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Las empresas mexicanas navegan las reformas con optimismo y ansiedad
Por Claudia Sandoval Gómez, The Wall Street Journal
Casi un año y medio después de su llegada al gobierno, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha logrado la aprobación de una docena de reformas constitucionales y legislativas que, en conjunto, buscan imprimir mayor competitividad a la economía e impulsar una modernización de la justicia, la educación y el sistema político.
Pero mientras reformas cruciales como las de los sectores de la energía y las telecomunicaciones están pendientes de leyes secundarias que aún debe aprobar el Congreso para hacer efectiva su implementación, el mundo empresarial espera el impacto de los cambios con una mezcla de optimismo y ansiedad.
"El diablo está en los detalles, algunas se van a sentir más rápido, otras más lento", dijo Alejandro Valenzuela, presidente ejecutivo de Grupo Financiero Banorte, el tercer banco por participación de mercado en México, refiriéndose a las leyes secundarias que implementarán las reformas. Valenzuela es optimista. "México es una economía que tiene un potencial gigantesco de crecimiento", dijo. Banorte pronostica una expansión del PIB de 2,7% durante este año y de más de 5% en 2015.
Si bien algunas empresas reconocen que los efectos reales no se sentirán antes de año y medio o dos años, o incluso más allá de esos plazos, varias compañías ya están poniendo en marcha planes para aprovechar o contrarrestar los efectos, dependiendo del sector en que se encuentren.
"Aunque se espera que las reformas tengan un impacto negativo sobre el flujo de efectivo, principalmente debido a impuestos más altos, estas iniciativas en general están poniendo a México en la dirección correcta", dijo en un reporte reciente Sergio Rodríguez, director de la calificadora de riesgo Fitch Ratings en México.
La reforma energética contempla el fin del monopolio que la estatal Petroleos Mexicanos, Pemex, tiene desde 1938 en el sector de hidrocarburos y la apertura a la inversión privada de la exploración y extracción, incluyendo el acceso a los 10.000 millones de barriles en reservas de crudo que se estima tiene el país. El Estado se mantendrá como dueño absoluto de los recursos naturales, pero podrá asociarse con el sector privado para explotarlos.
La reforma en las telecomunicaciones, por su parte, busca introducir mayor competencia tanto en telefonía como en radiodifusión, y ya ha dado algunos pasos este año cuando el Instituto Federal de Telecomunicaciones, nuevo regulador del sector, declaró empresas dominantes en sus respectivos negocios a América Móvil que controla Telmex y Telcel y a la cadena Televisa, un paso previo para forzar la apertura de esos segmentos.
Fitch ha señalado que Telmex, Telcel y Televisa podrían sentir un impacto negativo en sus operaciones debido a su condición dominante. El IFT será la autoridad en términos de competencia. El nuevo marco también contempla la apertura a la inversión extranjera, con la posibilidad de que firmas internacionales puedan controlar hasta 100% de un negocio de telecomunicaciones, aunque sólo 49% en el sector de radiodifusión.
El problema, indicó Rodríguez, es que reformas como la fiscal no cubren al gigantesco sector informal de México, que según estimaciones abarca a casi 60% de los contribuyentes potenciales del país.
Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics, coincidió con esas prevenciones: "Efectivamente hay dudas de que la reforma vaya a incorporar a una parte importante del sector informal, sobre todo porque los incentivos oficiales no convencen a los informales para dejar la informalidad".
La llamada reforma hacendaria tiene un amplio alcance y afecta desde la industria de maquila a la ganancia de empresas e individuos a los gravámenes al consumo. Por ejemplo, uniforma el impuesto al valor agregado en todo el país, incluidas las zonas fronterizas, donde ha pasado de 11% a 16%. El IVA alcanza además al transporte foráneo, a la compra de mascotas y a los alimentos para estas. También pagarán un mayor impuesto la comida "chatarra" y las bebidas azucaradas.
En vigor desde comienzos de este año, la mayor carga impositiva impactó directamente en el consumo. "La reforma fiscal nos obliga a cobrar con IVA, pero el problema es que el consumidor final no tiene la capacidad de absorber un incremento de 16% en el precio, entonces, lo que hemos hecho es absorber una parte importante de esa alza", dijo José Manuel Contreras, presidente ejecutivo de Grupo Senda, una empresa de transporte terrestre. Con un gasto en combustible que representa 20% de sus costos, confía en que la reforma al sector energético traiga un alivio importante para sus operaciones. "Cuando se den, la esperanza es que tengan un impacto positivo, por ello la importancia de las leyes secundarias", agregó Contreras.
De enero a abril de este año, las ventas minoristas en México cayeron 0,5%, frente al mismo período de 2013, según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, ANTAD. El país creció apenas 1,1% en 2013 y se expandió 1,8% interanual en el primer trimestre de este año.
"Esperamos que conforme las leyes y reglas secundarias de las reformas se vayan publicando y eso dé certeza a los inversionistas, la situación pueda cambiar en el segundo semestre y eso anime a mayor inversión, lo que de alguna manera llegará al bolsillo del consumidor para reanimar el consumo", agregó Antonio Zamora, director general de finanzas del Grupo Lala, la principal empresa de lácteos de México.
Zamora, Valenzuela y otros directivos de empresas mexicanas visitaron la semana pasada Nueva York para hablar con inversionistas y promover el potencial de crecimiento que representa México.
"Si algo necesita la economía mexicana es volverse más eficiente y para eso tiene que romper algunos monopolios, que se promueva más la competencia y en adición a eso se hagan unas reformas estructurales que han estado diagnosticadas desde hace cuatro sexenios", dijo Luis Barrios, cofundador y presidente de Hoteles City Express, una cadena de hoteles que apunta al cliente empresarial, que además de México tiene hoteles en Colombia y Costa Rica. El ejecutivo señaló que ya han detectado mucho movimiento de exploración en regiones industriales en anticipación a la entrada en vigor de las reformas, City espera ampliar su oferta de 82 a 100 hoteles para fin de año.
Pero no todos están seguros de que las reformas impactaran de forma positiva los diferentes segmentos económicos. "México es un país de contrastes, en algunos sectores es sumamente competitivo como en el sector automotriz y en los electrodomésticos, ciertos segmentos de manufactura y en el sector agropecuario. La paradoja es que hay varios sectores muy rezagados educación, finanzas, seguridad, estado de derecho", anotó Valenzuela de Banorte.
Duncan Wood, director del Instituto México, parte del Wilson Center, un centro de estudios de Washington, también se mostró prudente antes de celebrar los efectos de las reformas, sobre todo en el corto plazo. "Si definimos el corto plazo como de uno a cinco años, el mediano de cinco a 10 años y largo plazo más que eso, diría que a corto plazo lo veo bastante complicado porque muchas empresas han detenido sus inversiones en espera de ver cómo salen las reformas, sobre todo las leyes secundarias", dijo. "Parte del problema de crecimiento de 2013 y de comienzos de 2014 es que muchas empresas estaban esperando el resultado de las leyes para determinar cuáles son las oportunidades. En algunos casos, las empresas nacionales esperan ver cuáles son los espacios reservados para ellos en función de los límites de la inversión extranjera".
Wood es, sin embargo, optimista en cuanto al largo plazo, donde prevé que las empresas tendrán "muchas oportunidades para crecer". Según su visión, el mercado interno va a crecer y la economía aumentará su competitividad. "Aunque las reformas que hemos visto hasta ahora no son cien por ciento completas es un muy buen paso hacia adelante".
EEM
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