Internacional - Política
Morsi no ofrece nada que desactive la crisis
MAGGIE MICHAEL y AYA BATRAWY, AP
EL CAIRO, Egipto Con tono airado, el presidente egipcio rechazó el jueves cancelar el referéndum al que someterá a la controvertida constitución del país y que ha desatado la peor crisis política en dos años. Los manifestantes corearon "¡Muera el régimen!" y agitaron en lo alto sus zapatos, en señal de desprecio.
Mohammed Morsi adoptó una postura inflexible una noche después de que miles de su partidarios y oponentes escenificaron enfrentamientos fuera del palacio presidencial en El Cairo. Hubo por lo menos seis muertos y 700 heridos.
La crisis comenzó cuando Morsi se otorgó por decreto facultades por encima del poder judicial. Le siguió la aprobación apresurada de un borrador constitucional, una decisión que polarizó al país y llevó las tensiones políticas a un nivel no visto en casi dos años desde que fue derrocado el líder autoritario Hosni Mubarak.
En un discurso televisado a nivel nacional, Morsi acusó a algunos sectores de la oposición servir a los remanentes del régimen autoritario del depuesto Mubarak y afirmó que no tolerará las acciones dirigidas a derrocar a su gobierno "legítimo".
Ante la postura de Morsi, unos 30.000 opositores gritaron a coro "¡El pueblo quiere el derrocamiento del régimen", mismo lema que utilizaron los manifestantes que causaron la caída de Mubarak.
Morsi asimismo invitó a la oposición a un "diálogo integral y productivo" que inicie el sábado en su palacio presidencial, pero no dio señales de que estaría dispuesto a hacer alguna concesión importante.
La oposición ha expresado que no desea reunirse con Morsi a menos que anule primero los decretos con los que se arrogó poderes casi ilimitados y que dé marcha atrás al proyecto de constitución que fue aprobado la semana pasada por sus aliados islamistas en una sesión maratónica.
Morsi dijo que el referéndum sobre la controvertida carta magna se efectuará en la fecha prevista, el 15 de diciembre, y se rehusó además a anular los decretos que expidió el 22 de noviembre.
Aunque leía notas preparadas, Morse improvisó con frecuencia en su discurso. Utilizó una corbata negra en señal de luto por las seis personas muertas durante los enfrentamientos del miércoles.
Por la mañana, se acrecentaron los problemas para Morsi debido a la renuncia de uno de sus colaboradores en protesta por la forma como ha manejado la crisis.
Con esta dimisión se eleva a siete el número de personas del primer círculo de colaboradores 17 que abandonan al presidente. También renunció el único cristiano en un grupo de cuatro asistentes del presidente.
La violencia del miércoles fue la peor desde la elección del líder islámico en junio.
Después de los feroces enfrentamientos entre partidarios y detractores del mandatario islámico, el ejército egipcio aisló el jueves el palacio presidencial con tanques y alambre de púas.
Mohamed ElBaradei, un líder de la oposición, dijo el miércoles que el gobierno de Morsi "no es diferente" al de Mubarak. "De hecho, tal vez sea peor", dijo el ganador del Nobel de la Paz.
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