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Sin Chávez ni petrodólares, la revolución bolivariana pierde intensidad

2015-01-29

El petróleo fortaleció su mandato con precios de 100 dólares el barril durante...

Por Néstor Rojas Mavares

CARACAS (dpa) - Cerca de cumplirse 16 años de su llegada al poder en Venezuela, la revolución bolivariana ya no tiene a su líder, Hugo Chávez, y en los últimos meses se esfumaron parte de los milmillonarios ingresos petroleros que le permitieron asegurar apoyos y simpatías.

El 2 de febrero se conmemora un nuevo aniversario del ascenso a la presidencia de Chávez, quien llegó al poder ganando unas elecciones, cambió la Constitución y luego proclamó que su revolución inspirada en el prócer Simón Bolívar duraría un siglo.

El petróleo fortaleció su mandato con precios de 100 dólares el barril durante gran parte de la década, con la excepción del bache de la crisis global, y el oro negro apuntaló una cadena de cambios políticos en continuas elecciones.

Su sucesor, Nicolás Maduro, asumió el poder sin su liderazgo, mientras el petróleo continuó cerca de los 100 dólares hasta 2014, cuando comenzó el desplome. Entre julio de ese año y mediados de enero de 2015, el barril venezolano cayó desde 98 hasta 38,5 dólares, lo que Maduro consideró un desastre.

Se calcula que el país dejó de percibir 6,000 millones de dólares en 2014 por la caída de los precios del crudo.

El gobierno venezolano respondió a la muerte de Chávez, en marzo de 2013, convirtiendo su liderazgo en épica, manteniendo viva su presencia en tono casi religioso. Y ahora, responde al desplome petrolero con una gira de Maduro por varios socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a los que propone un recorte de la producción como mecanismo para reflotar los precios.

Los planes de Maduro chocaron contra los de Arabia Saudí. El mayor productor mundial de crudo, que apunta a mantener el bombeo, preservar sus mercados y desestimular a los productores del llamado hidrocarburo de lutitas, que Estados Unidos obtiene con el método de "fracking" (fractura hidráulica).

Durante esa gira de comienzos de 2015, el país fue sacudido por las imágenes de largas filas de personas buscando bienes de consumo, en medio de un prolongado desabastecimiento. Esto ha desatado un debate sobre el modelo del socialismo petrolero bolivariano, basado en subsidios masivos, controles estatales, expropiaciones y un ambiente hostil al sector privado. No obstante, el gobierno dejó claro su rechazo a la posibilidad de un cambio de rumbo en su proyecto socialista.

"El mayor problema y la causa de esta crisis general, como hemos señalado en otras ocasiones, es la decisión del gobierno y de los otros órganos del poder público de imponer un sistema político-económico de corte socialista marxista o comunista", señaló a comienzos del nuevo año la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). El sistema económico que "está imponiendo el gobierno, es todas luces, ineficaz" y "lo viven a diario los venezolanos", añadió.

A su vez, el partido opositor social cristiano COPEI lanzó una campaña por el 69 aniversario de su fundación con el lema: "El pueblo es víctima del fracaso del modelo socialista".

Tras su gira por siete países, Maduro dijo que en los últimos 12 años el país recibió 800,000 millones de dólares en ingresos petroleros, que se manejaron de forma distinta a la etapa entre 1958 y 1998, destinando esta vez gran parte a la inversión social para socorrer al pueblo.

"Por primera vez en la historia del país el petróleo se invirtió en la felicidad del pueblo, por primera vez el petróleo es de todos y no de la burguesía", aseveró, a la vez que rechazó un posible cambio de ese "modelo de distribución justa de la riqueza".

"La revolución se enfrenta a una disyuntiva existencial: avanzamos en el socialismo productivo y acabamos con las mafias (de cadenas de distribución), o las mafias acaban con la revolución bolivariana. Tenemos que pasar a un revolución productiva para salvar a la revolución bolivariana", agregó.

El analista político Diego Bautista Urbaneja desestimó que la dificultad que enfrentan los venezolanos y la consecuente decepción popular signifique el fin de la revolución. "El gobierno tiene margen de maniobra, sobre todo un gobierno con un ingreso petrolero mermado, pero todavía importante, y quizás menos influyente", dijo a dpa.

Sin embargo, advirtió sobre el "serio problema" que enfrenta con la escasez en el mercado y la inflación galopante, que en 2014 llegó al 64 por ciento. "Pese a todo, es un gobierno que no da indicios de estar dispuesto a abandonar el poder por ningún medio. Está aferrado al poder, pese a tener una situación difícil de manejar no dialoga y es incapaz de tomar decisiones económicas", indicó.

A la vez, el profesor universitario y asesor del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), Trino Márquez, comentó que la llamada revolución bolivariana se ha mostrado como un "populismo muy agresivo, que tiene poco de revolución y mucho de demagógico".

"La mayoría de las empresas que expropió están en una situación difícil de producción. Las empresas estatizadas proveían al mercado de leche, café, harina de maíz, y fracasaron por el modelo económico. El gobierno antes tenía a Chávez y hasta hace poco una montaña de petrodólares. El presidente Maduro, en lugar de cambiar, amenaza con más controles", declaró a dpa.

El gobierno domina, entre otros sectores, la mayor parte del abastecimiento de alimentos. Una de sus banderas ha sido lograr la "soberanía alimentaria".

 



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