Reportajes

Merkel, la jefa eterna Por Kristina Dunz

2014-12-09

Merkel no es precisamente conocida como buena oradora. Pero a lo largo de 80 minutos dijo hoy a los...

Colonia (Alemania), 9 dic (dpa) - La noticia de que había cortado una entrevista al sentirse mal disparó la pregunta: ¿Está Angela Merkel agotada? La canciller alemana desbarató hoy rumores con un discurso inusualmente enérgico en el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que la eligió por octava vez como jefa del partido.

Merkel no es precisamente conocida como buena oradora. Pero a lo largo de 80 minutos dijo hoy a los cerca de mil delegados de la CDU reunidos en Colonia exactamente lo que querían escuchar.

"La CDU hace bien a Alemania", repitió la canciller de 60 años. En su discurso elogió la situación del país que gobierna desde hace nueve años: récord de empleo, primer presupuesto con endeudamiento cero en décadas previsto para 2015, potencia industrial.

A los socialdemócratas del SPD, el otro gran partido del país y ahora socios en la "gran coalición" de gobierno, les dedicó una crítica furibunda y los consideró "en bancarrota política" por haberse aliado con los poscomunistas en el gobierno de un estado federado. "¿Hasta dónde quieren empequeñecerse?", ironizó.

El auditorio respondió ovacionándola de pie durante eternos diez minutos y eligiéndola por octava vez presidenta de la formación de centroderecha con un 96,7 por ciento, su segundo mejor resultado desde que asumió por primera vez el cargo en 2000.

Merkel, ¿quién si no? La canciller es ya una figura histórica dentro de la CDU y el principal argumento del partido antes sus votantes.

Algunos analistas esperaban que llegara incluso a sumar el apoyo del 100 por ciento de los delegados, un resultado alcanzado hasta ahora sólo por el legendario Konrad Adenauer. A fin de cuentas, Merkel arrasó hace sólo un año en las elecciones generales para ganar su tercer gobierno consecutivo.

Pero el apoyo del congreso de la CDU se redujo más de un punto en comparación con el 97,9 por ciento que había logrado en 2012, su mejor elección como jefa del partido. Un retroceso que desnudó también las sombras del largo reinado de Merkel.

Su fuerza personal a nivel nacional contrasta por ejemplo con el poder regional de la CDU, que ha venido perdiendo gobiernos de varios estados federados. Si el partido llegó a gobernar 12 "Länder" (contando Baviera con su marca local, la CSU), hoy sólo tiene cinco.

La ligera caída de apoyo entre los delegados pudo reflejar también las novedades sociales aprobadas en el primer año del tercer gobierno de Merkel a instancias del SPD, comenzando por la creación de un salario mínimo, la reducción parcial en la edad de jubilación o la mejora de las pensiones.

Otros le reprochan falta de fuerza suficiente para asumir el papel cada vez más importante de Alemania en la escena internacional. Merkel es una política sin "grandes visiones" y "libre de ideologías", que aspira sobre todo a una gestión pragmática.

Pero ninguna de esas críticas basta para sacudir el poder casi omnímodo de Merkel en el partido.

Al final de su discurso de hoy, la canciller recordó una vez más el inicio de su meteórico ascenso político hace 24 años, un año después de la caída del Muro de Berlín.

Su mentor, el entonces canciller Helmut Kohl, le pidió hablar por primera vez en un congreso de la CDU en Hamburgo. La retraída física de formación crecida en la Alemania comunista (RDA) sintió "pánico", confesó hoy. "Todo era nuevo".

Kohl le aconsejó entonces que no hablara sobre política. "Mejor habla sobre ti y sobre tu biografía", lo citó hoy Merkel.

La canciller recordó entonces que en ese primer discurso dijo a los delegados: "Me siento entusiasmada por el trabajo común que nos espera y estoy ansiosa por el camino común que afrontamos". Pasaron 24 años desde ese día. Y hoy quedó claro que la CDU pasará algunos más caminando de la mano de Merkel.



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