Deportes

El manotazo del Piojo

2014-06-27

Me imagino México y sus porras —término que denomina cómo animar a su...

MÍCHEL, El País

Giroud y el ‘prêt-à-porter'

GIROUD, LA CRESTA DE DESCHAMPS

Mi admirado Garci, hombre de Oscar cuando daba rabia ver a un españolito triunfar donde nadie lo había hecho antes, comentaba con su buen gusto habitual: el chico de barrio que sale con clase, es más distinguido, tiene una clase singular. Eso le ocurre a Giroud. Los franceses siempre vivieron de sus rutilantes centrocampistas. Si Francia triunfó fue porque Platini o Zidane tejían telares con sus goles tricolores. Ni Rocheteau, ni Papin —aunque las enchufaba a capón—, ni en la última etapa Dugarry, hacían hilo con esas dos piezas de museo.

Sí lo hace Giroud como sobrecargo de Benzema, al que se le percibe más liberado y destensado. Es el complemento perfecto entre los hombres de Deschamps, que ha sabido coctelear sus lecciones en la Liga y en el calcio, para hacer de Francia una selección de gen competitivo. Con delanteros en su carta de navegación, su abordaje es posible. La reconversión de Valbuena, el todocampismo de Pogba o el imperial Varane, aceleran el pulso de los proeuropeistas, que ven en los bleus, tras los alemanes, a los defensores del viejo mundo contra la emergente Sudamérica. Es una Francia prêt-à-portery comprensiva con las tendencias.

AUDIENCIAS NORTEAMERICANAS

Las audiencias televisivas en el seguimiento de la selección de EEUU están en progresivo aumento. Normal, viendo a su equipo. Es como si en España decimos que nuestras series han aumentado su caché televisivo. Sabiendo los actores y guionistas que tenemos y que compiten con las series americanas —menos en coste—, lo lógico es que valoremos su dedicación con share televisivo. La congruencia de su clasificación como líder del Hexagonal está siendo de facto. Klinsmann ha hecho un equipo que entiende el balón de su diámetro, sus recursos y cómo llegar a un evento a competir, no sólo a aprender.

Para ser menos norteamericanos del soccer y más universales del fútbol. Los aficionados —hispanos y demás— empiezan a valorar su estabilidad y lo hacen porque quien les inspira ha conformado un ejercicio simple de educación futbolística. El éxodo a ligas de verdad y el posterior retorno de sus jugadores más emblemáticos, para hacer correr la voz con el lema: llamémosle fútbol, el soccer es historia. Esta selección acerca el juego a sus estados, haciéndoles entender que se pueden jugar Series Mundiales de deportes que no son el béisbol o el baloncesto. Por todo ello, les siguen más… 

PURO MEXICO

Me imagino México y sus porras —término que denomina cómo animar a su equipo— después de meterse en octavos. Pero quiero imaginar cómo van a pelear contra Holanda, que lo ha ganado todo. El susto del tren de la bruja le espera a Van Gaal. "Al tiempo", que diría un castizo. Irreductibles estos cuates. Viven reflejados en el carácter de su entrenador. Aquel llamado Piojo —le sufrí como lateral izquierdo en Toros Neza— no te daba para tomar aliento. Bajito y bravucón, enérgico y metijón. No era guapo, pero siempre salía acompañado de las fiestas. Un plomo en el campo y una carcoma desde el banquillo. No para de sacar premios escondidos. Llegó ante el lío que se le avecinaba a México.

Se clasificó con una mexicanada —sólo convocó jugadores que estaban en su Liga— pegando un manotazo de cinco dedos y palma. No torció el gesto en el sorteo y tiene pinta de que va a seguir dando guerra. Detrás de esa apariencia de chile picante, hay flor de calabaza suave. Inculca a fuego cada partido como una final y ordena todo aquello que tanto le hacía sufrir como defensa: juego colectivo atacante, calidad en la decisión, unido a una mano de metal defensiva. Valerosa amalgama. Queda dicho —y, por supuesto, estoy en riesgo equivocarme una vez más—, pero me da que el tulipán holandés estará más que incómodo en el jardín azteca.



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