Nacional - Economía

Ante las reformas, el chiste es moderar expectativas

2014-03-31

"El chiste es moderar expectativas. Todos: gobierno, bancos, empresarios y familias. Creo que...

ROBERTO GONZÁLEZ AMADOR, La Jornada

Entrevista a LUIS ROBLES MIAJA,, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE BBVA BANCOMER

"No podemos sentirnos los más ricos de la cuadra", ataja Luis Robles Miaja, presidente del consejo de administración de BBVA Bancomer, cuando habla sobre la expectativa de crecimiento para el país que ofrecen los promotores de las reformas económicas aprobadas el último año. "Igual que es un error caer en la decepción por un simple dato económico de coyuntura", como la desaceleración de la actividad en 2013, es equivocado "que nos vayamos a una exuberancia irracional, por usar una frase conocida, en la que la gente se empiece a sobrendeudar, las empresas también y los bancos a sobre calentar el mercado de crédito.

"Tengo más temor al éxito que al fracaso", dice Robles Miaja en entrevista con La Jornada a propósito de la 77 convención bancaria, que se realizará esta semana en Acapulco, Guerrero. "El chiste es moderar expectativas. Todos: gobierno, bancos, empresarios y familias. Creo que eso va a suceder, espero no equivocarme", acota el presidente del consejo de administración del principal grupo financiero en el país.

En opinión del ejecutivo bancario, 2013 fue "un gran año". Si bien es cierto que hubo un crecimiento económico "raquítico" (1.1 por ciento, frente a 3.9 por ciento previsto por el gobierno al comenzar ese año), la desaceleración obedeció a factores puntuales, expuso. Enumera: el subejercicio del gasto público, "típico" del primer año después de un cambio de gobierno; el menor crecimiento de la economía de Estados Unidos, "que fue coyuntural", y los problemas de la industria mexicana de la construcción.

"Creo que esos problemas coyunturales están resueltos", opina. "Por otro lado, el país conserva ventajas estructurales: estabilidad económica, un sistema financiero fuerte y una población económicamente activa en crecimiento".

En ese entorno, agrega, destaca la aportación de las "reformas estructurales", promovidas por el gobierno y aprobadas por los principales partidos políticos representados en el Congreso.

"Soy dado a decir que 2013 fue un año buenísimo. Reconozco que en ciertos sectores de la población, y particularmente entre algunos empresarios, hay cierto desencanto", por el efecto de la reforma fiscal. "No veamos la foto, sino la película del país", plantea. "Los elementos que están en la trama de esa película son muy sólidos y hacen pensar que podemos estar en el umbral de la década de México. El país tiene las bases para, en la próxima década, emerger. Será un país emergido, no un país emergente".

Acota: "Dicho eso, no dejo de reconocer que hay muchos problemas que debemos atacar: la pobreza en que viven muchos compatriotas nuestros. Debemos atacarla todos, no nada más el gobierno; no es cuestión de programas asistenciales, sino de generar más empleos, de educar mejor a los niños. Está el problema de la violencia en unas zonas del país; no dejo de reconocer también la problemática de la corrupción", agrega.

–¿Cree que se mantenga el ambiente que hizo posible procesar las reformas en la fase de instrumentación? Hay encuestas internacionales que muestran a la sociedad mexicana escéptica respecto del efecto de las reformas económicas en su bienestar.

–Hay que diseccionar la pregunta y contestarla en dos grupos de población. He de reconocer que sí he notado que en el ámbito empresarial, influido por los datos económicos del año pasado y la reforma fiscal, hubo desencanto. Pero cuando se empiecen a ver los datos y los efectos a corto y mediano plazos de las reformas, va a volverse a generar una expectativa que va a promover la inversión y el empleo.

"Ahora, en otros segmentos de la población, lo que tiene que suceder es que debe llegarle dinero al bolsillo. Nuevamente, el crecimiento bajo del año pasado generó que muchos mexicanos no vieran mejorado su ingreso, que algunos hayan perdido su empleo. Eso genera decepción. Las reformas son procesos. Creo que a lo largo de este año vamos a ver claramente cómo el ánimo empresarial y el ánimo de las familias va a empezar a generar más expectativas positivas y vamos a entrar en un círculo virtuoso".

–Hay una previsión de mayor crecimiento económico este año que en 2013. ¿En qué sectores habrá más repunte del crédito? ¿Cuál es la perspectiva de Bancomer?

–Hay varios segmentos. En el de pequeñas y medianas empresas hemos estado creciendo en los últimos años; es una dinámica que va a continuar. Vienen muchos proyectos de infraestructura. Si va a haber un mayor consumo interno como consecuencia de un mayor ingreso de las familias, también en ese segmento va a haber crecimientos importantes.

"Quiero abrir un paréntesis. Cuando se habla de crédito al consumo, la gente lee crédito para gasto suntuario. No, el crédito al consumo es para un coche, un refrigerador, computadora, aire acondicionado. Son elementos que dan bienestar a la gente".

–¿Ante esas perspectivas, qué espera para el país y el sistema bancario, en qué punto pondría atención para evitar que se generen problemas?

–Voy a ser muy cuidadoso con mis palabras. Lo que creo que se va a dar en los próximos años es un fenómeno, y puedo parecer demasiado optimista pero lo menciono, de una exuberancia. Como estoy seguro de que las reformas acordadas en 2013 y los factores estructurales de la economía van a generar crecimientos económicos importantes, no debemos caer, luego somos muy dados a hacerlo, en una exuberancia irracional, por usar la frase de (Alan) Greenspan (el ex presidente del banco central de Estados Unidos, en discurso pronunciado en 1996 en el que alertó sobre el boom bursátil de esa década).

"Aquí si es problema de todos. Yo creo que el crecimiento se va a dar. La otra cara de la moneda es decir que todo está muy bien y que la gente se empiece a sobreendeudar, las empresas también, los bancos a sobrecalentar el mercado de crédito. Creo que el reto que tenemos como país es que ese futuro que yo veo promisorio en el corto y mediano plazos no nos vaya a llevar, lo digo con cuidado, a lo que sucedió en Estados Unidos en 2006 y 2007; a lo que sucedió en España al inicio de la década de 2000; a lo que nos ocurrió en México en la primera mitad de los años 90", apunta.

"No me gustaría", sigue Robles Miaja, "que pasáramos de una decepción (por el resultado económico de 2013 y el efecto de la reforma fiscal) a una exuberancia irracional donde todo es jauja. En la medida que sepamos administrar las expectativas, veo un país lleno de oportunidades, que va a emerger. Pero tampoco podemos de repente sentirnos los más ricos de la cuadra. Es chiste es moderar expectativas. Todos: gobierno, bancos, empresarios y familias", añade.

–¿Ese es el riesgo que ve?

–Coloquialmente lo digo: que no nos volvamos locos todos y todos queramos cambiar de coche y de casa y que los bancos nos den el dinero para hacerlo; que las empresas se metan en proyectos sin ningún análisis serio y que el gobierno empiece a hacer lo propio. Ese es el riesgo. Curiosamente, le tengo más miedo al éxito que al fracaso.

"Ahí sí, aguas. Las caídas son terribles. Ya lo vivimos, pero hay muchos jóvenes que no lo vivieron o estaban muy chicos cuando tuvimos la última crisis (en 1995), que no sufrieron inflaciones de 100 y que no sufrieron lo que sufrimos. Desgraciadamente se olvidan las cosas. Se olvidan a los viejos y los jóvenes no las saben".



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