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Padre de estudiante asesinado en Venezuela espera que su muerte genere una transformación

2015-02-27

El padre del joven dijo que esperaba que la breve vida y violenta muerte de su hijo repercutiera...

Ezequiel Minaya, , The Wall Street Journal

SAN CRISTÓBAL, Venezuela— Erick Roa ha pasado los últimos días enterrando a su hijo Kluibert de 14 años, quien falleció tras un disparo en la cabeza por parte de la policía durante una manifestación contra el gobierno. También ha estado respondiendo llamadas de reporteros de lugares tan lejanos como España y Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de haber recibido llamadas de algunos funcionarios de alto rango en Venezuela, Roa dijo el jueves que aún estaba esperando comunicación de una persona clave: el presidente Nicolás Maduro, cuyos críticos lo acusan de endurecer la represión contra los disidentes en medio de una creciente crisis económica nacional.

"Quiero preguntarle al presidente Nicolás Maduro por qué mi hijo tenía que morir", dijo en una entrevista el fotógrafo de 49 años en su modesta vivienda en esta volátil ciudad occidental, en donde las pasiones contra del gobierno son intensas. "¿Quién sabe quién será el siguiente?"

Kluibert Roa, descrito por sus amigos como un adolescente tímido fanático de los deportes, es percibido por su padre y los grupos de derechos humanos como la primera muerte vinculada a una nueva medida polémica que permite que las fuerzas del Estado disparen a manifestantes si identifican una amenaza. El decreto del 27 de enero generó críticas inmediatas de grupos de derechos.

El padre del joven dijo que esperaba que la breve vida y violenta muerte de su hijo repercutiera más allá de su familia, más allá de su ciudad, y ayudara a transformar al país.

"Su muerte resultará en un cambio en Venezuela", afirmó Roa. "Si el gobierno sigue teniendo mano dura, perderán el control".

El jueves, cerca del sitio en donde murió el adolescente, los vecinos se paseaban por el altar improvisado en donde su foto estaba rodeada por velas votivas y ramos de rosas rojas.

Los testigos aseguran que el adolescente pasó los momentos finales de vida el martes guarecido contra una pared, suplicando por su vida. El joven asistía a la secundaria cerca de una ruidosa protesta contra el gobierno en una universidad local cuando la policía nacional respondió.

Los testigos aseguraron que el policía le disparó en la cabeza a quemarropa. Los investigadores del Estado han dicho que el joven fue impactado por un perdigón de goma, mientras que algunos testigos afirman que el agente disparó una bala de plomo.

"No estaba peleando con el policía, no estaba arrojando piedras. Solo intentaba escaparse", dijo Glenda Lugo, quién dirige una guardería infantil cercana al lugar de los hechos.

Lugo dijo que tomó posesión del cuerpo del joven fallecido para impedir que la policía se llevara los restos.

"Si algo le quita la máscara a este gobierno y revela que es una dictadura, es esto", apuntó Gerardo Ochoa, otro vecino que dijo que vio a Lugo cubierta de la sangre del adolescente mientras se enfrentaba con los agentes.

Lugo y Ochoa indicaron que no han acudido al gobierno con sus relatos. Un representante de la Procuraduría General declinó hacer comentarios.

Las autoridades arrestaron al policía nacional de 23 años Javier Mora Ortiz en relación con la muerte y levantaron cargos en su contra de homicidio intencional calificado, uso ilícito de arma orgánica y quebrantamiento de pactos y convenios internacionales.

Un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas que participa en el caso dijo que Mora Ortiz ha confesado el crimen.

"Disparó la bala de goma al joven pero estaba demasiado cerca lo que resultó en la muerte", dijo el investigador de manera anónima ya que no está autorizado para realizar comentarios públicos. Los intentos de localizar a Mora Ortiz no fueron exitosos.



EEM