Reportajes

Las lecciones del Viernes Negro de las finanzas

2014-12-07

Igualmente, el consenso sobre los retornos bursátiles en 2015, que serán...

Jason Zweig, The Wall Street Journal

Mucho antes de que "Viernes Negro" se refiriera a los consumidores entrando en manada a las tiendas y centros comerciales, el término se usaba para describir un día de furia en los mercados financieros.

El viernes 24 de septiembre de 1869, el intento del magnate Jay Gould y sus compinches de arrinconar el mercado del oro falló y el precio del metal dorado se desplomó 18% en 56 minutos, lo que llevó a la ruina a muchos especuladores. En la última semana de noviembre, el mercado de las materias primas tuvo un viernes negro que evocó la devastación de hace 145 años, con caídas de entre 5% y 10% en las cotizaciones del petróleo, la plata, el gas natural y el cobre.

Este último episodio deja algunas lecciones para los inversionistas, no solamente los que perdieron dinero. Estas son las más destacables.

Tenga cuidado con las extrapolaciones extremas: en 2008, cuando el precio del petróleo rondaba los US$145 por barril, los analistas se apresuraron a divulgar proyecciones. Goldman Sachs predijo que el petróleo llegaría a US$200 el barril y al menos un observador veterano habló de US$300 el barril.

Justo en ese momento, el petróleo empezó a bajar y entre julio y diciembre de 2008 perdió 77% hasta un piso de apenas poco más de US$30 el barril. Los analistas luego se apresuraron a dar reversa en sus estimaciones, justo cuando los precios del petróleo empezaron a recuperarse.

Ahora que el precio del crudo ha cedido 38% en cinco meses, debería esperar una racha de predicciones sobre el apocalipsis de los precios bajos. Si posee acciones de empresas de energía es probablemente demasiado tarde para venderlas. En lugar de eso, espere que los últimos optimistas sean sobrepasados por los pesimistas, y esa será una oportunidad para añadir acciones de empresas de energía. Aún no estamos en ese punto.

Con cualquier activo, sea escéptico de cualquiera que proyecte ya sea un auge épico después de que los precios han subido o un colapso catastrófico luego de que han caído.

Cuando el consenso es amplio, está equivocado: entre el 4 y el 11 de noviembre, más de 900 inversionistas institucionales y operadores participaron en el más reciente Sondeo Macro Global Barclays, una encuesta entre los clientes del banco de inversión británico. Los encuestados predijeron, en promedio, que las acciones del sector energético generarían más de 30% en retorno para fines de marzo de 2015. Apenas un 5% previo que los precios del crudo de referencia Brent (entonces en US$82 el barril) estarían por debajo de US$70 el barril a fines del primer trimestre de 2015. Uno de cada seis dijo que se ubicarían entre US$90 y US$100.

Claro, sus proyecciones aún pueden acertar.

Igualmente, el consenso sobre los retornos bursátiles en 2015, que serán moderadamente positivos, también está probablemente equivocado. El resultado que es más ampliamente esperado es el que tiene menos probabilidades de concretarse.

Entienda cómo ganará dinero antes de arriesgarse a perderlo: Una acción genera retornos a través de dividendos, crecimiento en las ganancias y cualquier alza potencial en el precio. Un bono genera rendimiento a través del pago de intereses y cualquier ganancia de capital. Los bienes raíces producen dinero del alquiler y una posible ganancia sobre la venta.

El retorno de las materias primas viene de fuentes diferentes. Primero, el mercado, o el precio de entrega inmediata puede subir más de lo que pagó por él. Segundo, puede ganar un retorno positivo si logra vender contratos futuros de este mes por más de lo que cuesta comprar los del mes siguiente. Finalmente, gana interés sobre los avales que aseguran su apuesta.

Históricamente, la renovación de los contratos de futuros de un mes a otro ha equivalido a la mitad del desempeño a largo plazo de los commodities, pero en años recientes ha sido en buena parte negativo a medida que la creciente popularidad de los fondos dedicados a invertir en materias primas distorsionó el mercado. Y el retorno sobre la garantía, que en el pasado había sido significativamente positivo, ha sido exprimido a casi nada en el mundo actual de bajas tasas de interés. De modo que dos fuentes de rendimiento han sido dañadas.

Más de US$69.000 millones de capital fresco fueron inyectados en los fondos de inversión en commodities y fondos que cotizan en bolsa entre 2009 y 2011, el año que el oro brilló por encima de los US$1.800 la onza.

Pedir a los asesores financieros que expliquen exactamente de dónde vendrán los retornos de los futuros podría haber evitado que lo obligaran a seguir con una estrategia que usted, y tal vez él, no entendían.

Claro, los retornos de los futuros sobre las acciones y los bonos también se han visto afectados.

Con el rendimiento de dividendos del S&P 500 apenas por debajo de 2%, la tasa de crecimiento a largo plazo de los dividendos y las ganancias de alrededor del 4,5% (incluyendo la inflación), y una reducción de entre 0,5% y 1% para tomar en cuenta los altos precios de las acciones de hoy, la expectativa razonable de rendimientos anuales reales sobre las acciones a largo plazo es de entre 5,5% y 6%, dice William Bernstein, un gestor de inversiones en Efficient Frontier Advisors en Connecticut.

Y con el Índice de Bonos Agregado en EE.UU. de Barclays rindiendo apenas por encima de 2%, los inversionistas en renta fija no pueden ganar mucho más que eso sin asumir riesgos excesivos.

La lección final: Cuando los activos tienen un precio perfecto en un mundo imperfecto, los inversionistas que no reducen sus expectativas corren el riesgo de quedar decepcionados en el mejor de los casos o devastados en el peor.

 



EEM

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