Como Anillo al Dedo

México tan fallido

2014-12-20

El saldo del año que está por cerrar es inequívocamente negativo y...

Julio Hernández López, La Jornada

Evo Morales asegundó a México la etiqueta de "modelo fallido". Lo había hecho el miércoles, en el contexto de la cumbre del Mercosur, de lo cual se dio cumplida cuenta aquí en la entrega de ayer (las primeras palabras del boliviano se pueden escuchar en http://bitl.ly/l3zGvVj ). Esa crítica se refería al sometimiento de nuestro país al esquema de libre mercado impuesto por Estados Unidos.

Pero ayer utilizó la misma calificación derogatoria respecto al "combate" al narcotráfico y a la misma dependencia económica neoliberal. Dijo Evo que en relación con "los últimos sucesos (hablaba en el contexto de Ayotzinapa), yo sigo pensando que allí es el modelo fallido, un modelo de libre mercado que lamentablemente está sometido al imperio estadunidense. Ahora hay problemas profundos (...) No quisiéramos tener en Bolivia esta clase de problemas: delincuencia organizada, parecería que la delincuencia está por encima del estado. En algunas regiones ni con bases militares pueden combatir el narcotráfico".

Las palabras del boliviano forman parte de la percepción internacional y nacional respecto a la gestión del priísta Enrique Peña Nieto. Nunca un ocupante de la silla presidencial mexicana había recibido tan constante y apabullante crítica y rechazo en foros externos e internos. Ante ello, la fofa SRE pretende utilizar remedios procesales de notitas diplomáticas y preocupaciones externadas, pero es imparable el adverso juicio externo a un gobierno que no ha sido capaz de encontrar a 42 estudiantes y que se aferra a una versión judicial altanera, imprecisa, inconsistente e inaceptable, elaborada por el fabulador Murillo Karam.

El saldo del año que está por cerrar es inequívocamente negativo y trágico para ese atlacomulquense mediático que pasado el segundo semestre de 2014 parecía haber arrasado con una oposición partidista a la que se había echado a la bolsa mediante repartos de pastel político denominados Pacto por México, en un contexto de reformas constitucionales aprobadas en términos que parecían altamente improbables y que le permitieron al mexiquense con pies políticos de barro treparse a podios, luego explicablemente desmoronados, de presunto estadista y líder mundial.

Instalado ya en la catástrofe, sin reflejos políticos pero sí tentaciones desesperadas de mano dura, el peñismo-priísmo entrará al año de las elecciones intermedias en condiciones desventajosas, marcado por múltiples escándalos pero necesitado de consolidar otra vez de manera adulterada su poderío formal, esta vez en la cámara de diputados donde buscará ampliar su mayoría numérica y en las gubernaturas estatales que buscará para sí más las que cederá a sus aliados del PRD y el PAN.

Esa ruta de pretensiones autoritarias enfrentará la sostenida protesta pública que en algunos casos ha elevado peligrosamente su nivel. Ayer mismo, demandantes de resolución veraz en el caso de Iguala entraron al cuartel militar que se mantuvo omiso la noche de los hechos ya históricos y cuyos mandos sostuvieron relaciones institucionales con la pareja Abarca-Pineda sin darse por enterados de las versiones insistentes de que ese era un narcogobierno municipal. El ingreso ciudadano a las instalaciones castrenses apunta, además, a la justificada exigencia de que ése y otros campos militares sean revisados, pues familiares de los desaparecidos sospechan que allí pudiera haber crematorios y zonas de detención de civiles.



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