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Aficionados vuelven al maratón de Boston para terminar "asuntos pendientes"

2014-04-21

Por Svea Herbst-Bayliss

BOSTON, EU (Reuters) - Hace un año, Piper Peterson estaba a punto de terminar su quinto Maratón de Boston cuando la explosión de dos bombas artesanales causó caos en la línea de meta, desatando el pánico entre miles de espectadores y corredores.

Este año, la mujer de 67 años es una de los 36.000 participantes -9.000 más que el año pasado- y de alrededor de un millón de espectadores que acudieron a la prueba de 42,2 km con el objetivo de borrar los terribles recuerdos del año pasado, cuando tres personas murieron y más de 260 resultaron heridas.

"Tengo un asunto pendiente aquí", dijo el lunes Peterson antes del inicio de una carrera en la que se impuso Meb Keflezighi, el primer estadounidense -aunque de origen eritreo- en ganar el maratón de Boston en tres décadas.

Entre las mujeres, la mejor fue la keniata Rita Jeptoo, que sumó su segundo triunfo y batió un récord instaurado hace 12 años.

Tres personas, entre ellas un niño de ocho años, murieron y 264 resultaron heridas hace un año cuando dos hermanos chechenos dejaron dos bombas de fabricación casera cerca de la línea de meta, que luego explotaron generando pánico entre los corredores y el público.

Atletas y espectadores se mostraron desafiantes en la soleada mañana del lunes en la edición número 118 de la prueba, asegurando que seguiría siendo la celebración familiar y festiva de siempre.

En varios puestos de control a lo largo de la línea de meta, los espectadores esperaban en silencio a que se inspeccionaran bolsos y mochilas y aplaudían cuando los agentes de la policía pasaban en bicicleta.

Marsha Quimby, sentada en una esquina de las calles Boylston y Exeter, acudió al mismo lugar del año pasado, a pocos metros de distancia de donde explotaron las bombas. A pesar del pánico de entonces, no ha dudado en volver para animar a su marido, que corría este año.

"Me siento perfectamente segura", dijo. "Hay un gran entusiasmo este año y hay mucha gente que podría no haber venido".

Una de esas personas que hizo su primer viaje a Boston fue Pam Black, que acudió a animar a su nieta.

"Me siento más segura aquí que en un estadio de béisbol en Arlington, Texas", respondió con una risa.

En algunos lugares se podían ver homenajes a las víctimas, como en la tienda Marathon Sports, cerca de donde explotó la primera bomba, donde una corona de flores permanecía en la vitrina.



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