Internacional - Política

Pekín teme que Hong Kong provoque un efecto dominó

2014-09-30

El principio

Por Andreas Landwehr (dpa)

Pekín, 30 sep (dpa) - Las protestas de estos días no suponen sólo la mayor crisis política vivida en Hong Kong desde que la colonia británica fue devuelta a China, en 1997. También es mayor reto al que ha tenido que enfrentarse hasta ahora el nuevo régimen chino del presidente Xi Jinping ante la mirada de la comunidad internacional.

El principio "un país, dos sistemas", según el cual la ex colonia británica se gobierna como un territorio aparte, da a Xi la oportunidad de permitir más cosas en Hong Kong que en cualquier otra parte.

Pero Mao Tse-Tung ya advirtió que "una sola chispa puede incendiar la pradera". Y en China comienzan a circular en Internet imágenes de activistas chinos que visten camisetas negras y lazos amarillos, como los manifestantes hongkoneses, o que sostienen carteles con mensajes de apoyo. Ya ha habido varias detenciones, algunas de ellas por "agitación".

Cuatro activistas se han fotografiado en la ciudad de Nigdu con la frase: "Cuando el pueblo teme al gobierno, domina la tiranía", atribuida al presidente estadounidense Thomas Jefferson. Después subieron la foto a Internet y, según informaron sus amigos, tres de ellos fueron detenidos. En Shenzhen, junto a la frontera con Hong Kong, fue arrestado el activista Wang Long por una acción parecida.

Otro conocido defensor de los derechos humanos se ha hecho fotos con una camiseta negra en la que puede leerse "No abandonéis la lucha" escrito en rojo. "Soy un hongkonés" tuiteó por su parte el conocido artista Ai Weiwei, crítico con el régimen chino. Los acontecimientos de Hong Kong tendrán una influencia segura en China, afirmó Ai en declaraciones al canal estadounidense CNN. "Es un momento delicado. Nadie puede decir hacia donde llevará", opina el disidente.

"Las autoridades temen un efecto dominó", dijo en Berlín a dpa el analista crítico Zhang Lifan. Y hay razones suficientes para la rebelión. "China vive una ralentización económica. Hay una lucha de poder en los altos círculos gubernamentales. La brecha entre pobres y ricos aumenta. Los activistas son reprimidos", señala. El régimen teme "perder el control", opina Zhang. Y además hay enemigos de Xi Jinping, también entre el Ejército, que sólo esperan que el presidente cometa errores en la cuestión de Hong Kong.

"Pekín se enfrenta a un dilema", apunta en Berlín la analista Kristin Shi-Kupfer, del Instituto de estudios chinos Merics. Está jurídicamente sujeto al compromiso de elecciones generales y prometió autonomía política a Hong Kong. Y también quiere evitar por todos los medios el uso de la violencia y que se produzca una escalada. "Pero por otra parte, el gobierno central no quiere dar ninguna muestra de debilidad ante los disidentes chinos y la comunidad internacional", explica.

Pekín teme que el movimiento de Hong Kongo "pueda incitar a protestas en la República Popular", dice Shi-Kupfer. Así, la censura china borra cualquier comentario en las redes sociales del país. Y el término "Revolución de los Paraguas", nombre con el que se conoce al movimiento de Hong Kong por los que utilizan para protegerse de los gases lacrimógenos, despierta los temores de Pekín a que se produzcan levantamientos para exigir democracia.

Xi Jinping ya aprendió la lección de las revoluciones del este de Europa y de la caída del comunismo en la Unión Soviética. "Al final nadie fue lo suficientemente hombre, nadie salió para oponerse", lamentó a finales de 2012 en un discuro, unas palabras que indican apuntan más bien a una política de mano dura.

 



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