Cabalístico

¿Por qué ha renunciado Benedicto XVI?

2013-02-13

No es ningún secreto, que el mundo actual necesita de un Papa capaz de enfrentarse al...

Autor: Néstor Mora Núñez

Por qué el Santo Padre ha decidido renunciar al Ministerio Petrino? Creo que sus propias palabras lo dejan claro:

Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

No es ningún secreto, que el mundo actual necesita de un Papa capaz de enfrentarse al proceso de cambio social y los continuos desafíos que sociedad, ciencia y cultura, nos plantean. Si la salud del Santo Padre flaquea, su responsabilidad le hace decidir anteponiendo a la Iglesia. Hay que ser muy valiente para dar el paso que Benedicto ha dado hoy. Valiente y humilde, ya que legar el timón de la Iglesia contiene un mensaje maravilloso: Nadie es imprescindible, ya que la Voluntad de Dios es la fuerza que mueve el mundo.

Confieso que la renuncia del Papa al Obispado de Roma y al Ministerio Petrino me ha cogido por sorpresa. Con Benedicto XVI me siento especialmente sintonizado, ya que el pensamiento agustiniano corre por sus venas y esto se nota en sus homilías, catequesis y escritos varios. Pero no puedo dejar de agradecer al Señor estos años de sintonía y comunión que he vivido con el Santo Padre. Esta mañana, una llamada de un amigo sacerdote me puso en aviso e hizo que comenzara a pensar en lo que esta renuncia conlleva. Gracias D. Joan.

No es necesario ponerse catastrofista, ni pensar en que esta renuncia es una tragedia. Gracias a Dios, Su Santidad podrá dedicarse a su labor de teólogo para beneficio de la Iglesia y podrá vivir de forma reposada, los años que le tenga reservado el Señor. No puedo más que alegrarme por la persona, el ser humano, que hay detrás de Su Santidad Benedicto XVI. Esta renovación del papado será diferente, ya que no tendremos que compaginar la tristeza por la muerte del Papa y la alegría por la nueva esperanza que nace de la elección de nuevo Pontífice. El proceso de elección será mucho menos emotivo, pero no por ello dejará de ser de una tremenda importancia para todos nosotros.

¿Qué conlleva la renuncia? Benedicto XVI, en estos casi 8 años, ha puesto en marcha muchas iniciativas que deberá de continuar su sucesor. El acercamiento ecuménico a los hermanos ortodoxos, luteranos y a la fraternidad de San Pío X, representa un desafío que es necesario continuar. El mantenimiento de una postura fuerte frente a propuestas de adaptación de la Iglesia al mundo, como la emprendida por un grupo de sacerdotes austriacos, necesitan de continuidad  y de nuevas formas de mostrar los errores que contienen.

Se debe continuar con el redescubrimiento del Concilio Vaticano II y la revalorización de la Liturgia. El año de la Fe tiene que ser un revulsivo que muestre el Concilio Vaticano II real y no el que nos contaron quienes crearon el "espíritu del Concilio". Es necesario continuar apoyando la Nueva Evangelización, con la necesaria presencia eclesial en los nuevos medios sociales. No puedo olvidar el tema de la limpieza interna, que conlleva seguir tomando medidas contra la pederastia, transparencia de las finanzas vaticanas y desaparición de las rencillas internas de poder.

Al nuevo Pontífice le tocara llevar adelante todas estas cuestiones y consolidar el liderazgo mediático, que a partir de Juan Pablo II se ha mostrado tan importante. En este sentido, las Jornadas Mundiales de la Juventud de Brasil serán la primera prueba mediática del nuevo Pontífice. Sin duda, Benedicto XVI no ha bajado el listón que Juan Pablo II dejó tan alto. Todo lo contrario, el listón no es sencillo de alcanzar después de casi ocho años de sutil, profunda y certera teología.

La Iglesia es maravillosa porque es rica en carismas que deben convivir en fidelidad con la Iglesia y el Pontífice. Quizás el carisma del nuevo Papa no se ajuste a nuestro carisma, pero no por ello hemos de dejar de enriquecer a la Iglesia con nuestro punto de vista fiel y obediente a la Tradición y Magisterio.

A los que se preguntan con cierta angustia ¿Y ahora qué? Les respondería que ahora toca orar y tener esperanza. La Cuaresma es propicia para ello y no podemos dejar de aprovechar esta oportunidad. Cuaresma que es tiempo de oración, ayuno y limosna. ¿Puede haber mejor tiempo para dedicarnos a orar por la Iglesia? En esta oración no podemos olvidar al Papa que pronto será Obispo Emérito de Roma y al Papa que el Espíritu Santo nos entregue para seguir guiándonos.

A Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, solo puedo darle las gracias más sinceras y profundas por todo lo que ha hecho por nosotros. Gracias por su compromiso y desgaste. Gracias por su fortaleza y su bondad. Gracias por aceptar el Ministerio Petrino con tanta humildad. Gracias por haber estado tan cerca de los que sufren y de los que temen aceptar que necesitan a Dios. Gracias Señor por tan buen Papa.



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