Internacional - Política

Un confiado Assad estrena mandato en una posición más fuerte

2014-07-17

Con su caída dada por segura en el pasado por Occidente, inicia un mandato de siete...

Por Marwan Makdisi

DAMASCO (Reuters) - Bashar al-Assad prestó juramento el miércoles en un nuevo mandato como presidente de Siria, tras unas elecciones que sus oponentes consideran una farsa pero que él dice demostraron que consiguió la victoria después de la "guerra sucia" para derrocarlo.

Con su caída dada por segura en el pasado por Occidente, inicia un mandato de siete años en su posición más segura desde los primeros días de la guerra de tres años que se libra en su país.

Personas próximas a Damasco dicen que ahora cree que sus enemigos occidentales y regionales se verán obligados a tratar con él como un baluarte contra los insurgentes islamistas suníes que avanzaron por el norte de Irak el mes pasado.

En su toma de posesión pronunció un discurso desafiante, prometiendo recuperar toda Siria de manos de los insurgentes islamistas y advirtiendo a países árabes y occidentales de que pagarían un alto precio por apoyar a los rebeldes que describió como terroristas.

Con apariencia calmada y confiada, el presidente del país durante los últimos 14 años tuvo como objetivo en varias ocasiones a los países occidentales y las monarquías suníes del Golfo Pérsico que han financiado y armado a los rebeldes que se hicieron con el control de buena parte del norte y el este de Siria.

"Pronto veremos que los países árabes, regionales y occidentales que apoyaron el terrorismo pagarán un alto precio", dijo a sus seguidores en el palacio presidencial.

"Reitero mi llamamiento hoy a todos los que fueron engañados para que depongan las armas, porque no dejaremos de luchar contra el terrorismo y golpearlo allí donde esté hasta que restauremos la seguridad en cada rincón de Siria", dijo Assad.

Pero con varias zonas del país todavía en manos de los rebeldes, los opositores dijeron que el discurso mostró que Assad estaba delirando.

"Esto está completamente alejado de la realidad. Assad sigue adelante como si todo fuera normal y como si no hubiese perdido dos tercios del país", dijo a Reuters Monzer Akbik, de la Coalición Nacional de oposición respaldada por Occidente. "Fue una elección teatral y ésta es una toma de posesión de nuevo teatral", agregó.

La guerra de Siria ha sido el campo de batalla para una lucha sectaria entre grupos apoyados por estados musulmanes suníes, incluyendo Arabia Saudita y Qatar, y el Gobierno de Assad, respaldado por el chií Irán.

El mes pasado se extendió dramáticamente a Irak, donde una rama de Al Qaeda que opera en ambos lados de la frontera, el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, por sus siglas en inglés), tomó ciudades, cambió su nombre a Estado Islámico y declaró a su líder gobernante de todos los musulmanes.

ISIL ha sido rechazado oficialmente como un grupo terrorista por los estados del Golfo que apoyan a otros combatientes suníes en Siria, pero Damasco, Bagdad y Teherán culpan a estos reinos de apoyar a la militancia suní más amplia que lo alimenta.

Desde su avance en Irak, ISIL ha ampliado también su alcance en Siria, usando armas confiscadas a los soldados iraquíes que desertaron para luchar contra facciones rebeldes rivales en Siria.

Quienes rodean a Assad sienten ahora que la amenaza de ISIL obligará a los líderes occidentales a buscar una vía para trabajar con él contra el enemigo común, dijo Salem Zahran, un analista político libanés que simpatiza con el mandatario y se reúne con responsables sirios regularmente.

"El liderazgo sirio siente realmente que el tiempo de aislamiento se ha acabado", comentó.

Assad, apoyado por Rusia e Irán, ha desafiado las peticiones realizadas por los países occidentales de dejar el poder a raíz de un conflicto que comenzó en 2011 con protestas contra su Gobierno antes de derivar en una guerra en la que han muerto al menos 170.000 personas.

 



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