Reportajes

De grupo terrorista al Estado Islámico: el auge de una milicia

2014-10-18

En las zonas conquistadas en Irak y Siria, el grupo proclamó un

Por Mey Dudin y Marc Röhling (dpa)

Damasco/Bagdad, (dpa) - Para el mundo fue un shock que la milicia terrorista Estado Islámico apareciera prácticamente de la nada para conquistar importantes partes de Siria e Irak. Pero lo cierto es que los yihadistas llevaban activos mucho tiempo.

La guerra civil siria duraba ya muchos meses cuando los habitantes del norte del país notaron la presencia de los inquietantes extranjeros: "En los puestos de control había barbudos fuertemente armados que no hablaban ni una palabra de árabe", recuerda Ibrahim, que ahora estudia en el extranjero. En la lucha contra el régimen del presidente Bashar al Assad cada vez más combatientes extranjeros entraron de repente a engrosar las filas rebeldes. Muchos llegaban de Chechenia y se unían al Estado Islámico, que entonces lleva el nombre de Estado Islámico en Irak y Siria" (ISIS).

Durante el verano de 2013, más de dos años después del inicio de las protestas, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos recibía con cada vez más frecuencia informaciones de atrocidades, asesinatos y masacres cometidos por ese grupo. Como la de un famoso poeta opositor asesinado a disparos por pelearse con los combatientes del EI. O el de 16 habitantes de un pueblo, entre ellos niños, asesinados mientras dormían, probablemente por los yihadistas.

La organización procede de una rama escindida de la red Al Qaeda que combatía al Ejército estadounidense en Irak tras el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003. El grupo se llamaba Tauhid wa Yihad (Unidad y Yihad) y al frente estaba Abu Musab al Zarkawi, de Al Qaeda. El grupo extremista atacaba principalmente a soldados estadounidenses, pero también a cristianos y chiitas.

Además, el gobierno del sunita Hussein fue entonces sustituido por un gobierno dominado por chiitas, que apartaron a los sunitas de la política. El objetivo declarado de Al Zarkawi era agudizar ese conflicto.

El líder terrorista fue abatido en un ataque aéreo estadounidense en 2006 y ese mismo año los extremistas adoptaron el nombre de Estado Islámico en Irak (ISIS). En 2013 ampliaron el nombre a Estado Islámico en Irak y Siria, reflejando así la extensión de sus objetivos. Fue entonces cuando la organización, con su nuevo líder Abdu Bakr al Bagdadi, comenzó a inmiscuirse en el conflicto sirio, enfrentándose incluso a otros grupos islamistas radicales, lo que hizo incluso que el líder internacional de Al Qaeda, Eiman al Zawahiri, llamara a sus seguidores a distanciarse del ISIS.

Siria se convirtió entonces en el destino de islamistas radicales de todo el mundo que soñaban con la yihad. Y mientras Al Qaeda elegía a sus combatientes de forma relativamente cuidadosa, el ISIS abrió lo brazos a todos y se convirtió en la fuerza rebelde más fuerte en Siria. Se estableció en la provincia de Rakka, en el noreste de Siria, y desde allí comenzó su campaña de victorias, que extendió a Irak.

A comienzos de 2014 conquistó territorio en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak. En junio las unidades del EI avanzaron en el norte de ese país, conquistando Mosul y avanzando hacia Bagdad. El Ejército, mal organizado y sobrecargado, huyó de unos atacantes mucho mejor equipados.

En las zonas conquistadas en Irak y Siria, el grupo proclamó un "califato" y declaró nulas las fronteras nacionales. Entonces se rebautizó de nuevo con el nombre de Estado Islámico.

El grupo terrorista desarrolló un aparato de poder y un proyecto de Estado, creando ministerios propios y recaudando impuestos, además de ejercer el poder judicial (conforme a la Sharía) y repartir ayuda social; obligaron a los dueños de tienda a cerrar a las horas del rezo y les prohibieron vender alcohol y tabaco.

Con el nombramiento de Al Bagdadi califa, el EI dejó claro sus aspiraciones de poder sobre todos los musulmanes, mientras se asesinaba o esclavizaba a los miembros de otras confesiones, como a los yazidíes de la región.

En revistas, videos y webs propagandísticas el EI escenificó los logros del califato y envió mensajes de terror, como los que mostraban crucifixiones o decapitaciones de presuntos enemigos: periodistas extranjeros, chiitas, yazidíes, cristianos o sunitas que no se sometieron a su poder. En el verano el EI editó su primera revista en inglés, "Dabiq", con textos cortos, grandes imágenes y en formato digital.

Militarmente el EI se ha convertido en un factor a tomar en serio: según medios, dispone de armas de infanterías clásica, más de 3.000 transportes de tropas, unos 50 tanques de combate pesado de fabricación rusa y estadounidense y unos 150 vehículos acorazados, además de artillería pesada, lanzagranadas y misiles incluso de tipo Scud. Unos 12.000 extranjeros se unen a sus miembros sirios e iraquíes, con lo que podría contar con más de 50.000 efectivos, según se calcula.

Primero recibieron dinero de los países del Golfo, pero ahora ya no dependen de la ayuda externa y se financian con el pago de rescate y de sobornos a cambio de protección, la recaudación de tasas aduaneras e impuestos, la toma de campos petroleros y de gas, de bancos e incluso el robo de bienes culturales. Se consideran la organización terrorista más rica del mundo.

¿Pero cómo puede un grupo terrorista que predica el odio y se retrotrae a la Edad Media ser tan influyente? Principalmente, porque aprovecha la rivalidad sunita-chiita que impera en la región.

"Los yihadistas sólo pueden tener éxito donde fracasan los estados", dice a dpa Behnam Said, autor de un libro sobre el EI y experto en ciencias islámicas. Y añade: "El EI no es un fenómeno con el que se pueda acabar pronto, pues se ha expandido mucho y enraizado con fuerza".



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