Internacional - Población

Peores lluvias en 80 años dejan al menos 7 muertos en norte de Chile

2015-03-26

La gubernamental Oficina Nacional de Emergencia dijo que había cerca de 2,100 personas...

SANTIAGO (Reuters) - Las fuerzas militares y equipos especializados avanzaban el jueves en las labores de rescate de cientos de personas aisladas en desérticos pueblos del norte de Chile, azotados por inusuales lluvias que dejaron al menos siete muertos tras desbordes de ríos y aluviones.

Por las intensas precipitaciones, las peores en ocho décadas en el norte del país -equivalentes a las lluvias que caen en dos años en algunas zonas-, permanecían desaparecidas casi una veintena de personas.

La gubernamental Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI) dijo que había cerca de 2,100 personas albergadas. El catastro indicó que al menos 35 viviendas fueron destruidas, 142 viviendas sufrieron daños mayores y 799 daños menores.

El Gobierno ordenó a las fuerzas militares tomar el control del orden público en las áreas más afectadas, junto con el traslado de unos 16 helicópteros y aviones para ir en ayuda de las cientos de personas aisladas.

"Este es el mayor desastre pluviométrico que hemos tenido en los últimos 80 años y es una situación muy compleja", admitió el subsecretario del Ministerio del Interior, Mahmud Aleuy.

Tras los múltiples aluviones en distantes zonas del norte del país, la autoridad declaró alerta sanitaria por la turbiedad del agua potable y ante posibles brotes de enfermedades.

"De lo que estamos preocupados es de las tres comunas (Alto del Carmen, Tierra Amarilla y Diego de Almagro) donde hay personas aisladas aún y estamos moviendo todos los recursos, helicópteros para que en el transcurso del día no sigamos con personas aisladas", dijo a periodistas.

Las ciudades de Copiapó, Taltal y en pequeños pueblos se repetían las escenas de barros y escombros, mientras que varias villas se encontraban casi hundidas en el lodo, como El Salado y Chañaral, donde las autoridades concentraban las labores de búsqueda de desaparecidos con perros especializados y equipos de criminalística.

La presidenta Michelle Bachelet visitó la región de Atacama, una de las más golpeadas por las lluvias y por decenas de aluviones, que prácticamente arrasaron con pueblos o dividieron pequeñas ciudades.

Aviones militares C-130 se encontraban ya en el aeropuerto de Copiapó para comenzar las labores de abastecimiento de las zonas más afectadas.

El inusual fenómeno climatológico se produjo debido a que un núcleo frío chocó con la Cordillera de Los Andes y, en vez de caer nieve, produjo fuertes precipitaciones a gran altura que barrieron con todo camino abajo y en dirección hacia valles, quebradas y pueblos costeros.

MINERAS IMPACTADAS

Fue tal la intensidad de las lluvias que la mayoría de las grandes minas de cobre que operan en el norte del país suspendió sus faenas temporalmente, aunque algunas buscaban retomar su normalidad.

La estatal chilena Codelco, la mayor productora mundial de cobre, informó que estaba retomando "paulatinamente" sus operaciones en los yacimientos Chuquicamata, Radomiro Tomic, Ministro Hales y Gabriela Mistral, pero destacó que su pequeña división Salvador continuaba detenida.

Antofagasta Minerals mantenía detenidas sus minas Centinela y Michilla, así como las obras de su próxima mina a inaugurar, Antucoya, y el proyecto Óxidos Encuentro.

El jefe de turno de la Dirección Meteorológica de Chile, Luis Salazar, dijo que "lo peor (del inusual fenómeno) ya es historia".

La unidad meteorológica había advertido anticipadamente a las autoridades que caerían lluvias equivalentes a un año en las regiones afectadas. Una oficina gubernamental a cargo de las emergencias en el país aseguró que se adoptaron con antelación las medidas para enfrentar esta emergencia.

El desborde de ríos y aludes arrasaron con viviendas, caminos y dejaron cientos de damnificados, cortes en rutas y graves fallas en la fibra óptica de telecomunicación en la zona.

Una agencia de emergencias declaró alerta roja para la comuna de Taltal debido a que unas piscinas decantadoras (anti aluviones) se encontraban a un 75 por ciento de su capacidad máxima, mientras bomberos intentaban encausar las aguas para evitar que ingresaran más a las casas.



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