Salud

Un nuevo medicamento contra el cáncer, desarrollado completamente en China

2015-04-24

Llevó más de 14 años, pero la apuesta podría estar dando sus frutos. En...

Por SHIRLEY S. WANG, The Wall Street Journal

HONG KONG—Xian-Ping Lu dejó su trabajo como director de investigación de la compañía farmacéutica Galderma R&D en Princeton, Nueva Jersey, para cofundar una compañía de biotecnología que desarrolle nuevos medicamentos en su China natal.

Llevó más de 14 años, pero la apuesta podría estar dando sus frutos. En febrero, la primera droga terapéutica de Shenzhen Chipscreen Biosciences, un medicamento para un tipo raro de cáncer de los ganglios linfáticos, llegó al mercado chino.

La decisión de veteranos como Lu de abandonar compañías farmacéuticas multinacionales por flamantes empresas chinas refleja el creciente optimismo del sector en este país. El objetivo, alentado por el gobierno, es impulsar la industria farmacéutica china más allá de los medicamentos genéricos y otros basados en productos desarrollados en Occidente.

El medicamento de Chipscreen, llamado chidamide o Epidaza, fue desarrollado de principio a fin en China. Se trata de la primera en su tipo aprobada para la venta en China, y la cuarta en su tipo a nivel mundial. Lu estima que el costo de la investigación de chidamide fue de alrededor de US$70 millones, cerca de la décima parte de lo que habría costado desarrollarlo en los EU

"Ellos son un buen ejemplo del potencial de innovación de China", dice Angus Cole, director de la consultora de gerenciamiento Monitor Deloitte y jefe del equipo farmacéutico y biotecnológico en esa nación.

Se espera que el gasto en productos farmacéuticos supere este año US$107,000 millones en China, frente a US$26,000 millones en 2007, según Deloitte China. Para 2020, el gigante asiático se convertirá en el segundo mercado de medicamentos del mundo después de EU, según un análisis publicado el año pasado en el Journal of Pharmaceutical Policy and Practice.

China cuenta con laboratorios de infraestructura, una masa crítica de científicos e inversionistas interesados, señala Franck Le Deu, director del área de productos farmacéuticos y médicos en China de la consultora McKinsey & Co. "En China están todos los elementos" para garantizar el potencial del mercado, señaló.

No obstante, existen obstáculos en una industria que requiere enormes costos para desarrollar un fármaco y donde las empresas quieren obtener grandes ganancias por una década o más de trabajo.

Si bien la protección de la propiedad intelectual ha mejorado, las engorrosas normas chinas para la aprobación de medicamentos y las medidas del gobierno para reducir los costos de atención de salud —en particular, el gasto en medicamentos— podrían perjudicar los esfuerzos de las compañías farmacéuticas chinas, dice Cole.

Cole no tiene dudas de que se va a empezar a ver éxitos en el sector, pero "aún no he visto evidencia convincente" de que sean inminentes, dice.

Hasta la fecha, muchas de las empresas chinas que están floreciendo en las ciencias biológicas son organizaciones que tienen un contrato de investigación para llevar a cabo ensayos clínicos o proveedores de servicios relacionados.

Algunas compañías, como Hua Medicine, con sede en Shanghai, están comprando a compañías farmacéuticas multinacionales los derechos para desarrollar nuevos compuestos en China, lo que algunos expertos consideran un paso intermedio para la innovación.

A finales del año pasado, dicha compañía terminó la fase inicial del ensayo clínico de una droga para la diabetes en China y en marzo presentó también una solicitud a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para desarrollarla en ese país. Hasta ahora, la compañía ha recaudado US$45 millones en capital de riesgo.

Li Chen, quien dejó una carrera de 18 años en Roche Holding AG como director de investigación y desarrollo en China para ayudar a lanzar Hua Medicine, dice que el objetivo de la compañía es revolucionar la fase de descubrimiento de drogas.

En 2001, Lu y sus colegas fundaron Chipscreen Biosciences en Shenzhen, una ciudad que estaba convirtiéndose rápidamente en un centro de tecnología e investigación, muy cerca de Hong Kong.

Crearon un laboratorio de 10 científicos para utilizar una nueva técnica analítica denominada "genómica química", que permite examinar las relaciones entre las estructuras moleculares de los medicamentos existentes y fallidos, la forma en que actúan sobre diferentes partes el cuerpo y los genes que son activados o reprimidos en el proceso. La firma tiene ahora más de 60 científicos.

Gracias a una mejor predicción de cómo actuarían en el cuerpo los productos químicos antes de hacer pruebas en humanos, esperaban que fuera más probable conseguir un medicamento que pudiera lanzarse al mercado.

"¿Cómo puede una pequeña empresa competir con una multinacional?", se pregunta Lu. "La única cosa con la que podemos competir es el cerebro científico", señala.

Los mayores retos que ha tenido que sortear la empresa han sido la financiación y el sistema regulatorio chino, dice Lu, quien agrega que la compañía ha recaudado 300 millones de yuanes (US$48 millones) en cinco rondas de financiación de capital de riesgo. Chipscreen también recibe subvenciones del gobierno chino.



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