Como Anillo al Dedo

El mundo mágico del "ya supérenlo" y "no pasa nada"

2014-12-07

La estrategia tomada por Enrique Peña Nieto parece ir enfocada en darle tiempo al tiempo, no...

Por Miguel Ángel Castillo

Pocas veces una frase puede sintetizar tan bien una situación como la que pasa el país en este momento en donde a dos años de gobierno, el Presidente de la República afronta el descontento de muchos dando bandazos y solicitando el Alzheimer selectivo de todos con el fin de darle vuelta a la hoja y aplicar un borrón y cuenta nueva.

Luego de semanas de tener encima a la prensa, sobre todo a la internacional que es la que parece que más le preocupa por la mala percepción que se pueda tener de México en el exterior, la estrategia tomada por Enrique Peña Nieto parece ir enfocada en darle tiempo al tiempo, no para resolver las cosas, sino para que otros temas tomen el lugar de polémica y sufrimiento (para él) que hoy ocupan el caso Ayotzinapa y el conflicto de intereses por la casa que compró su esposa vía un intermediario con contratos de obra pública.

Después de los enojos y regaños de la pareja presidencial y la presentación de un decálogo en cuyo discurso no se vio ni una pizca de aceptación en lo que a responsabilidad se refiere, el Presidente pasó esta semana dando un perfil que si uno despertara de un estado de hibernación justo el día de la promulgación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, uno supondría que aquí no ha pasado nada y que todos vivimos felices y contentos.

Ahí, él y su esposa Angélica Rivera se presentaron como en antaño, presumiendo la felicidad que los embarga, prestos para la recepción de aplausos, vivas y la toma de fotografías con la gente afín que ahí se congregó y que gusta de la complacencia con la que acceden ambos personajes para la toma de ‘selfies'.

De repente, no había rastros de que apenas un par de días antes, el 1 de diciembre, una marcha multitidinaria seguía reclamando una resolución eficiente a la suerte que corrieron 43 estudiantes aún desaparecidos, ni tampoco se pudo ver reflejado que ese mismo día decenas de vándalos causaron destrozos en Paseo de la Reforma en un caso insólito de misterios sin resolver, pues los fotógrafos pueden registrarlos en plena acción pero la policía no puede más que arrestar a tres porque estaban ocupados en su juego de capsulitas para quienes no hacían nada.

Peor aún, se pasó del ‘aquí no pasa nada' a un ‘ya supérenlo' por parte del Presidente al presentar su Plan Nuevo Guerrero, donde casi nos dijo que ‘la solución somos todos' y que ya es momento de seguir adelante y dejar el sufrimiento atrás.

Por supuesto que no ganó simpatías con ese comentario que pareciera decirnos ‘ya hombre, viene Navidad y no hay que por qué seguir amargados'. Es evidente que para la Presidencia el caso Ayotzinapa es un lastre que no puede soltar, una piedra en el zapato que para su mala suerte los medios no dejan de mencionar, y eso que ya  pasaron más de dos meses. Por eso es importante tomar en cuenta la frase de Vicente Leñero donde apuntaba que "el periodista no está llamado a resolver las crisis, está llamado a decirlas".

Con ese ‘ya supérenlo' figurado del Presidente dicho a los guerrerenses para que lo tomáramos todos, pareciera pedir que nos enfoquemos en otras cosas, incluida la prensa (y en efecto hay algunos medios que así lo han hecho), como si el no mencionarlo solucionara el problema, tal como alguna vez quiso hacerse en el sexenio de Felipe Calderón con los altos niveles de violencia.

Pero más que nada, lo que le urge superar a través del olvido es el tema del conflicto de intereses relacionado con la casa que ya no será su casa en Lomas de Chapultepec. Hicieron berrinche, devolvieron la mansión y eso no arregló nada; tampoco lo hicieron las explicaciones de Angélica Rivera y por el contrario sólo causaron más polémica por ver el monto de ingresos que puede alcanzar una actriz en México y las ‘pequeñas' coincidencias entre firmas, acuerdos, liquidaciones y la compra de propiedades. Pocas veces se vio un intento de transparentar las cosas dando explicaciones tan opacas.

O en otras palabras, fue como echarle gasolina al fuego intentando apagarlo porque entonces ya no solo surgieron investigaciones de algunos medios nacionales, sino de algunos extranjeros como Univisión, dando a conocer que la primera dama liquidó la hipoteca de su departamento en Miami dos décadas antes del plazo, algo que ni las recompensas del INFONAVIT han podido igualar.

Foto: CuartoscuroFoto: CuartoscuroDe la misma forma, el diario The Wall Street Journal enlistó con base en registros públicos los contratos millonarios que el Grupo Higa (cuyo propietario es el mismo de la famosa Casa Blanca de la pareja presidencial) ha logrado con la administración de Peña Nieto donde se incluyen varios proyectos de autopistas, la remodelación del hangar presidencial – sin licitación de por medio-, así como acuerdos para trasladar a funcionarios del gobierno en aviones privados.

También se suman la construcción del mayor acueducto de América Latina en Nuevo León (con un contrato de 3 mil 400 millones de dólares) y un nuevo museo en Puebla, además del fallido intento para construir el tren rápido Mexico-Querétaro.

Es obvio que la crisis de la actual administración no la resolverá con una maniobra de dejar hacer, dejar pasar. En algún momento tendrá que hacerle frente y con eso asumir las consecuencias. Con lo que hace ahora, solo está postergando lo inevitable y eso, por desgracia, no le hace bien ni a él ni a nadie. Muchos a menos a todos nosotros.



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