La producción industrial, asimismo, cayó 2,1% en enero, el mayor descenso desde la crisis de 2008.

"La presión de cargar con el peso del crecimiento mundial sobre sus espaldas ha comenzado a pasar factura a las economías emergentes", sostiene Eswar Prasad, profesor de la Universidad de Cornell. "La capacidad de las economías emergentes para contribuir a la recuperación mundial está siendo puesta a prueba", añade.

Brasil, en todo caso, dista de ser un caso aislado. Las previsiones de crecimiento se están revisando a la baja a lo largo de las economías en vías de desarrollo. El lunes, el primer ministro de China, Wen Jiabao, recortó la meta de crecimiento anual del país a 7,5%, tras mantenerla en 8% desde 2005. India reveló la semana pasada que su economía creció 6,1% en el cuarto trimestre de 2011, su menor ritmo en dos años. Los economistas esperan que Sudáfrica se expanda 2,5% este año, muy lejos de la tasa de 7% de la que el presidente del banco central, Gill Marcus, fijó como objetivo hace apenas un año para combatir el alto desempleo.

La mayor parte de las economías en desarrollo, no obstante, todavía crecen más rápido que EU, Europa y Japón. La inversión extranjera se está recuperando y el alza en los precios de las materias primas deberían estimular el crecimiento de las naciones ricas en recursos naturales, como Sudáfrica, un gigante minero, y Brasil, un importante exportador de mineral de hierro, soya, carne y otros productos.

"Los mercados emergentes siguen estando en la locomotora, pero el tren viaja a una velocidad más lenta", dice Mohamed El-Erian, presidente ejecutivo de Pacific Investment Management Co., que gestiona un portafolio de cerca de US$1,3 billones (millones de millones) en bonos.

La desaceleración de China, el principal socio comercial de Brasil, Sudáfrica y numerosos exportadores de commodities, tendría repercusiones globales. China, por ejemplo, compra mineral de hierro y soya a Brasil; mineral de hierro, magnesio, cobre y otros metales a Sudáfrica y cobre a India. Eso sin siquiera mencionar los automóviles y los bienes de lujo que les compara a las naciones desarrolladas.

China se expandió a una tasa promedio de 10% durante 30 años, algo que ningún otro país ha conseguido en la historia. Sin embargo, su modelo de crecimiento se apoya en gran medida sobre tres pilares que ahora se hallan bajo presión: las exportaciones, la inversión en industrias de capital intensivo y la apreciación de los bienes raíces.

El banco de inversión japonés Nomura calcula que las exportaciones de China cayeron 15,2% en febrero frente al mismo mes del año pasado, un reflejo de los problemas por los que atraviesan los mercados en EU, Europa y Japón.

Los precios de los apartamentos en las mayores ciudades de China, por otra parte, se elevaron de tal manera que ahora están fuera del alcance de gran parte de la población, lo que socava el auge del sector y provoca dolores de cabeza a los líderes políticos.

Ahora, el gobierno está dejando claro que los años de crecimiento de más de 10% están llegando a su fin. La idea es que la expansión del país dependa menos de las exportaciones y más del consumo interno. Eso podría dar a China una basemás robusta sobre la cual edificar su crecimiento a futuro. La transición, en todo caso es complicada, en especial si no se generan suficientes empleos.

El gobierno brasileño atribuye los problemas de la economía a la decisión de Europa y EU de reducir las tasas de interés, lo que ha permitido el ingreso de una avalancha de capital especulativo al país. Pero muchos de los problemas son locales. Los altos impuestos, carreteras deficientes, una burocracia que no deja de crecer y la corrupción endémica convierten a Brasil en uno de los países más caros del mundo para fabricar productos.

El resultado es un sector industrial cada vez menos competitivo que sufre una agonía lenta mientras que a los exportadores de materias primas y los proveedores de servicios como restaurantes y cines les va bien.

La Confederación Nacional de la Industria, que agrupa al sector manufacturero, divulgó esta semana un comunicado en el que califica las perspectivas económicas de "alarmantes".



EEM