Tras Bambalinas

PRI y el regreso de los hijos pródigos

2013-03-08

Y, el miedo no es para menos. Se trata de cortejar a varios gobernadores que fueron priístas...

Por Víctor Sánchez Baños

El silencio es el único amigo que jamás traiciona.

Confucio

Las reformas estatutarias del PRI, ponen la piel de gallina a algunos de los dirigentes de los partidos de oposición como a Gustavo Madero, del PAN quien no sabe por dónde viene la bola curva de los políticos tricolores.

Y, el miedo no es para menos. Se trata de cortejar a varios gobernadores que fueron priístas y que participaron en comicios, que obviamente ganaron, y se convirtieron en gobernadores.

Ejemplos sobran. Arturo Núñez, gobernador en Tabasco, nació en el PRI, creció en el PRI y después de que los priístas de Roberto Madrazo lo despreciaron, se fue al PRD, partido que les prestó la franquicia para participar en las elecciones que ganó el año pasado. Su corazón e ideología, sigue siendo priísta y tiene una excelente relación con los tricolores.

Otro ejemplo es Mario López Valdés, quien con el mismo método ganó los comicios de Sinaloa. Con una excelente relación con el PRI ha estrechado buenos lazos políticos con la administración federal de Enrique Peña Nieto y, no es para menos, también le mueve las pestañas al partido que preside César Camacho.

Otro caso, por si fuera poco, es el de Angel Aguirre, de Guerrero, quien juega con los perredistas, que le dieron la franquicia para la elección estatal sólo unos días después de que renunció al PRI. Los lazos políticos mas estrechos los tiene con los priístas y no con los perredistas.

Pero, acaso no será una señal para que el candidato ciudadano que participó en los pasados comicios por el PRD y se convirtió en Jefe del Gobierno del DF, Miguel Mancera, pueda convertirse en candidato triciolor a la presidencia de la República.

Esta puede ser una carambola de cuatro o cinco bandas en los cambios a los estatutos del Revolucionario Institucional y fortalecer el semillero de candidatos a puestos de elección popular que les aseguren triunfos en las próximas elecciones o, en su defecto, aumentar la plantilla de gobernadores priístas como en los viejos tiempos del carro completo.



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