Internacional - Economía

La difícil lucha de Japón contra la deflación

2014-10-31

Tras el anuncio de hoy los mercados nipones se dispararon, como ya ocurrió hace 19 meses,...

Por Lars Nicolaysen (dpa)

Tokio, 31 oct (dpa) - La noticia cayó como una bomba en el mundo financiero japonés. Con su decisión de ampliar aún más los estímulos a la economía, el Banco de Japón sorprendió hoy a la mayoría de los economistas. Más que la medida, lo que ha llegado por sorpresa es el momento de anunciarla.

Desde hace tiempo se acumulan los indicios de que la economía no marcha como debería. Por ello, entre otras medidas, la institución monetaria comprará bonos del Tesoro por valor de 80 billones de yenes anuales (582.000 millones de euros/731.000 millones de dólares), 30 billones más de lo previsto hasta ahora.

Tras años de deflación -una peligrosa espiral de caída de precios y de la economía- los precios empiezan a recuperarse, pero no tanto como se esperaba. Por un lado cada vez hay más dudas de que en 2015 se pueda alcanzar el objetivo del 2 por ciento de inflación, y por las perspectivas de crecimiento económico no son demasiado buenas, a pesar de la rápida devaluación del yen. Los salarios no siguen el ritmo de los precios, el desempleo sube y la población se aprieta el cinturón.

Ante este panorama, el Banco Central de Japón vuelve a pisar el acelerador. Justo en el momento en que Estados Unidos está poniendo fin a su política monetaria expansiva, el presidente de la institución nipona, Haruhiko Kuroda, hace justo lo contrario.

Tras el anuncio de hoy los mercados nipones se dispararon, como ya ocurrió hace 19 meses, cuando Kuroda anunció una flexibilización sin precedentes de la política monetaria en respaldo a la política económica del primer ministro, Shinzo Abe. El yen, sin embargo, cayó en picado.

Pero en esta ocasión, la decsión del Banco Central de Japón podría estar condicionada por otro aspecto. Abe se enfrenta a la difícil decisión de volver a subir el IVA el año que viene, del 8 al 10 por ciento. El primer aumento del impuesto, que llevó a cabo en abril, frenó tanto la demanda que en los siguientes tres meses la economía retrocedió tanto como no lo hacía desde hacía cinco años.

El aumento del impuesto debe contribuir a sanear las maltrechas finanzas del Estado. Japón tienen un endeudamiento del 240 por ciento de su producto interior bruto, el mayor entre los países industrializados.

Hace ya años que sólo el 50 por ciento el presupuesto del Estado se financia mediante la recaudación de impuestos. Para la otra mitad se emite deuda que ahora compra el Banco de Japón en cantidades inéditas hasta el momento. Y ahí precisamente reside el riesgo: en que los mercados interpreten la política del Banco de Japón como financiamiento del enorme endeudamiento.

Según algunos analistas, con su ampliación de estímulos el Banco de Japón estaría allanando al gobierno el camino para un nuevo aumento de impuestos, aunque el presidente de la institución lo negó hoy. Desde hace tiempo se advierte que la confianza de los mercados internacionales en la estabilidad financiera de Japón podría verse dañada si el gobierno retrasa el aumento del IVA.

Pero la flexibilización monetaria y los programas coyunturales por sí solos no servirán para la recuperación de la economía japonesa. Si Abe quiere que su política económica triunfe no podrá evitar poner en marcha reformas, opinan los expertos. Japón, tercera economía del mundo, sólo logrará salir de su larga crisis con un aumento de la productividad y la mejora de la competitividad de sus empresas. Puede que la deflación estar superada, pero los problemas de Japón continúan.

 



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