Reportajes

El papa, un actor político clave en el acercamiento entre Cuba y EU

2014-12-18

Tolerante y abierto con los homosexuales y con mano dura contra la pederastia, el papa argentino...

Por Daniel García Marco e Isaac Risco

Miami/La Habana, 17 dic (dpa) - El acercamiento entre Washington y La Habana pasó por el Vaticano. Tanto Barack Obama como Raúl Castro destacaron hoy el papel fundamental como mediador del papa Francisco, que más allá de la jefatura de la Iglesia Católica asume protagonismo como actor político internacional.

Tolerante y abierto con los homosexuales y con mano dura contra la pederastia, el papa argentino está dispuesto a trascender más allá de la plaza de San Pedro.

"En particular, quiero agradecer a su Santidad el papa Francisco, cuyo ejemplo moral nos muestra la importancia de proseguir en el mundo de la manera que tiene que ser, en lugar de simplemente dejarlo como está", dijo Obama en el discurso en el que anunció que Estados Unidos y Cuba reanudan relaciones tras más de medio siglo de ruptura y enfrentamiento ideológico.

"Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, especialmente del papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos", coincidió Raúl Castro, presidente de la isla.

El papa y Canadá han sido los mediadores en unas conversaciones secretas que se mantenían desde hace meses y que incluyeron un encuentro en el Vaticano en octubre.

Francisco cumplió hoy 78 años y recibió un regalo al que ha contribuido. "El Santo Padre desea expresar su más calurosa felicitación por la histórica decisión", dijo el Vaticano en un comunicado.

El papa escribió en los últimos meses a Obama y a Castro, "invitándolos a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos partes", informó el Vaticano.

La mediación de Jorge Bergoglio en el conflicto entre ambos países no es la primera en la esfera política internacional. También se implicó en Cercano Oriente y consiguió reunir al presidente palestino y al mandatario israelí a orar por la paz, aunque sin resultados políticos.

Mayor éxito parece haber tenido en una cuestión que toca más de cerca al primer papa latinoamericano.

Las relaciones entre el gobierno comunista de Cuba y la Iglesia católica han ido mejorando progresivamente en los últimos años.

En 1996 Fidel Castro visitó el Vaticano y dos años después Juan Pablo II hizo una histórica visita a la isla en la que pidió el fin del embargo económico y comercial que Estados Unidos impone a Cuba y que se mantiene pese a las medidas anunciadas hoy por Obama. Sólo el Congreso estadounidense podrá levantarlo.

La Iglesia católica fue ganando espacios en la isla tras la llegada de Raúl Castro al poder en 2006. La visita de Juan Pablo II en 1998 había devuelto la fe católica a la isla tras décadas de hostilidades con el castrismo, y el paso de Benedicto XVI en 2012 por Cuba permitió a la Iglesia católica cimentar su papel como actor político, lo que le generó tantas críticas como elogios.

Jorge Mario Bergoglio tiene una buena relación con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, que impulsó en los últimos años un inédito diálogo con el gobierno. La mediación eclesiástica condujo en 2010 a la liberación de más de un centenar de presos políticos y a que la Iglesia ganara espacio público en la isla.

En abril de 2012 Cuba, un país que se declaró ateo durante décadas tras el triunfo de la Revolución, celebró por primera vez en 50 años un Viernes Santo.

Y en un país donde todos los medios de comunicación tradicionales están en manos del Estado, los círculos intelectuales en torno al Arzobispado de La Habana han podido crear publicaciones que constituyen una forma de opinión pública alternativa tolerada por el oficialismo.

Francisco viajará en septiembre del año próximo a Estados Unidos. Además de participar en Philadelphia en el Encuentro Mundial de las Familias, se espera que también visite Nueva York, la sede de las Naciones Unidas y Washington, donde hablaría ante un Congreso en el que los republicanos condenan mayoritariamente el acercamiento con Cuba.

Será mucho más que una visita pastoral, como corresponde a un papa convertido en actor político global.



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