Internacional - Finanzas

Aún quedan tres meses de estrés por delante para la banca europea

2014-08-04

Se espera que la unión bancaria vaya al principio un tanto coja ya que el supervisor...

Por Erik Nebel y Jörn Bender (dpa)

Fráncfort, 4 ago (dpa) - A tres meses de la puesta en marcha de la unión bancaria, considerada como el proyecto europeo más importante desde la introducción del euro, aún queda mucho por hacer.

El 4 de noviembre el Banco Central Europeo (BCE) asumirá su papel como supervisor de los bancos de la zona euro. Un calendario ambicioso no exento de críticas.

Con este gigantesco proyecto, los líderes europeos buscan aportar estabilidad al sector financiero. Sin embargo, deben de tener cuidado para no provocar nuevas inseguridades al final.

Se espera que la unión bancaria vaya al principio un tanto coja ya que el supervisor común en manos del BCE es sólo una de las tres columnas previstas para que funcione.

En 2016, se pondrán en marcha una serie de reglas comunes para sanear los bancos y en caso de emergencia, para desmantelar las entidades en crisis. Mientras, la tercera columna será garantizar internacionalmente los depósitos de los ahorradores, algo que de momento cuenta con la oposición de Alemania.

La polémica ya está servida. Desde Alemania, las cajas de ahorro y los bancos populares insisten a Bruselas que libre a las pequeñas entidades de tener que contribuir a los 55.000 millones de euros del fondo que estarán disponibles para el desmantelamiento de entidades en problemas y al que los bancos europeos deben transferir dinero hasta 2024.

"No se debe permitir que las pequeñas entidades bancarias libres de riesgos paguen por los peligros de otros bancos", aseguró el presidente de las cajas de ahorros alemanas, Georg Fahrenschon.

Ese fondo común de resolución se creará con aportaciones anuales de los bancos de cada país miembro y empezará a formarse el 1 de enero de 2016.

Un grupo de catedráticos alemanes cuestiona todo el proyecto de la unión bancaria y ha presentado recientemente un recurso de amparo constitucional ante el Tribunal Federal Supremo de Alemania.
 
El experto en finanzas Markus C. Kerber argumenta que la unión bancaria no tiene ninguna base legal en los tratados europeos y representa una violación del derecho fundamental. La crítica se dirige en primer lugar contra el papel del BCE como supervisor bancario común.

"El BCE recibe más poder del que le corresponde. Esto es una violación del derecho fundamental", indicó Kerber. El profesor berlinés se mostró también partidario de presentar un recurso de urgencia para evitar la puesta en marcha de la unión.

Sin embargo, los defensores del titánico proyecto europeo se basan, sobre todo, en una cosa: confianza. "La unión bancaria completa la unión económica y monetaria y representa la seguridad de que los contribuyentes no deban pagar nunca más las facturas cuando a los bancos les va mal", explicó el comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, Michel Barnier.

En una declaración conjunta emitida tras la cumbre europea el 29 de junio de 2012, los jefes de Estado y de Gobierno dieron el pistoletazo de salida a los esfuerzos para crear una unión bancaria. "Estamos de acuerdo en que es de gran importancia romper el círculo vicioso entre los bancos y la deuda estatal".

Poco menos de un mes después, quedó patente la necesidad ineludible de crear nuevas estructuras. La eurozona se encontraba al borde del colapso debido a la crisis de deuda cuando el presidente del BCE, Mario Draghi, hizo su controvertida promesa: "El BCE está preparado para hacer todo lo que sea necesario, dentro del marco de su mandato, para salvar el euro".

La crisis dejó a la vista que una política monetaria conjunta sin controles comunes de los bancos no podía funcionar. Los supervisores nacionales volvieron a ser centro de las críticas y se les acusó de ser demasiado blandos con las entidades bancarias naciones y cerrar los ojos ante los problemas. Esto alimentó la desconfianza de los mercados financieros sobre la estabilidad del sector bancario.

Ahora el BCE se encuentra bajo la presión de tener que conseguir tener todo a punto para el próximo 4 de noviembre. Aún debe encontrar mil especialistas y conseguir estructuras comunes para los expertos de los diferentes países del euro.

Junto con los problemas logísticos, el BCE debe aún analizar los 128 bancos más grandes de la eurozona. Las revisiones de los balances y los test de estrés de los bancos son necesarios para que el supervisor bancario comience su andadura sin hacer frente a antiguas cargas.

Se pondrá a prueba a las entidades bancarias para ver cómo reaccionan ante situaciones de crisis y se obligará a elevar su cuota de capital propio en caso necesario. El objetivo: conseguir una mayor confianza de los inversores.



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