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Las escuelas "móviles" que no tienen salones de clase

2014-10-13

Sin embargo, los expertos de educación y las autoridades escolares dicen que el modelo tiene...

Julia Harte, The Wall Street Journal

El director del programa educativo del Museo de Bellas Artes de Houston con la clase de Houston A+ Challenge. Wall Street Journal

Se acabaron las vacaciones de verano para los alumnos de la escuela A+ Unlimited Potential de Houston, pero ellos no tendrán que regresar a encerrarse en un salón de clases de tradicional todo el día.

En cambio, los estudiantes de secundaria tendrán clase en lugares como cafés, aprovechando las redes inalámbricas gratuitas para editar textos en equipo, o visitarán parques en la ciudad para tomar fotos de flores silvestres para después investigarlas en Internet. Cerca de la mitad de su tiempo lo pasarán en diferentes lugares de la ciudad y el resto en un espacio alquilado en el corazón del distrito de museos de Houston.

Esta escuela privada de unos 40 estudiantes, que se encuentra en su segundo año de operación, forma parte de una serie de experimentos alrededor del país en que los estudiantes pasan menos tiempo en el salón de clases, o incluso eliminan la instrucción tradicional en el aula por completo, ampliando así los límites de dónde, cuándo y cómo aprenden los estudiantes.

Los promotores de este método aseguran que los dispositivos portables y las redes inalámbricas tienen el potencial de redefinir la educación desde el jardín infantil hasta último año de bachillerato al elevar el desempeño de los estudiantes haciendo más divertido el aprendizaje, al mismo tiempo que se reducen los costos administrativos y de espacio.

Sin embargo, los expertos de educación y las autoridades escolares dicen que el modelo tiene sus límites, indicando que no todos los estudiantes tiene acceso consistente a los dispositivos móviles, y que los aparatos electrónicos son inútiles como herramienta de aprendizaje sin un buen maestro o maestra que sepa cómo usarlos de manera eficaz. "La tecnología es estupenda", expresó Cicely Benoit, una instructora en A+ UP. "Pero aun así no se puede remplazar la conexión humana y física".

Aunque escuelas como A+ UP son extremadamente inusuales, dicen los expertos, los esfuerzos por incorporar dispositivos móviles a la enseñanza tradicional de salón de clases están ganando terreno. Una encuesta de alrededor de 2.600 administradores de escuelas a nivel nacional halló que 10% tenían políticas que permitían a los estudiantes utilizar sus propios dispositivos electrónicos para aprender en la escuela en 2013, un alza frente a 3% en 2010, según el Project Tomorrow, un grupo educativo sin ánimo de lucro del estado de California que realizó la encuesta.

Aunque los estudios muestran que la tecnología puede incrementar el interés de los estudiantes en el aprendizaje, su impacto en la asimilación de conceptos es menos claro, anotó Darrell West, director del Centro de Innovación Tecnológica en el Brookings Institution. "La investigación es inconclusa", señaló.

En la escuela superior de educación de la Universidad de Harvard, los investigadores estudian cómo los dispositivos móviles pueden ayudarle a los estudiantes a aprender mediante un proyecto llamado Ecomobile. Unos 1.500 estudiantes de quinto a octavo grado en Massachusetts, Georgia y Nueva York han participado, adentrándose en ecosistemas de estanques y riachuelos guiados por smartphones que utilizan las coordinadas de GPS para señalar elementos de interés que no son visibles.

El teléfono podría dirigir a un estudiante a una zona frecuentada por animales nocturnos, y después ofrecer información sobre mapaches, incluyendo video de visión nocturna que los muestra buscando comida.

"Les ayuda a tomar lo que están aprendiendo en la escuela y hacerlo muy útil a nivel personal", aseveró Amy Kamarainen, una gerente de investigación que participa en el proyecto, que está financiado por la National Science Foundation.

En la Nexus Academy of Royal Oak en Beverly Hills, Michigan, una de las sietes escuelas particulares subvencionadas ("chárter" en inglés) operadas por una división de Pearson, una empresa de educación, los estudiantes van al campus solamente cuatro horas al día, cuatro días de la semana. Las escuelas "charter" reciben fondos públicos pero operan de manera independiente.

Alexis Baker, una estudiante de 16 años de allí, dice que el horario flexible le da mayor tiempo para dedicarle a su ensayo de baile. Algunos cursos son impartidos remotamente por teleconferencia por maestros, y los alumnos se sientan en una sala de estar en el campus. Para obtener la atención de alumnos que parecen tímidos o que necesitan ayuda adicional, los instructores pueden enviar a un robot que transmite sus caras y voces en una pantalla. "Mucha gente piense que si está haciendo una clase en línea uno no puede hablar con el maestro", dijo Baker.

En A+ UP de Houston, los estudiantes utilizan el transporte público para ir a lugares más allá del aula. "Tienes la oportunidad de experimentar más cosas que en nuestra escuela anterior", expresó Laysha Chapa, una estudiante de 12 años.

Los administradores escolares dicen que el método está mejorando el desempeño académico. En la prueba Stanford Achievement Test, que se emplea a nivel nacional, más de la mitad de los estudiantes de la escuela calificaron en el en la primera mitad en la sección de matemáticas para el final del pasado año escolar, frente a 29% al comienzo de ese año. El alza en la sección de lectura fue incluso mayor, pues 66% de los estudiantes figuraron en la primera mitad al final del año, frente a 35%.

Se prevé que los costos por estudiante en A+ UP, que no cobra colegiatura, sean de alrededor de US$9.000 este año académico, más de los cerca de US$8.000 que gastan los distritos vecinos. Pero las autoridades indican que los costos per cápita descenderán a medida que se incorporen más estudiantes. La organización sin fines de lucro detrás de la escuela, Houston A+ Challenge, está financiada por mecenas como la Brown Foundation Inc., un grupo con sede en Houston, y la cadena de supermercados H-E-B. Ahora, A+ UP está haciendo su solicitud para convertirse en una escuela charter.

La escuela quizás también tenga que trabajar para cambiar la actitud hacia la tecnología en algunos sitios. Benoit, la instructora, recurrió a pluma y papel después de que los empleados en el Museo de Ciencia Natural se opusieron cuando los estudiantes intentaron usar sus laptops para tomar apuntes en una exhibición sobre el antiguo Egipto.

"Los guías se enfurecieron", dijo. "Fue como si hubiéramos intentado robarnos la momias".



ROW

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