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Mario Vázquez Raña, el último de los "cuatro latinos"

2015-02-09

Vázquez Raña los superó sin embargo a todos, porque dirigió por 40...

Sebastián Fest

Madrid. (dpa) - Su poder era tan grande y sus cargos tan variados, que cuando se presentaba, Mario Vázquez Raña no entregaba una tarjeta personal, sino un sobre que contenía siete.

En sus años de esplendor, el mexicano fue todopoderoso, hizo y deshizo a su antojo. Toda una era, la de los "cuatro latinos", llegó hoy a su fin al conocerse su muerte.

Ya no están el español Juan Antonio Samaranch, que presidió el Comité Olímpico Internacional (COI) durante 21 años. Tampoco el brasileño Joao Havelange, al frente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) por 24. Ni el italiano Primo Nebiolo, 18 años mandando en la por entonces Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Vázquez Raña los superó sin embargo a todos, porque dirigió por 40 años la Organización Deportiva Panamericana (Odepa). Y, si la muerte no lo sorprendía a los 82 años, habría seguido más tiempo aún.

"Con Samaranch y Nebiolo éramos una fuerza infernal, una fuerza para beneficio de todos", dijo a la agencia dpa el 22 de abril de 2010 al asistir al funeral del español en Barcelona.

La Odepa le permitía a Vázquez Raña mandar en el olimpismo de toda América, pero como presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) entre 1979 y 2012 -33 años- y de Solidaridad Olímpica, -que reparte dinero a países pobres- su influencia era gigantesca y de alcance planetario.

Si a ello se le suma su presencia en el comité ejecutivo del COI y su gran cercanía a Samaranch, primero, y a Jacques Rogge, después, se puede entender por qué Vázquez Raña era tan poderoso en el mundo del deporte pese a no hablar una palabra de inglés.

Con su bigote cantinflesco y sus lentes ahumados, Vázquez Raña era tan sociable como inconfundible. Le encantaba ser llamado "Don Mario", y tenía tantos amigos como enemigos. A los primeros los llevaba por todo el mundo a bordo de un Gulfstream del que Samaranch hizo muy buen uso. A los segundos siempre encontró como controlarlos, primero, y hundirlos, luego.

Un ejemplo es el de Richard Pound. Punzante y a veces incómodo orador, el canadiense soñó con suceder a Samaranch en 2001. Entre él y Vázquez Raña había cualquier cosa menos simpatía, y el mexicano contribuyó a hundir su candidatura hasta dejarlo en un humillante tercer puesto.

Presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM) entre 1974 y 2001 y fuerte sostén de los políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Vázquez Raña construyó un imperio mediático con la cadena conocida como los "Soles".

"El Sol de México" y sus réplicas en decenas de ciudades le permitían algo fundamental: influencia a nivel local. La suma de todas esas influencias le daba un gran poder a nivel nacional gracias a una agencia de noticias, 70 periódicos, 24 estaciones de radio y 44 sitios de internet que conforman la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Íntimo amigo de Fidel y Raúl Castro, uno de sus orgullos era el haber entrevistado a más de cien jefes de Estado y de gobierno a lo largo de su vida. Las entrevistas, larguísimas y textuales, sin retoques, eran publicadas en todos sus medios.

Sólo dos veces se vio a Vázquez Raña rendido ante alguien más poderoso que él. La primera fue en abril de 2008, cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Los 205 miembros de ACNO celebraban su asamblea en la capital china, y el mexicano propuso un documento en el que se mencionaba al Tíbet. La región autónoma china había sido en las últimas semanas escenario de una violenta represión a sus habitantes por parte de las fuerzas de seguridad, y el ambiente estaba más que enrarecido de cara a Pekín 2008.

Durante un receso de la asamblea, un enviado chino se presentó en la oficina de Vázquez Raña en el lujoso hotel "China World". No fue a negociar, fue simplemente a decirle lo que debía hacer: quitar la palabra "Tíbet" del documento.

"Fue un error", diría después Vázquez Raña a dpa, que forzó la aprobación de un nuevo documento en el que ya no se mencionaba al Tíbet. Varios países europeos, en especial Holanda, amenazaron con un escándalo, pero al final fueron controlados por el mexicano.

Cuatro años más tarde un kuwaití lo envió a la prejubilación. El jeque Ahmed Al-Sabah fue sumando votos hasta hacerse con el control de ACNO.

Sintiéndose traicionado por sus colegas, Vázquez Raña renunció fulminantemente a todos sus cargos y sólo conservó la presidencia de la Odepa. Rogge, por entonces presidente del COI, recibió en su coche una destemplada llamada de su hasta entonces amigo, que quería asegurarse de que hubiera visto el mail de renuncia enviado minutos antes.

Era un símbolo del cambio de los tiempos: el comunismo-capitalista chino y una autocracia del Golfo Pérsico laminaban al último estandarte del "poder latino", que en esos últimos años debió aceptar que su poder también tenía límites.



LAL

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