¡Basta ya!
UNAM víctima de delincuentes
Por Víctor Sánchez Baños
El primero de diciembre del año pasado, un grupo de militantes de organizaciones extremistas y anarquistas (por sus nombres) salieron a las calles y cometieron todo tipo de desmanes, escudados por organizaciones legales. Los anarcos, como se autodenominan, llevan los rostros cubiertos y el resto de los manifestantes, dan la cara.
Uno de ellos, según fotografía del periódico El Universal, un sujeto llamado Uriel Sandoval, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que nada tiene que ver con la UNAM, es uno de los delincuentes que asaltaron la torre de Rectoría del campus de CU.
Este personaje, Uriel Sandoval, resultó golpeado durante los desmanes de ese 1 de diciembre, cuando provocaba a la policía para acciones represivas, mediante ataques con proyectiles. Se convirtió, por hechura de sus compañeros, en víctima, cuando en realidad los desmanes que cometió fueron espectaculares.
Ahora, es uno de los autores de los daños a la Rectoría de la UNAM. Ni es universitario, cuando menos de la UNAM, ni nada tiene que hacer en esa universidad. Segundo, es considerado como uno de los promotores de la violencia en CCH Naucalpan, donde en también hizo destrozos e hirieron a una alumna.
Todo esto sale a discusión por el hecho de que, en este mismo espacio, criticamos al rector y a las autoridades universitarias, encabezadas por el rector José Narro, por no actuar contra delincuentes que dañan a la UNAM y por "archivar" las denuncias contra estos delincuentes (en el estricto sentido de la palabra y no como calificativo) que habían hecho destrozos y violado los estatutos de la UNAM.
Ahora sí, el rector Narro pidió la intervención de la PGR, para dejarle la papa caliente a las autoridades federales, en lugar de enfrentar su responsabilidad y acusando directamente a cada uno de los sujetos que tomaron La Rectoría y amenazan con quemar toda la documentación, que corresponde a cientos de miles de estudiantes.
Manuel Mondragón, el responsable de la policía federal, mencionó que si la PRG, que encabeza Jesús Murillo Karam, toma la decisión de detener a estos usurpadores, lo harían en forma inmediata.
Sólo falta la decisión política. La ley debe aplicarse para hacer a México un país de leyes. Si la ley no funciona o viola nuestra Constitución, pues que se cambie. La aplicación de la ley a esos sujetos que tomaron la Rectoría de la UNAM, o los que toman las carreteras o las calles de cualquier rincón del país, debe ser sin concesiones. Ni mucho menos, como ocurrió en la Asamblea Legislativa del DF, para proteger a rijosos del 1 de diciembre, cambiar la ley para beneficiar a golpeadores y clientes políticos del PRD. Eso es corrupción e inmoralidad política.
EEM
