Reportajes

Los colegios públicos de EU se preparan para atender la ola de niños migrantes

2014-08-15

Debido a que los niños usualmente no hablan inglés, cuentan con una educación...

Arian Campo-Flores y Miriam Jordan, The Wall Street Journal

Las escuelas públicas de Estados Unidos empezarán el próximo mes un nuevo año académico con un desafío: integrar y cubrir el costo de educar a los niños migrantes que cruzaron en masa la frontera con México este año.

Los menores, sobre todo provenientes de América Central, son niños que fueron entregados a patrocinadores —usualmente padres o familiares— y que ahora aguardan procesos migratorios que podrían durar años. Mientras tanto, se están estableciendo en comunidades a lo largo de EE.UU., desde las zonas metropolitanas grandes como Nueva York hasta pequeñas ciudades como Grand Island en el estado de Nebraska.

Los números son sustanciales. Más de 37.000 niños cruzaron la frontera sin la compañía de sus padres y fueron reunidos con patrocinadores entre el 1 de enero y el 31 de julio, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. Los estados que recibieron más niños fueron Texas, con 5.280; Nueva York, 4.244; y California, 3.909.

Debido a que los niños usualmente no hablan inglés, cuentan con una educación limitada y, en casos, han sufrido trauma emocional, imponen a las escuelas varias necesidades que pueden exprimir sus recursos.

"Tenemos una obligación legal y moral de educar a estos niños", dijo Alberto Carvalho, superintendente del Distrito Escolar Público del Condado de Miami-Dade, en Florida.

Muchas escuelas públicas, que deben recibir a niños independientemente de su estatus migratorio, ya han registrado un alza en las matrículas de los menores recién llegados. En el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, un centro de evaluación especial para este tipo de niños experimentó un aumento de 24% en el número de salvadoreños y un alza de 21% de guatemaltecos en el año escolar pasado frente al previo.

El Distrito Escolar Independiente de Houston reportó un aumento de 49% en los dos últimos años en niños recién llegados de un grupo de regiones que incluyen a América Central. El año pasado, el distrito inscribió a 910 nuevos estudiantes de El Salvador, Honduras y Guatemala, y espera cientos más este año.

Aunque las escuelas están acostumbradas a absorber niños migrantes, la nueva ola presenta retos particulares. Muchos niños de América Central han sido testigos de muertes y algunos han sido víctimas de abusos y violación, que ha dejado en ellos cicatrices psicológicas.

"Tenemos historias realmente traumáticas", dijo Patricia Chiancone, una consejera social de las Escuelas Públicas del Condado de Prince George en el estado de Maryland, donde la inscripción de niños que se cree que llegaron al país sin la compañía de sus padres subió a 175 en el año escolar anterior frente a 65 dos años antes. Citó un caso de dos hermanos en edad de educación secundaria que huyeron de América Central solo luego de que su madre y su hermana menor fueron asesinadas por una banda criminal.

Además, muchos de los niños llevan mucho tiempo sin estudiar. En las Escuelas Públicas de Dalton en el estado de Georgia, donde menores centroamericanos empezaron a llegar el año escolar pasado, "había niños de 16 años que en realidad no habían ido al colegio desde el primer o segundo grado", dijo Caroline Woodason, directora asistente de apoyo a estudiantes del distrito.

Estos estudiantes usualmente necesitan una variedad de servicios, incluidos refrigerios subsidiados, clases de inglés como segunda lengua, tutoría y asesoramiento psicológico, dijo Carvalho, de Miami-Dade. Añadió que su distrito inscribió 300 nuevos niños centroamericanos en el último trimestre del año escolar pasado y que se está preparando para recibir a cientos más este año.

Aunque algunos distritos dicen que pueden manejar las nuevas llegadas con recursos existentes, otros están preocupados sobre un posible impacto financiero. "No creo que podamos atender esto sin contratar más personal", dijo James Meza Jr., superintendente del Sistema de Escuelas Públicas de Jefferson Parish en Louisiana, que tiene una considerable población hondureña.

En Miami-Dade, los servicios extra costarán al distrito un estimado de US$2.000 más por estudiante, dijo Carvalho. Como resultado, la junta escolar aprobó una resolución en junio para solicitar financiamiento adicional. El pedido está pendiente.

"Si el gobierno federal hará una inversión para incrementar la patrulla fronteriza y el número de autoridades que entrevista a los niños, debe haber una inversión para atender el costo adicional de educarlos", dijo Carvalho.

El Council of the Great City Schools, una organización con sede en Washington que representa a distritos escolares urbanos alrededor del país, ha estado presionando a la Casa Blanca y al Congreso para que otorgue financiación extra. "Estamos tratando, pero hasta el momento sin mucho éxito", dijo el director ejecutivo, Michael Casserly.

El secretario de Educación, Arne Duncan, dijo a reporteros recientemente que el gobierno "está tratando de determinar cómo podemos ser flexibles y receptivos a los superintendentes para que puedan atender mejor a estos niños". Señaló que podrían utilizarse fondos de los presupuestos destinados a estudiantes inmigrantes, niños sin hogar y educación especial.

Las escuelas se han resistido en ocasiones a recibir a estos estudiantes, dijo Kimberly Haynes, directora de servicios infantiles del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, que tiene varios programas para ayudar a menores solos. En algunos casos, anotó, abogados para niños han tenido que acompañarlos a los colegios para asegurarse de que se inscriban.

Lamar Smith, congresista republicano por el estado de Texas, dice que las escuelas estadounidenses están recibiendo una carga desproporcionada. "Es una lástima que estados y comunidades alrededor del país ahora enfrenten la posibilidad de una demanda elevada de aulas de por sí sobrepobladas", dijo Smith. "Es lamentable que los contribuyentes estadounidenses tengan que asumir la cuenta".

De todos modos, los distritos que prevén un aumento en el número de estudiantes se preparan de distintas formas. El sistema escolar de Dalton creó una academia especial para los recién llegados dentro de la sede de una escuela secundaria existente para facilitar la transición de menores al sistema escolar regular en un lapso de seis meses a un año. Las clases se concentrarán en inglés, lectura y matemáticas.

La Internationals Network for Public Schools, un grupo de 19 secundarias públicas en Nueva York, California y Washington, que se especializa en educar a niños inmigrantes, está coordinando redes de profesionales legales y sociales para responder a las necesidades particulares de los niños que llegaron a EE.UU. sin guardianes. La población ahora compone entre 5% y 10% de las escuelas de la organización en Nueva York y más de 20% en San Francisco, dijo Claire Sylvan.

El distrito de Miami-Dade tiene un plan similar a otros previos dirigidos a las olas de niños inmigrantes provenientes de Cuba y Haití. Entre sus provisiones están la creación de centros de recepción para procesar estudiantes y realizar evaluaciones académicas y médicas, así como la intervención de consejeros y trabajadores sociales en escuelas que los necesitan.

El verdadero impacto de la presente ola de niños sin la compañía de un adulto en los sistemas escolares no será claro hasta que empiecen las clases. Pero "no lo dude, llegarán", dijo Carvalho.



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