Internacional - Finanzas

El nuevo presidente de Petrobras no despierta confianza entre los inversionistas

2015-02-09

Aldemir Bendine, presidente ejecutivo de Banco do Brasil, fue nombrado como el nuevo líder...

Por Rogerio Jelmayer y Luciana Magalhães, The Wall Street Journal

SÃO PAULO—En momentos en que la estatal Petróleo Brasileiro SA sufre por un escándalo de corrupción y la reciente renuncia masiva de altos ejecutivos, el gobierno designó el viernes un rostro familiar al frente de la empresa más importante de Brasil.

Aldemir Bendine, presidente ejecutivo de Banco do Brasil, fue nombrado como el nuevo líder de Petrobras en reemplazo de Maria das Graças Silva Foster, quien presentó su renuncia la semana pasada junto con cinco altos ejecutivos. Ninguno ha sido implicado en el escándalo, pero su abrupta salida llevó al gobierno a apresurarse para elegir un nuevo liderazgo en la compañía, que es blanco de una amplia investigación sobre una presunta red de corrupción que le habría estafado miles de millones de dólares a través de contratos con precios inflados.

Los mercados reaccionaron negativamente a la designación de Bendine. Las acciones de Petrobras cerraron 6,9% a la baja, a 9,12 reales (US$3,31), el viernes en São Paulo, mientras que las de Banco do Brasil perdieron 3,0% a 21,90 reales.

El máximo cargo de Petrobras es, en gran medida, un puesto político; el presidente del país nombra a la mayoría de los miembros de la junta, quienes a su vez aprueban al presidente ejecutivo. Aun así, algunos analistas mantenían la esperanza de que la presidenta Dilma Rousseff designara a un ejecutivo con mucha experiencia en el sector privado o un historial comprobado en el manejo de crisis para trazar un nuevo rumbo para el atribulado gigante.

"El nombramiento de Bendine muestra que Dilma será quién esté al mando de Petrobras", dijo Adriano Pires, un experto en energía del Centro Brasileño de Infraestructura en Rio de Janeiro. "El mercado quería cambio y autonomía. El mensaje que ella envió fue más de lo mismo".

Algunos miembros independientes del directorio expresaron su enojo con el nombramiento. Mauro Rodrigues da Cunha, quien representa a los accionistas minoritarios, dijo que se enteró de la elección de Bendine a través de la prensa antes de que su nombre fuera presentado formalmente. El gobierno, "una vez más, impone su voluntad sobre los intereses de Petrobras, ignorando los llamamientos de los inversionistas de largo plazo", escribió en un comunicado.

Silvio Sinedino, un miembro que representa a los trabajadores de la compañía, dijo en una entrada en Facebook FB +0.27% que votó en contra de Bendine. "Los nombramientos políticos (...) terminan costando un alto precio en corrupción y delitos", puso.

La oficina de prensa de Rousseff no quiso hacer comentarios. Petrobras no divulgó los resultados del voto de la junta, pero medios locales informaron que fue 7 a 3 a favor de Bendine.

Bendine no fue el único ejecutivo de Banco do Brasil que irá a Petrobras. Su director financiero, Ivan Monteiro, fue designado en el mismo cargo en la petrolera, señaló la empresa el viernes.

Bendine, de 51 años, tiene más de 30 años de experiencia en Banco do Brasil. Asumió el máximo cargo en 2009 y durante su gestión el banco registró sólidas ganancias al tiempo que mantuvo su tasa de morosidad bajo control.

Apuntalar Petrobras pondrá a prueba su capacidad. La petrolera grande más endeudada del mundo se ha visto afectada por uno de los peores escándalos de corrupción de la historia de Brasil. Las autoridades acusan a algunas de las mayores empresas de construcción del país de pagar sobornos para obtener US$23,000 millones en contratos de Petrobras en los últimos años. Los fiscales dicen que las firmas coludieron para elevar los precios de su trabajo y que pagaron una porción a altos empleados de Petrobras y políticos, entre ellos miembros del Partido de los Trabajadores, la agrupación de Rousseff.

Desde que estalló el escándalo en marzo, los fiscales han presentado cargos de corrupción, lavado de dinero y crimen organizado contra 39 personas, entre ellos dos altos funcionarios de Petrobras y 27 ejecutivos de las mayores constructores de Brasil.

Petrobras asegura que es una víctima de la presunta estafa y que está cooperando con las autoridades. Rousseff no ha sido implicada y representantes del PT han negado su participación en reiteradas ocasiones. Algunos de las empresas y abogados de personas implicadas en el escándalo han negado las acusaciones; otros sólo han dicho que están cooperando con los investigadores.



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