Migración

Los refugiados sirios desbordan a los países vecinos

2014-10-30

El pequeño país de cuatro millones de habitantes está desbordado. y ante la...

Por Mey Dudin, Weedah Hamzah y Mirjam Schmitt

Beirut/Estambul, 30 oct (dpa) - La guerra civil siria dura ya más de tres años y no hay un final a la vista. Los países vecinos se sienten abrumados por el cada vez mayor número de refugiados sirios. Y estos, a su vez, sufren bajo las nuevas condiciones de vida impuestas por el desplazamiento forzoso.

Cuando Abu Ahmed decidió traer a su familia de ocho miembros de Siria a Líbano no se imaginó que algún día iba a lamentar esta decisión. "He decidido que vamos a regresar. Preferimos vivir bajo el fuego que ser tratados como prisioneros", señala el agricultor de 67 años.

Abu Ahmed huyó con su familia en 2011, cuando el levantamiento contra el presidente Bashar al Assad en Siria comenzó a transformarse en una guerra civil. Pero ahora viven en el Líbano bajo restricciones constantes, como por ejemplo el toque de queda que se les aplica en algunas regiones a partir de las 20.00 horas.

Más de 1,1 millones de refugiados huyeron de Siria al Líbano, según los datos el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El pequeño país de cuatro millones de habitantes está desbordado. y ante la expansión de la violencia, desde hace un mes muchas administraciones locales endurecieron las condiciones para el ingreso de refugiados sirios.

También el gobierno ha decidido restringir la entrada de refugiados sirios y permitir su ingreso sólo en casos "excepcionales o por motivos humanitarios".

"Algunos libaneses descargan su ira sobre nosotros los refugiados, porque los terroristas atacan al Ejército", cuenta Abu Suleiman.

"Pero nosotros, los civiles, no tenemos nada que ver con estos terroristas", asegura el refugiado. Siria acogió a miles de refugiados libaneses en 2006, durante la guerra de Israel contra la milicia chiita libanesa Hizbolá, dijo. "Les abrimos nuestros hogares y no impusimos el toque de queda", añade.

Turquía también acogió desde el comienzo de la guerra civil a 1,5 millones de refugiados sirios, más que cualquier otro país, según indican fuentes del gobierno.

Esta situación conlleva a problemas sociales cada vez más fuertes. Sólo una minoría de los refugiados vive en alguno de los 22 campamentos construidos por el gobierno. La mayoría de los refugiados viven con familiares, alquilan apartamentos, viven en ruinas o en la calle. Y se acerca el invierno.

Los precios de los alquileres, sobre todo en las provincias cercanas a la frontera, se han triplicado desde 2011, según el International Crisis Group. Muchos refugiados, incluyendo niños, deben mendigar para sobrevivir en ciudades como Estambul, Ankara e Izmir. Según cifras del ACNUR, el 73 por ciento de los niños refugiados fuera de los campamentos en Turquía no asisten a la escuela.

El gobierno turco exige, al igual que el Líbano y Jordania, más apoyo de la comunidad internacional para hacer frente a la crisis de refugiados.

El ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, dijo días atrás que su país ya había gastado unos 3,2 millones de euros para ayudar a los refugiados. "Turquía no puede seguir actuando como si fuera la ONU", señaló.

El mes pasado, la crisis de refugiados en Turquía alcanzó su punto máximo. De acuerdo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en pocos días más de 200.000 personas de Kobane cruzaron la frontera, huyendo de la milicia terrorista Estado Islámico (EI). Y Erdogan no se cansa de destacar que toda la Unión Europea (UE) en su conjunto ha acogido a menos refugiados sirios que su país desde el inicio de la guerra.



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