Internacional - Economía

Cuatro años después del derrame, el Golfo de México vive un auge petrolero

2014-11-28

Sin embargo, esta reactivación podría ser momentánea si la caída en los...

Por Daniel Gilbert, Amy Harder y Justin Scheck, The Wall Street Journal

La plataforma, de propiedad de Royal Dutch Shell PLC, es un enjambre flotante de actividad humana, a casi 210 kilómetros de la costa de Louisiana. Más grande que una cuadra en la ciudad de Nueva York y más pesada que un portaaviones, Olympus es una de alrededor de 12 nuevas plataformas multimillonarias que están bombeando crudo en las aguas profundas del Golfo o lo harán antes de fines de 2015.

Sin embargo, esta reactivación podría ser momentánea si la caída en los precios del petróleo, que han bajado 30% desde junio, se extiende y hace que las empresas retrasen inversiones sustanciales en el Golfo.

A corto plazo, no obstante, la actividad promete devolver al Golfo a su lugar como una gran fuente de energía para Estados Unidos. En 2001, sus aguas produjeron cerca de un tercio de todo el crudo y gas estadounidenses. Desde entonces, la producción ha caído por la mitad a medida que los pozos se consumieron y el gobierno concedió menos permisos a raíz de la explosión y derrame de crudo del Deepwater Horizon en 2010. El año pasado, el Golfo representó menos de 10% de la generación energética del país, en parte debido a un incremento en la producción de pozos perforados en formaciones de esquisto.

Los nuevos proyectos, de compañías como Hess Corp. , Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. , tienen una capacidad combinada para bombear alrededor de 900.000 barriles diarios, más que la producción de crudo y gas de California. Esto no incluye los aportes de dos proyectos liderados por BP PLC, que no quiso revelar los detalles de su producción.

Los costos han estado en alza, en parte porque las empresas están perforando más lejos de la costa y en aguas cada vez más profundas. Los pozos en aguas profundas son hasta 25% más caros hoy que en 2010, según Shell y Chevron, y cuestan alrededor de US$300 millones cada uno. Las nuevas regulaciones han obligado a las empresas a añadir más medidas de seguridad, como un conjunto extra de válvulas diseñadas para parar contener un pozo fuera de control. El desperfecto de un equipo como ese causó el desastre de Deepwater Horizon.

Perforar un pozo en aguas profundas promedio tarda 13% más hoy que antes del desastre de 2010, según la firma de investigación Kessler Energy LLC, en parte porque las plataformas pasan más tiempo inactivas para ser inspeccionadas y recibir mantenimiento antes de operar. Perforadores en altamar también deben competir por obra de mano capacitada que puede encontrar empleo más cerca de casa en campos de esquisto, donde los trabajadores no tienen que pasar semanas lejos de sus familias.

"Como resultado, hay menos proyectos en progreso, o avanzan más lento", dijo Robert Kessler, presidente ejecutivo de la firma, sobre el aumento de los costos.

Así que aunque los nuevos proyectos en progreso elevarán la producción energética en las aguas profundas del Golfo a un récord de 1,9 millones de barriles al día en 2016, como prevén analistas de Wood Mackenzie, el crecimiento seguramente luego se estancará debido a los altos costos y las limitaciones tecnológicas.

"La caída en los precios del petróleo no contribuye a la perspectiva a largo plazo tampoco, especialmente si la tendencia a la baja se mantiene por un tiempo prolongado", dice Imran Khan, analista en la firma de investigación energética.

Los ejecutivos dicen que habrá una gran demanda de combustibles de campos de las costas de Louisiana y Texas. Sin contar los costos, "los proyectos son sólidos, incluso en las condiciones actuales", dijo John Hollowell, subdirector executivo de Shell.

Hess empezó a bombear crudo de su instalación Tubular Bells en aguas profundas de Nueva Orleans. Exxon Mobil y Anadarko Petroleum Corp. planean empezar dos proyectos importantes en el Golfo en los próximos meses. Hess, Chevron y otros socios hace poco le dieron luz verde a un proyecto de US$6.000 millones en el Golfo, a pesar de que los precios del crudo en EE.UU. han caído a un mínimo de cuatro años de menos de US$80 el barril.

Incluso BP ha vuelto a hacer grandes apuestas en altamar. La empresa, que se declaró culpable de cargos penales y registró US$43.000 millones en gastos relacionados a la plataforma Deepwater Horizon, está desarrollando tecnología para bombear en aguas cada vez más profundas. En la próxima década planea invertir US$4.000 millones anuales en el Golfo y seguir adelante con su "programa de inversión multimillonario".

Para las grandes empresas, explorar en las aguas del Golfo es atractivo en comparación con otras partes del mundo. Muchos países ricos en petróleo en Medio Oriente y América Latina limitan las ganancias de las petroleras. Los pozos en aguas profundas también son más prolíficos que los campos de esquisto, lo que hace que las empresas puedan sostener más fácilmente su producción.

Mientras Olympus procesa 100.000 barriles de crudo al día, casi 3% de la producción global de Shell, la empresa ya está trabajando en un nuevo proyecto en el Golfo a una profundidad de 2.895 metros, tres veces más profundo que lo que puede perforar Olympus.



EEM

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