Panorama Económico

APEC: una cumbre difícil

2014-11-11

A lo anterior ha de agregarse la tensión entre China y Japón, que en los...

Editorial de La Jornada

El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) llega a su reunión cumbre número 26, inaugurada ayer en Pekín en circunstancias nada fáciles. Al telón de fondo de la desaceleración económica mundial han de sumarse la crispación creciente entre los gobiernos de Estados Unidos y Rusia a raíz del conflicto ucraniano; la debilidad del presidente del primero de esos países, Barack Obama –en cuya presidencia ha declinado la influencia de Washington en el mundo, y quien acaba de experimentar, para colmo, la amplia derrota electoral de su partido en las elecciones legislativas de días pasados–, y el avance en las negociaciones secretas del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (ATP), un proyecto de libre comercio mucho más agresivo, en términos sociales, que el APEC, y en el que no están invitados algunos de los socios fundamentales de éste, en particular Rusia y China.

A lo anterior ha de agregarse la tensión entre China y Japón, que en los últimos dos años mantuvieron paralizados sus contactos de alto nivel debido a la disputa territorial por unas islas deshabitadas, que ha generado, incluso, roces militares entre ambas naciones.

Por lo que respecta a México, la presencia del presidente Enrique Peña Nieto en la capital china se ve lastrada por dos asuntos distintos: por una parte, la crisis política desatada a raíz de la brutal agresión que sufrieron los estudiantes normalistas de Ayotzinapa en Iguala –hechos que parecen estar lejos de tocar fondo– y, por la otra, la cancelación de la licitación para construir una vía férrea de alta velocidad entre la ciudad capital y Querétaro, subasta que fue asignada el miércoles a un consorcio encabezado por las empresas del anfitrión China Railway Construction y CSR, cancelado 24 horas después a causa de las críticas y sospechas que generó.

Tales circunstancias no parecen las óptimas para que Peña Nieto promueva la llegada de inversiones extranjeras al país: el momento de las reformas implantadas por su gobierno en los meses pasados ha sido opacado en el escenario mediático internacional por la debilidad del estado de derecho que se hizo patente con los sucesos de Iguala y sus secuelas, y la cancelación del concurso ferroviario no es precisamente una buena señal para potenciales inversionistas foráneos.

Por lo demás, algunos gobernantes asisten a la cumbre de Pekín con la conciencia de que otros socios están construyendo por su lado un acuerdo internacional distinto y, en cierto modo, contrapuesto al APEC, con clara preponderancia de Estados Unidos y Australia, y marcado por una lógica neoliberal extrema. Es claro que el Acuerdo Transpacífico, de llegar a concretarse, puede resultar la tumba del APEC o, en el menor de los casos, su división en dos bloques.

En suma, el encuentro de Pekín marca probablemente el punto más difícil y sombrío en la historia del APEC. Cabe esperar que si no es posible lograr en ese contexto acuerdos concretos, no resulte, al menos, en deterioro mayor del foro y en la profundización de las diferencias entre sus integrantes.



ROW

Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...



Ver publicaciones anteriores de esta Columna

Utilidades Para Usted de El Periódico de México