Reportajes

La angustiosa espera de los familiares del Vuelo QZ8501

2014-12-28

Los familiares esperan en el aeropuerto en una sala desoladora. Hay un par de sillones, un par de...

Por Christiane Oelrich

Surabaya (Indonesia), 28 dic (dpa) - La joven mujer se tapa la boca con la mano. Mira incrédula la lista de pasajeros del vuelo QZ8501 de la compañía AirAsia en el aeropuerto de Juanda, de la ciudad indonesia de Surabaya. Su mirada lo dice todo. Se echa en brazos de una amiga. La lista con 162 nombres es ahora una lista de desaparecidos.

Los familiares esperan en el aeropuerto en una sala desoladora. Hay un par de sillones, un par de estanterías y cajas colocadas contra la pared. Algunos buscan en el abrazo consuelo y lloran, otros miran fijamente por la ventana, paralizados. Un niño pequeño está junto con sus familiares y juega con el smartphone. El ejército distribuye botellas de agua. Las horas pasan una tras otra. La tensión es casi insoportable.

No llega ninguna noticia de los esquipos de rescate. Esto significa que todavía hay esperanza, la esperanza de que se informe que el avión ha realizado con éxito un aterrizaje o amerizaje de emergencia. Nadie se atreve a pensar en el vuelo MH370, el avión con 239 personas a bordo que desapareció en marzo del radar unos miles de kilómetros más al norte. Entonces se puso en marcha una operación de búsqueda de gran envergadura, que hasta la fecha no ha dado ningún resultado.

Quien quiere viajar el domingo a Singapur en un vuelo de AirAsia tiene que levantarse por la noche. El avión sale a las 05:32 hora local. El trayecto es de 1.400 kilómetros. El vuelo dura poco más de dos horas y media. AirAsia cobra por el billete entre 30 y 40 euros (entre 37 y 49 dólares). Con estas tarifas, la gente puede permitirse volar. Singapur es un imán que atrae a mano de obra.

A bordo del avión hay sobre todo indonesios, muchos de los cuales probablemente aprovecharon el largo fin de semana para hacer una breve visita a casa. Otros seguramente querían ir de compras a la metrópoli, que siempre ofrece gangas alrededor de Nochevieja. O para festejar, como Purnomo. Este hombre, quien al igual que otros muchos indonesios solo tiene un nombre, casi se había embarcado: "Yo había hecho la reserva. Quería pasar Año Nuevo con amigos en Singapur", dice en la televisión. "Tuve que cancelar el viaje a causa de un asunto familiar". Siete amigos suyos estaban a bordo de la nave.

Los pasajeros coreanos en el avión probablemente también querían hacer una breve visita a la cercana Singapur. Viven cerca de Surabaya, relata Chung Gon Young, de Corea del Sur, a la emisora TV One. "Que yo sepa, eran misioneros que estaban aprendiendo indonesio".

En el aeropuerto de destino en Singapur, los que esperaban a familiares y conocidos son aislados del resto de las personas. En el panel de llegadas, después del número de vuelo QZ8501, donde normalmente se indica "aterrizado" o "retrasado" se dice ahora "acuda usted al mostrador de información". Un empleado de AirAsia alza un letrero con el número de vuelo e indica el camino para llegar al cuarto protegido donde pueden esperar los familiares. Un par de horas después llega un equipo de la embajada de Indonesia.

En el mostrador de AirAsia, el ir y venir de la gente no se ha alterado. "Estábamos consternados cuando nos enteramos", dice Lim Su Teong, que quería viajar con AirAsia a Penang, en Malasia. Pero lo ocurrido no es motivo para anular el viaje. "Eso ya estaba decidido por el destino, cuándo uno muere, cómo. Cuando tiene que pasar, pasa". Y Marlo, que espera con su familia el mismo vuelo, agrega: "Desdce luego que tenemos miedo, pero tenemos que regresar a casa hoy".



EEM

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