Reportajes

Dalton: un caso de estudio para el debate inmigratorio en EU

2015-01-05

Miriam Jordan, The Wall Street Journal

DALTON, Georgia—Charles Carmical no apoya la reciente decisión del presidente Barack Obama de permitir que millones de inmigrantes indocumentados permanezcan en Estados Unidos. Sin embargo, reconoce que la medida podría ser beneficiosa para su mueblería.

"Si estas personas ganan más dinero y se sienten estables, será bueno para mi negocio", señaló el dueño de Dalton Auctions.

La inmigración ilegal ha cambiado el rostro de esta ciudad del norte de Georgia. Los mexicanos y centroamericanos llegaron aquí en masa en los años 90 para trabajar en las fábricas que le dieron a Dalton el apodo de la "capital mundial de las alfombras". Ahora, la gran concentración de personas indocumentadas en este rincón conservador en un estado que se inclina a la derecha política lo convertirá en un poderoso caso de estudio para el impacto del programa de Obama conforme se implementa este año.

El empleo en fábricas de alfombras ha permitido a muchos inmigrantes pasar de la pobreza a una relativa prosperidad. Pero cada uno de los inmigrantes entrevistados aquí parece conocer a alguien que fue deportado, perdió un trabajo por utilizar un número de Seguro Social falso o fue encarcelado por conducir sin licencia.

Los fabricantes de alfombras, que se han visto perjudicados por las redadas de inmigrantes, no se han expresado públicamente sobre el plan de Obama, que la mayoría de los republicanos califican de un abuso del poder presidencial. Shaw Industries, uno de los mayores fabricantes de alfombras, declinó hacer comentarios. El Carpet and Rug Institute, un grupo de la industria, también se abstuvo de opinar.

Aunque el plan de Obama no otorga una vía hacia la ciudadanía, sí ofrece una prórroga a la deportación y permisos de trabajo a hasta cinco millones de personas. Para muchos aquí, la posibilidad significaría un giro de 180 grados para sus vidas.

"Nos morimos por poder vivir sin miedo", apuntó la mexicana Elva Sofía Loya, quien probablemente cumpla con los requisitos del programa porque vive en EE.UU. desde 1999 y tiene tres hijos nacidos en el país. Ella y su familia, dijo, anhelan una nueva sensación de seguridad y libertad, de poder ir al trabajo o a actividades escolares sin miedo de encontrarse con la policía que los acuse con las autoridades de inmigración.

Otros dicen que se sentirán con más libertad de exigir un mejor trato y salario. "Algunos empleadores explotan a personas sin papeles" con impunidad, expresó Juan Castro, de 28 años, que renunció a un empleo porque no querían pagarle por sus horas extra.

Georgia es uno de más de 20 estados con inclinación al Partido Republicano que han demandado al presidente para bloquear su iniciativa de inmigración. El estado también forma parte de un puñado que impide que los estudiantes indocumentados que cumplen con los requisitos del programa del gobierno federal conocido como DACA paguen la tarifa más económica para residentes del estado en universidades públicas. El programa lanzado a mediados de 2012 libra de la deportación y da permiso de trabajo a ciertos inmigrantes que ingresaron a EE.UU. con sus padres cuando eran menores de edad sin documentos.

Brian Anderson, presidente de la Cámara de Comercio de Dalton, cree que la acción ejecutiva de Obama es positiva.

"Solo puede mejorar a nuestra comunidad", señaló.

Los inmigrantes forman la columna vertebral de la industria de las alfombras aquí, que genera US$20,000 millones en ingresos anuales. Comenzaron a llegar a finales de los años 80 cuando los productores enfrentaron una escasez de mano de obra en medio de una demanda pujante de alfombras. Los recién llegados estaban felices de hacer trabajos no especializados, como abastecer de hilo a las máquinas tejedoras.

"Si estabas dispuesto a trabajar duro, allí había trabajo para ti", dice Anderson.

Hoy en día, Dalton tiene alrededor de 16,000 residentes hispanos de una población total de 30,000. En 1990, la población hispana se ubicaba en solo 1.400.

A medida que la población inmigrante se expandió, las escuelas locales establecieron programas para aprender inglés. El fútbol empezó a competir con el fútbol americano en popularidad. Muchos residentes probaron sus primeros tacos y burritos conforme abrían restaurantes mexicanos.

Algunos residentes no recibieron bien a los nuevos habitantes. Pero la reacción fue más moderada de lo que se habría anticipado en una zona de derecha, dijo Randall Patton, historiador de la Universidad Estatal de Kennesaw, quien ha publicado dos libros sobre la industria de las alfombras. En un libro de 2003, Patton citó al fallecido ejecutivo de Shaw Industries Charles Parham diciendo: "Los hispanos han sido una salvación para nuestra industria de alfombras".

En 2008, Whitfield, el condado donde se ubica Dalton, se inscribió en un programa nacional que capacitaba a los subalternos del alguacil a identificar y reportar a inmigrantes indocumentados. Esto resultó en la deportación de muchos inmigrantes.

Paige Watts, una maestra de la secundaria Morris Innovative de Dalton, donde 80% de los estudiantes son latinos, recuerda: "Familias que simplemente estaban tratando de darles lo mejor a sus hijos fueron destrozadas".

Estas medidas enérgicas, aunadas a la recesión, ahuyentaron a muchas familias latinas. Aun así, para 2010, los hispanos representaban casi la mitad de la población de Dalton, según la Oficina del Censo de EE.UU. La mayoría de los estudiantes de las escuelas públicas locales eran latinos.

En 2011, los dos principales candidatos a la alcaldía de la ciudad indicaron que daban la bienvenida a los inmigrantes de la zona. En 2013, la junta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Dalton respaldó un proyecto de ley bipartidista para reformar las leyes de inmigración del país. Ninguno de los senadores republicanos de Georgia apoyó el plan que habría abierto un camino a la nacionalización para alrededor de 11 millones de indocumentados.

Ese mismo año, la Universidad Estatal de Dalton creó un nuevo puesto, "director de relaciones con hispanos y latinos", para aumentar el estudiantado latino. Ahora, ese grupo constituye 21% del cuerpo estudiantil; la meta es alcanzar 25% en 2016, dijo el director, Quincy Jenkins.



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