Víctimas de guerra interna en Colombia exigen cese bilateral del fuego en proceso de paz

Por Nelson Acosta

LA HABANA (Reuters) - Las víctimas de la guerra interna de Colombia exigieron el miércoles un cese al fuego bilateral en el conflicto entre la guerrilla y las Fuerzas Armadas, un pacto que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos se ha resistido a suscribir.

Pidiendo que se cumplan sus derechos, un grupo de damnificados por el conflicto planteó el exhorto durante su participación en los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC, que desde hace dos años negocian para acabar con medio siglo de hostilidades que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.

"Como víctimas exigimos que se asuman los compromisos necesarios y responsables para que de manera urgente se dé un cese bilateral al fuego y a las hostilidades, con el propósito de prevenir nuevos hechos que victimicen a la población colombiana", dijeron las víctimas en un comunicado.

"Reiteramos que nuestra presencia aquí es de exigibilidad a las partes en la mesa en el cumplimiento y garantías de nuestros derechos", agregaron.

Desde que las partes negocian la paz, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han decretado tres ceses al fuego unilaterales y han pedido a su contraparte lo propio.

Sin embargo, Santos no quiere dar tregua a su ofensiva contra la guerrilla bajo el argumento de que con un cese del fuego los rebeldes podrían dilatar demasiado las negociaciones y fortalecerse militarmente.

DISPUESTOS A PERDONAR

En el grupo de víctimas que se sentó con los negociadores -escogido por la ONU, la Universidad Nacional de Colombia y la Conferencia Episcopal- hay gente que sufrió secuestros y violaciones, y familiares de personas asesinadas y desaparecidas en el conflicto que han protagonizado las FARC, los paramilitares de ultraderecha y las Fuerzas Armadas.

"Ha sido un evento demasiado importante porque los actores de uno y otro lado han escuchado", dijo a periodistas Consuelo González, secuestrada por las FARC en el 2001. Su cautiverio terminó junto al de la congresista Clara Rojas en el 2008.

González dijo que las FARC han reconocido que "sus acciones han causado muchísimo dolor y han manifestado su disponibilidad, su voluntad de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para contribuir a que estos sucesos no se sigan repitiendo en el país".

Uno de los más jóvenes del grupo de afectados, un estudiante de una universidad colombiana, dijo que estaba dispuesto a perdonar a los guerrilleros, pero -precisó- que "no puede uno perdonar, no puede uno sanar las heridas todos los días rastrillando la misma herida".

Reinel Barbosa, de 28 años, y víctima de una mina antipersonal y desplazamiento territorial con discapacidad en una pierna, dijo que "si no hay más víctimas, si hay un resarcimiento de derechos (...) si hay realmente una apuesta a la paz, nosotros estamos dispuestos a perdonar".

En el comunicado leído después del encuentro, las víctimas reiteraron a las partes "que por ningún motivo se levanten de la mesa" para que prospere el proceso de paz. Sólo 11 del grupo de 12 víctimas que llegaron a La Habana aparecieron ante la prensa el miércoles.

Juanita Barragán, afectada por el reclutamiento forzado y obligada a ingresar a las FARC a los 13 años, pidió absoluta reserva y prefirió no participar en la rueda de prensa.

El grupo insurgente y el Gobierno de Santos han logrado acuerdos parciales para dar mayor acceso a la tierra a los campesinos pobres, sobre las garantías para el ejercicio de la oposición política de la guerrilla, y la sustitución de cultivos ilícitos para combatir el narcotráfico.

Quedan pendientes temas delicados como la compensación a las víctimas, el fin del conflicto y la implementación de un mecanismo de reparación en caso de un eventual acuerdo de paz.

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